Capitán América #01.
Toma ya, otro relanzamiento del personaje en menos de media década o así, vaya con el Capitán, que no puede quedarse quieto. Aunque claro, después del fracaso en Marvel Knights no me extraña, porque ha ido yendo de mal en peor y ahora parece que por fin cuenta con un equipo creativo que puede hacerle justicia. Eso sí, tiene cierta gracia que ahora no esté dentro de la línea MK, justo cuando el tono y los autores son los adecuados. Qué cosas.
El caso es que este es el debut de Brubaker, al cual se le da muy bien tratar a personajes oscuros y atormentados, y Steve Rogers es precisamente uno que está pasando por una mala etapa (qué irónico, tanto personal como de calidad de sagas, je) y ahí tiene a su ex para apoyarle en lo que pueda, eso para empezar. Podemos ver al protagonista mucho más rudo que antes, muy parecido al que podemos ver en la línea Ultimate, lo cual desconcierta bastante, porque ni siquiera se preocupa por salvar a los terroristas que estén en peligro. Es posible que sea un poco idealista el hecho de que tenga que preocuparse por todos hasta el punto de ser extremadamente cuidadoso, llegando a poner en peligro la misión para no perder una sola vida, ya sea de víctimas como de atacantes. Pero así era el Capitán, es un poco chocante verlo cambiar de un número a otro, no es más que un detalle pero bueno, ahí queda.
Lo importante, en verdad, es todo lo que tiene que ver con Cráneo Rojo, que vuelve a las andadas y en busca del cubo cósmico. Seguro que más de uno se llevaría las manos a la cabeza pensando: Oh, dios... otra vez este villano no. Por suerte, no es más que una excusa para presentar un mal mucho mayor e impredecible, que por ahora se nos muestra entre sombras. La verdad es que el guionista sabe mantener el interés de este modo, sobre todo con ese final que a más de uno le arrancará una carcajada pensando: Buahaha, ¿otra vez?.
Steve Epting es el dibujante que acompaña a Brubaker y lo hace genial, es muy adecuado para lo que se cuenta y tiene un estilo clásico muy detallista, dinámico y espectacular cuando debe serlo. Una verdadera gozada, y pensar que desconocía a este artista. Ha sido una grata sorpresa, por ahora no tengo queja alguna, si hasta la versión que nos ofrece de Cráneo me parece sublime. Majestuoso uso de las sombras, por otra parte.
Lo mejor es sin duda el enfoque presentando y el no obviar lo que ocurre en la serie de los Vengadores, que hasta lo aprovecha sus propios fines, pero aun tiene mucho que ofrecer y mostrar. Esto es solo el principio y queda el momento de las revelaciones, no ofrece mucho más por ahora. 6/10.
Los 4 Fantásticos #27.
Antes que nada, ignoremos por completo la coletilla de Desunidos, por favor, que no tiene nada que ver con dicha saga y ya son ganas de tocarnos las narices. Menuda publicidad engañosa de mal gusto.
El caso es que Waid vuelve al redil después de tres meses cedidos, en cierta manera, a Karl Kesel para la (para mí aburrida) saga de Disfuncional. Y vuelve a lo bestia, con una saga de Galactus. Sí, sí, eso es, eso es, poneos las manos sobre la cabeza y gritad conmigo: ¿¿¿OTRA VEZ??? Y peor aun, decid también: ¿¿¿PERO NO ESTABA MUERTO??? Y es que es verdad, el gigante cósmico traga-mundos había muerto en su propia miniserie, cuyo título era Galactus el Devorador, de Louise Simonson y John Buscema. De hecho, hasta el propio Pacheco lo aprovechó en su etapa, cuando vemos la calavera del gigante cayendo sobre la Tierra cual meteorito perdido por el firmamento, que nos avisaba de la llegada de Abraxas. Pero bueno, o una de dos, o Waid hace lo que le sale del forro o los editores no sirven para absolutamente nada. Me da que un poco de las dos cosas.
Aún así, es curioso, pero aun habiendo cogido esta saga con muy malos ojos, cansado de leer lo mismo de siempre (y es que el regreso del tio este se me atraganta, ya lo he leído mil veces), el guionista logra sorprenderme con una trama muy, pero que muy bien planteada y planificada. Toma ya, que se ha buscado la manera de contar lo mismo pero de una manera realmente interesante y diferente, metiendo a secundarios que no carecen de lógica. Bien hecho, sí señor.
Encantado estoy con la idea, pues va de un dispositivo que se inventa una especie de Noé en su Arca particular, recogiendo a especies de planetas que se extinguen por culpa del Devorador de mundos, para evitar que encuentre unos planetas específicos. Y resulta que Galactus necesita a uno de los miembros de los 4F para poder abolirlo, por lo que quiere y pretende convertirlo en heraldo.
