Liches: los magos no-muertos

El terror esconde muchas sorpresas, datos poco conocidos y conocimientos olvidados. Muchas veces podemos encontrarnos con una figura que por erecho propio se ha convertido en un clásico o un icono del género pero sobre la que en realidad sabemos muy poco. ¿Cual es su origen? ¿Qué pasos la han llevado ha su estatus actual? Y esto hace también que muchas veces pase desapercibido, sin destacar demasiado pese a lo importante o no que sea. Y es que en nuestra sociedad sobresaturada de información, sólo tenemos en cuenta muy pocos datos, y nos hallamos con entidades de las que muy poco sabemos, eclipsadas muchas veces por versiones bastardas y para adolescentes sensibleros de otros iconos del terror. Pero, al igual que hice con los necrófagos, es hora de sacar a la luz a los Liches, esos grandes desconocidos.

En la ficción fantástica moderna, un lich (tambien liche, derivado del alemán Leiche, "cadáver") es una criatura no-muerta, generalmente un poderoso mago o rey, que mediante el uso de rituales malignos ata su mente a su cadáver animado, logrando de esta manera la inmortalidad. Los liches suelen presentarse con aspecto claramente cadavérico, en contraposición a la estética más atractiva de los vampiros, pues desechan toda belleza física al estar más interesados en la supervivencia de su mente y sus poderes. Debido a ello suelen ser cadáveres desecados, parcialmente momificados o incluso completamente esqueléticos. Los liches suelen poseer la capacidad de animar y controlar hordas de no-muertos inferiores, utilizándolos como soldados y agentes, lo que los convierte en graves amenazas, tanto individualmente como siendo líderes de poderosos ejércitos.

Los liches hacen su aparición en diversas obras de ficción fantástica, como "El imperio de los nigromantes" ("Empire of the Necromancers") de Clark Ashton Smith, donde Lich se usa para describir de forma general a cualquier cadáver, animado o inanimado, definición que se usaba antes del uso más específico del término en juegos de fantasía. El más claro ejemplo de esto apareció en 1977, en el Manual de Monstruos de Advanced Dungeons & Dragons, el famoso juego de rol de Gary Gygax.

El Lich en la religión y mitología
En la Iglesia Católica Romana y la Iglesia de Inglaterra, la palabra "Lychgate" hace referencia a una zona cubierta en la entrada de los cementerios, donde el ataúd espera la llegada del clérigo para proceder a realizar la ceremonia de enterramiento. En este sentido, "Lych" es un término que significa cuerpo o cadáver, y deriva del ingles antiguo.

La idea subyacente de eludir la muerte mediante los estudios arcanos y la magia negra se remonta al folclore de Oriente Medio. Se lograba la inmortalidad mediante la transferencia del alma a una filacteria, donde quedaría protegida. Dicho objeto quedaría oculto y protegido en alguna fortaleza. Esto puede considerarse una influencia de las prácticas egipcias de momificación, en las que los organos del cuerpo eran extraídos y conservados en frascos llamados vasos canopos.

En la mitología eslava oriental existe la historia de un poderoso mago oscuro o demonio, Koschei el Inmortal, que elude la muerte por tener su ardiente alma colocado en el ojo de una aguja mágica. La aguja está dentro de un huevo, que está dentro de un pato, que está dentro de una liebre, que está bloqueada en un cofre de hierro colocado en las raíces de un gran roble, que se encuentra en un agujero en la tierra en la mágica isla de Buyan. Koschei pueden ser asesinados sólo por romper la aguja mágica, que es muy similar a la filacteria de lich.

¿Lich o Exánime?
El Lich tal y como lo conocemos hoy en día en los juegos y ambientaciones de ficción fantástica está basado principalmente en Dungeons & Dragons. Según éste, para destruir definitivamente a un lich, primero hay que destruir su filacteria, pues es el recipiente de su alma, esta representa tanto el origen de su poder como su ancla con el mundo físico. Debido a esto, si se destruye la filacteria, la forma física del lich puede ser destruida de forma definitiva.

Se puede afirmar sin duda alguna que los liches son criaturas exánimes, sin alma, pues esta ha sido extraída de su forma corpórea para ser almacenada en un recipiente o filacteria. Debido a ello, el término exánime para referirse a ellos en español no está mal usado, y puede considerarse una traducción correcta. Al contrario ha sucedido en otras traducciones de fantasía moderna (como por ejemplo AD&D), donde, de forma nefasta e irresponsable, se ha traducido el término "Lich" como "Cadáver", lo cual, aunque correcto, es una aberración dentro de la ambientación.

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