Death Note 1

Guión: Tsugumi Ohba
Dibujo: Takeshi Obata
Glénat; 200 páginas, 7'5€

Light Yagami es un notable estudiante japonés que se ha encontrado con el Death Note, el Cuaderno de la Muerte. Dicho cuaderno tiene una curiosa propiedad, y es la de causar la muerte instantánea de cuyas personas cuyo nombre se escriba en él, pudiéndose incluso especificar la hora y las condiciones de ésta. Así, para Light, llegará a convertirse en un instrumento fundamental para llevar a cabo la limpieza de este mundo, para llegar a convertirse en el Dios el nuevo en el que no habrá lugar para los crímenes, ya que todo aquél que atente contra su ideal de un mundo perfecto acabará en su cuaderno... Y éste con su vida. Al fin y al cabo... ¿no está limpiando el mundo de escoria criminal? ¿Qué puede tener de malo?

En Death Note los roles parecen cambiarse, y el protagonista, en vez de ser el inteligente detective encargado de detener el cruel rastro de sangre del psicópata gracias a sus increíbles dotes deductivas, es éste último quien acepta el papel de protagonista principal que se ve arrastrado por el tremendo poder que ha recaído caprichosamente en sus manos.
A pesar de ello, la presentación del "malvado" protagonista del cómic hace ver que (y no podía ser de otra forma tratándose del personaje principal de la obra) el carácter de éste está lleno de matices: es un joven estudiante, quizá el mejor de su país, temoroso en un principio por la dudosa moralidad de sus actos, pero que se da cuenta de que por fin puede hacer algo importante, y eliminar con un sólo movimiento de muñeca toda la podredumbre que consume a la actual sociedad; éste miedo se tornará en ira tras el reto al que se ve sometido con la entrada en escena del que se convertirá en su perseguidor, L, con lo que la a priori la "justicia" que parecía querer impartir con el poder del cuaderno se desdibuja y acaba por convertirse en un despiadado frenesí indiferente de asesinatos que acaba por mostrarnos como con cada nombre que aparece en el Cuaderno de Muerte el protagonista pierde un poco de su humanidad, y se vuelve un poco más despiadado en sus métodos. Light es un antihéroe en toda regla que protagonizará un interesante juego del gato y el ratón con su más peligroso perseguidor, L, cuya astucia parece estar al mismo nivel que la suya, y su particular enfrentamiento se convierte en el principal hilo conductor de estos primeros capítulos. Dos personajes a cada cual más audaz, las dos caras de la misma moneda (puede que incluso más de lo que pensamos, gracias a un fugaz dato que se deja caer...).

En cada episodio se nos van descubriendo las "normas de uso" del cuaderno, y cómo el protagonista exprime su ingenio para sacarle el mayor provecho. Su ambición no tiene límites, y por ello acaba incluso por sorprender al Dios de la Muerte (o Shinigami) que sólo quienes toquen el cuaderno pueden ver. Éste por fin ha encontrado una forma de divertirse tras el aburrimiento que impera en su mundo, actuando como morboso espectador, y dando de vez en cuando un toque de humor a la serie.

Una muy buena opción, además, para los que quieran una historia adictiva desde el primer momento, y no tener que esperar a encontrarle la verdadera gracia después de 6-7 tomos. Muy muy recomendable, un manga para engancharse desde el principio, por lo que es una apuesta segura si no te suelen atraer demasiado.

Valoración: 8/10.

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