Es una buena idea, y encima muy bien contada, no se ha perdido el sentido de la maravilla y la forma pausada en la que acontece la invasión está bastante bien. Lo que fastidia un poco es cierto fallo de continuidad respecto a que flote por el aire la isla de Manhattan (hay que leerlo para saber por qué pasa esto) y el que no se haga mención alguna sobre algo tan bestia en ninguna de las otras colecciones de Marvel. Pero bueno, ya estamos acostumbrados a ello desde que Planeta-X y la Guerra de Khan pasaran desapercibidas.
Wieringo es perfecto, aunque tenga un estilo demasiado cartoon y simpático para presentar ciertas especies, lo cierto es que me parece una gozada para la vista, por su dinamismo, solidez y volumen de las figuras. Aparte, sabe muy bien cómo dibujar a cada uno de los Fantásticos, que tienen su propio rostro y figura, así como una forma de moverse diferente, algo que no todos los dibujantes saben hacer. Esta soltura y gracia son las que hacen que eche de menos a este autor si desaparece durante un par de meses. Aparte, en esta saga no se porta nada mal y sabe ser espectacular, aunque sea demasiado limpio para ciertas escenas que deberían tener un poco más de crudeza.
Una saga épica y bien planteada, interesante y que deja con ganas de más. Esta etapa sigue con muy buen pie. 9/10.
Toma ya, otro relanzamiento del personaje en menos de media década o así, vaya con el Capitán, que no puede quedarse quieto. Aunque claro, después del fracaso en Marvel Knights no me extraña, porque ha ido yendo de mal en peor y ahora parece que por fin cuenta con un equipo creativo que puede hacerle justicia. Eso sí, tiene cierta gracia que ahora no esté dentro de la línea MK, justo cuando el tono y los autores son los adecuados. Qué cosas.
El caso es que este es el debut de Brubaker, al cual se le da muy bien tratar a personajes oscuros y atormentados, y Steve Rogers es precisamente uno que está pasando por una mala etapa (qué irónico, tanto personal como de calidad de sagas, je) y ahí tiene a su ex para apoyarle en lo que pueda, eso para empezar. Podemos ver al protagonista mucho más rudo que antes, muy parecido al que podemos ver en la línea Ultimate, lo cual desconcierta bastante, porque ni siquiera se preocupa por salvar a los terroristas que estén en peligro. Es posible que sea un poco idealista el hecho de que tenga que preocuparse por todos hasta el punto de ser extremadamente cuidadoso, llegando a poner en peligro la misión para no perder una sola vida, ya sea de víctimas como de atacantes. Pero así era el Capitán, es un poco chocante verlo cambiar de un número a otro, no es más que un detalle pero bueno, ahí queda.
Lo importante, en verdad, es todo lo que tiene que ver con Cráneo Rojo, que vuelve a las andadas y en busca del cubo cósmico. Seguro que más de uno se llevaría las manos a la cabeza pensando: Oh, dios... otra vez este villano no. Por suerte, no es más que una excusa para presentar un mal mucho mayor e impredecible, que por ahora se nos muestra entre sombras. La verdad es que el guionista sabe mantener el interés de este modo, sobre todo con ese final que a más de uno le arrancará una carcajada pensando: Buahaha, ¿otra vez?.
Steve Epting es el dibujante que acompaña a Brubaker y lo hace genial, es muy adecuado para lo que se cuenta y tiene un estilo clásico muy detallista, dinámico y espectacular cuando debe serlo. Una verdadera gozada, y pensar que desconocía a este artista. Ha sido una grata sorpresa, por ahora no tengo queja alguna, si hasta la versión que nos ofrece de Cráneo me parece sublime. Majestuoso uso de las sombras, por otra parte.
Lo mejor es sin duda el enfoque presentando y el no obviar lo que ocurre en la serie de los Vengadores, que hasta lo aprovecha sus propios fines, pero aun tiene mucho que ofrecer y mostrar. Esto es solo el principio y queda el momento de las revelaciones, no ofrece mucho más por ahora. 6/10.
Los 4 Fantásticos #27.
Antes que nada, ignoremos por completo la coletilla de Desunidos, por favor, que no tiene nada que ver con dicha saga y ya son ganas de tocarnos las narices. Menuda publicidad engañosa de mal gusto.
El caso es que Waid vuelve al redil después de tres meses cedidos, en cierta manera, a Karl Kesel para la (para mí aburrida) saga de Disfuncional. Y vuelve a lo bestia, con una saga de Galactus. Sí, sí, eso es, eso es, poneos las manos sobre la cabeza y gritad conmigo: ¿¿¿OTRA VEZ??? Y peor aun, decid también: ¿¿¿PERO NO ESTABA MUERTO??? Y es que es verdad, el gigante cósmico traga-mundos había muerto en su propia miniserie, cuyo título era Galactus el Devorador, de Louise Simonson y John Buscema. De hecho, hasta el propio Pacheco lo aprovechó en su etapa, cuando vemos la calavera del gigante cayendo sobre la Tierra cual meteorito perdido por el firmamento, que nos avisaba de la llegada de Abraxas. Pero bueno, o una de dos, o Waid hace lo que le sale del forro o los editores no sirven para absolutamente nada. Me da que un poco de las dos cosas.
