Dicen que Kahndaq es tierra testigo de prodigios, y también de muertes. También hay algo, un nombre, que nadie se atreve a decirlo en alto, ni siquiera en susurros: SHAZAM. Lejanos quedan ya esos tiempos donde un jóven llamado Teth-Adam se ganó los favores de cierto mago. Dicho mago le dió lo mejor de lo mejor: resistir como Shu, correr como Heru, forzudo como Amon, sabio como Zehuti, poderoso como Aton y con el coraje digno de Mehen. Ahora, lo que parecía la salvación de la nación, se convirtió en su perdición: Cuando perdió a aquellos a quienes más quería... él mismo se perdió en el poder, usándolo para matar a los que tomaron Khandaq por la fuerza... para hacer lo propio. Tuvo que ser su creador que tras confinarle en la apariencia de un ser dado a crear leyendas, cambiarle el nombre a Khem-Adam. Con el tiempo, volvió a aparecer entre nosotros... para descubrir que el mago había elegido a otro campeón, a alguien que han llamado... CAPITÁN MARVEL. Fue derrotado, una y otra vez, llegó a militar en la JSA buscando ser util... pero de nada le sirvió. Kahndaq estaba en su mente... y ahora es su amo y señor, permitiendo visitas de dignatarios a los que considera dignos como él. Hoy recibe una inesperada visita.
-Saludos, señor de Kahndaq. Tengo información sobre algo que podría... interesarle.
-Más vale que así sea, Namor McKenzie, bastardo de atlante y humano.
-¡Cómo te atreves!-Namor aprieta el puño en señal de enfado ante el desplante de Black Adam.
-Me atrevo por que puedo... y por que es la verdad. Habla o más vale que sólo uno de los dos salga de aquí... muerto. Mi tiempo es preciado.
-Están pasando cosas, se van cumpliendo los escritos: la Crisis será inminente... y seguramente... perecerás.
En Coruscant, la Princesa Leia continuaba sin noticias de su padre, y de Han. Ambos partieron hace ya horas, y no habían comunicado nada por la línea segura. Las puertas de su despacho se abren, mostrando a alguien al que ella no veía desde lo de Endor: Luke Skywalker, su hermano.-¡Luke, no esperaba verte por éstos territorios!
-Yo tampoco esperaba venir, pero me temo que hay malas notícias.
-Has contactado con Han o con...
-No, no he tenido contacto, pero me temo que pueden estar en peligro. El lado oscuro es...
-Pero... el Emperador murió, tú lo viste.
-Me temo que el Emperador llegó a predecir su propio destino... y el de nuestro padre.
Dos a la carrera: Así se sienten Han Solo y Darth Vader, perseguidos por varias patrullas de reptilianos que tratan de capturar a un esclavista y a su misterioso y alto ayudante, sospechosos de la muerte de un oficial en una cantina. Montados en su bikespeeder, ambos esquivan los lásers disparados por las patrullas, uno de ellos rozando la cabeza de Han, protegida por un sombrero. -¡Ey, ese casi me alcanza! ¿No le puede dar más velocidad a ésto?
-Podrías usar el látigo y ayudar en vez de quejarte. Leia me dijo que se te da bien.
-¿De verdad Leia le dijo eso?
Dos de las patrulleras se ponen en paralelo a la bikespeeder con el propósito de chocar lateralmente con ellas. Han saca el látigo y decide usarlo, enganchándo la patrullera derecha con la bikespeeder, obligando a Vader a dar un puñetazo al piloto. El Señor Oscuro acelera la bikespeeder,y el látigo de Han hace que la patrullera enganchada choque con la otra, provocando una explosión.
-¡Vaya, Leia debía tener razón!
-Concéntrate. Nos siguen dos patrulleras más.
"Crisis", piensa Black Adam, sabedor que dicha palabra se ha oido en boca de gente con él, gente metahumana o sin poderes que luchan por lo creen justo, como él.-¿Cómo estás tan seguro de mi muerte, Atlante?
-Un ser me lo mostró, alguien que nunca suele interferir.
-Sé a quien te refieres. He visto finales peores para mi pueblo... y los he cambiado.
-Éste cambio es imposible de cambiar. Al final... sólo quedará una.
-¿Una?-Black Adam estaba intrigado al oir eso de"sólo quedará una".
-Tú sólo conoces ésta Kahndaq, pero hay más, en más realidades. En una de ellas, el regente es alguien que lleva el rojo y no el negro junto al rayo.
-¡Blasfémia!-El déspota regente se lanza de lleno al Príncipe Namor. Del señor de Atlantis se oye un"¡Imperius Rex!", y ambos se lanzan a un ataque sin freno, luchando como dos titanes, salpicando sangre en cada impacto, sin miedo a nada. Finalmente, Black Adam lanza su mayor demoledor golpe contra Namor, dejándolo medio moribundo.
-Largate de Kahndaq, bastardo Atlante. No eres bienvenido aquí.
LA SEMANA QUE VIENE...
LOBO
AUUUUUUUUUUU, MENUDO TURRÓN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario