Reseñas JUNIO presents: MAX Punisher #1. En el Principio.



Punisher no es lo mismo desde que lo cogió Garth Ennis. ¿Qué significa eso, que ha ido a peor o a mejor? Pues mirad, no diré que ni lo uno ni lo otro, es cuestión de gustos personales, pero de lo que no cabe duda es de que le ha dado un lavado de cara y un nuevo estilo que, por otra parte, le viene como anillo al dedo. Su primera maxiserie y sus primeros números en la línea Marvel Knights junto a Steve Dillon como dibujante son de lo mejorcito, un humor negro bestial que se disfruta con creces.

¿Y cuál era el encanto? Pues ese Punisher convertido en una máquina insensible de matar, aparentemente invencible. Esos secundarios tan carismáticos que enriquecían la trama, tan inseguros, tan perplejos por las horribles situaciones en las que andan metidos... Ese elenco de villanos tan curioso, desde el estúpido (no lo digas muy alto, que te oirá) del Ruso hasta esa mafiosa amputada de brazos y piernas, que no desiste en su vendetta personal contra el indomable Castigador... etc.

Pues bien, cuando Dillon se fue de la colección, la cosa fue cuesta abajo, la colección se hizo repetitiva y monótona, las genialidades empezaron a disminuir y se emplearon superhéroes de la casa de las ideas para ridiculizarlos de la peor de las maneras, como reclamo al lector. Solo hay que ver la última saga de Marvel Knights (sacada en España en un bonito tomo 100% Marvel) para comprobarlo. Por suerte, alguien tuvo la (aparentemente) excelente idea de darle un lavado de cara a la colección, ¿y qué mejor que trasladar al personaje a la línea adulta de Marvel?



¿Ha funcionado el invento? Hombre, esta primera saga supone una mejora considerablemente superior a lo anterior (menos a los números de Dillon, claro), pero no es por el cambio de sello, no. Porque por mucho que comenten por ahí (internet y demás), el cambio de sello apenas ha cambiado algo, solamente un dibujo mucho más serio y... claro, vísceras, palabrotas a mansalva, sesos desperdigados, vómitos, comentarios obscenos... En fin, que ahora Ennis no se corta un pelo y muestra todo tipo de elementos verdaderamente provocadores. ¿Y ya está? ¿Para esto tanto cambio de sello? Pues vaya... No es que no esté de acuerdo con este aspecto, sino que lo encuentro totalmente ineccesario, habrá a quien le guste ver todos estos elementos tan gore, pero eso no hace adulta la historia, ni mucho menos.

Una historia que, por otra parte, está fráncamente bien, muestra a Micro después de tanto tiempo. Este personaje era el ayudante de Punisher, una especie de M con su James Bond, proporcionándole todo tipo de armas y artefactos con los que matar a sus adversarios. Ahora llega para detenerle, pues cree que ha llegado demasiado lejos. Paralelamente, Castle ha matado a varias familias de mafiosos y por ello una pequeña banda (bastante peculiar) se ha visto encargada de eliminar al famoso azote de los criminales, Frank Castle.
Pues bien, no es un mal argumento en absoluto, de hecho tiene varios elementos empleados con anterioridad tales como secundarios geniales (no os perdáis la mujer que se pone cachonda cuando ve al Castigador), villanos curiosos (ese Pitts...), Punisher como máquina de matar...
Además, hay una reflexión sobre lo que hace Castle y lo que fue antes de ser lo que es, a través de las conversaciones y diálogos entre éste y Micro, que no están nada mal.



Por desgracia, este tomo se lee deprisa por lo alargada que está trama, tanto que está llena de situaciones fráncamente inneccesarias, que se alargan demasiado y al final se quedan en la nada. Por no hablar de que podría haberse aprovechado más esa reflexión sobre lo que se supone que es el Castigador, porque encuentro que es lo más interesante. Además, todo está resuelto de una manera que... en fin, que todo se reduce en ver quién es el más bestia y quien la tiene más grande (el arma, claro).
Vamos, que al final todo es violencia explícita sin más, la trama se reduce a ello, por tanto Microchip que haya haciendo interesante la cosa.
Aún así, quien encuentre el gore, los diálogos soeces y la violencia divertida, pues ala, ya tiene entretenimiento para rato, porque esto está repleto de estos elementos.

Lewis Larosa, por otra parte, me es totalmente desconocido, lo encuentro muy adecuado para todo esto y me encanta la variedad de rostros que es capaz de hacer. Solo me parece bastante inadecuado a la hora de mostrar vísceras y demás, las hace demasiado extrañas y deforma mucho a los personajes sin razón, cambian de viñeta a viñeta... Curioso. A destacar la gran labor del colorista Dean White, es soberbio y capaz de crear un ambiente absolutamente perfecto al conjunto. Mejora con creces el resultado gráfico final.

Pues eso, violencia explícita y gratuita solo para ADULTOS que anhelen gore y lo peor de la condición humana. Vaya tontería este cambio de sello... 6/10.

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