Aún así, es curioso, pero aun habiendo cogido esta saga con muy malos ojos, cansado de leer lo mismo de siempre (y es que el regreso del tio este se me atraganta, ya lo he leído mil veces), el guionista logra sorprenderme con una trama muy, pero que muy bien planteada y planificada. Toma ya, que se ha buscado la manera de contar lo mismo pero de una manera realmente interesante y diferente, metiendo a secundarios que no carecen de lógica. Bien hecho, sí señor.
Encantado estoy con la idea, pues va de un dispositivo que se inventa una especie de Noé en su Arca particular, recogiendo a especies de planetas que se extinguen por culpa del Devorador de mundos, para evitar que encuentre unos planetas específicos. Y resulta que Galactus necesita a uno de los miembros de los 4F para poder abolirlo, por lo que quiere y pretende convertirlo en heraldo.
Es una buena idea, y encima muy bien contada, no se ha perdido el sentido de la maravilla y la forma pausada en la que acontece la invasión está bastante bien. Lo que fastidia un poco es cierto fallo de continuidad respecto a que flote por el aire la isla de Manhattan (hay que leerlo para saber por qué pasa esto) y el que no se haga mención alguna sobre algo tan bestia en ninguna de las otras colecciones de Marvel. Pero bueno, ya estamos acostumbrados a ello desde que Planeta-X y la Guerra de Khan pasaran desapercibidas.
Wieringo es perfecto, aunque tenga un estilo demasiado cartoon y simpático para presentar ciertas especies, lo cierto es que me parece una gozada para la vista, por su dinamismo, solidez y volumen de las figuras. Aparte, sabe muy bien cómo dibujar a cada uno de los Fantásticos, que tienen su propio rostro y figura, así como una forma de moverse diferente, algo que no todos los dibujantes saben hacer. Esta soltura y gracia son las que hacen que eche de menos a este autor si desaparece durante un par de meses. Aparte, en esta saga no se porta nada mal y sabe ser espectacular, aunque sea demasiado limpio para ciertas escenas que deberían tener un poco más de crudeza.
Una saga épica y bien planteada, interesante y que deja con ganas de más. Esta etapa sigue con muy buen pie. 9/10.
Runaways #07
Llegó el momento de las respuestas, de asentar las bases de la serie y del clímax. Si bien, hasta ahora habíamos estado presenciando los graves problemas por los que estaban pasando los personajes, que permanecían recluídos en una cueva esperando el rescate, ha llegado el momento de salir fuera. Y también de descubrir quién diablos es el topo del grupo, que proporciona información al Orgullo.
Es muy difícil hacer una reseña del número de este mes sin spoilers, porque todo él es un montón de sorpresas y por fin se desvelan las motivaciones y el origen del Orgullo, por lo que todo cobrará mucho más sentido. Lo mejor es que no deja indiferente, y se trata de una historia bastante atractiva, aunque en un principio pueda parecer ridícula por los personajes que entran en escena. Pero se entiende la variedad de poderes, la variedad de especies, la reunión anual, el que no tengan más de un retoño, el motivo por el que hay un topo... Todo queda bastante bien atado, y encima con mucha soltura, naturalidad y una aparente sencillez que resulta abrumadora.
Todo esto conlleva a que los villanos nos caigan mejor, entendamos sus motivaciones y nos resulten más atractivos, que ya es decir.
En el segundo número cambian mucho las cosas para los personajes, pues se ven obligados a desplazarse fuera del escondite y, para colmo, descubren lo del famoso topo y comienza la desconfianza. Las cosas se presentan bastante peliagudas, pues hasta se ven obligados a tomar una decisión que dará mucho juego para los siguientes números. Ansioso estoy por ver qué pasará.
Y vuelve Alphona, sin perder un ápice de calidad, completamente en forma. El mes pasado no apareció porque estuvo dos números con un sustituto y la verdad es que se nota su ausencia, pues ha sido una gozada encontrarlo en estas páginas, con ese trazo cerrado, limpio, expresivo y dinámico, así como elegante y cautivador. Es una pasada, va subiendo escalas en mi lista de dibujantes preferidos porque no deja de mejorar y cada vez parece que dibuja mejor. Además de que ya tiene cogidas las caras de los personajes, que cada cual tiene la suya propia. Este chico, si sigue así, llegará lejos.
Lo dicho, muchos vitores para esta serie y puede que esté exagerando, pero diría que es la más solida, original y adictiva de Marvel hoy en día. A ver cómo sigue. 9,5/10.
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