A pesar de que hace muy poco, con motivo de la publicación del post sobre la conferencia dada por JdelOlmo y por mí en el fnac, anuncié que hasta la semana que viene no se publicaría el articulo correspondiente al conjunto de estos dedicados al amor y Final Fantasy. No obstante, los planes han cambiado y para el día de hoy, jueves, tendría lugar la publicación en el blog del post ya anunciado.
Del séptimo capítulo de la saga pasamos al octavo, aquel que salió en nuestro país por estas fechas hace ya diez años, que no es otro que Final Fantasy VIII. El protagonista de esta historia no es otro que Squall Leonhart, el cual resulta herido casi de gravedad tras haber estado luchando contra el que es considerado su rival, Seifer Almasy, también herido como él. Conforme vayamos avanzando en el juego, y esto es algo que podemos deducirlo nada más ver la fabulosa introducción u "opening" realizada por gráficos generados por ordenador, los dos presentan en su rostro dos cicatrices provocadas por herida de espada.
En este juego no solo encontramos a estos dos personajes sino a otros más: Zell, Selphie, Quistis, Irvine, el director Cid (una de las características de las distintas entregas de la saga Final Fantasy es que siempre hay un personaje con este nombre), la bruja Edea, Laguna Loire, etc. Son muchos los personajes que intervienen en la trama y en el desarrollo del juego, pero hay uno, que además es considerado objeto de este artículo y de nuestro estudio particular sobre el romanticismo en Final Fantasy, que es Rinoa Heartly, que sin duda protagonizará la primera pareja de amor oficial con Squall en toda la saga Final Fantasy, al menos, desde nuestro punto de vista.
La primera vez que ambos se encuentran es en el baile de graduación en Seed y es ella la que invita con un gesto de su mano a Squall a un baile, del cual os ofrecemos el video en este post. Aparte de este momento, los hay más donde podemos demostrar que entre ellos no solo hay sentimientos de amistad o de preocupación de uno hacia el otro: entre ellos hay verdadero amor aunque, por desgracia, Squall presente una personalidad o un perfil psicológico que nos recuerda a Cloud Strife, es decir, el de una persona fría y seria, una persona del que no se espera en absoluto que pueda expresar sentimiento alguno, aunque a lo largo del juego nos percataremos de que así no es.
Uno de los primeros momentos dramáticos protagonizados por Squall y Rinoa tiene lugar en Galbadia, con motivo de la presentación por parte del presidente de dicho país de la Bruja Edea. Squall y los demás se encargan de realizar un sabojate, de tal modo que la bruja queda encerrada en el interior del Arco de Triunfo. Una vez que estos se salen con la suya, y en mitad de la confusión y el desorden provocado por la multitud, Squall se sube a un coche descapotable a lo vintage y se dirige rápidamente al Arco de Triunfo donde se enfrenta tanto con Seifer como con Edea. El combate con ésta última se decanta a favor de ella, quien le envia una estaca de hielo al pecho de Squall, gritando de dolor y de angustia Rinoa, que presencia en todo momento estos acontecimientos. Squall, debido al impacto, cae al vacío y Rinoa, impotente, corre detrás de él para intentar evitar su caída. Sin embargo, sus esfuerzos son en vano y no puede evitar que Squall caiga.
Con motivo del combate entre las escuelas de Galbadia y Balamb, Rinoa cae desde la escuela de Squall y Zell aunque con fortuna consigue agarrarse a las rocas y evitar temporalmente una caída fatal. Una vez que Squall ha conseguido vencer a uno de los soldados enemigos, baja y consigue rescatar a Rinoa.
Más adelante, Rinoa es utilizada y apresada por Seifer para resucitar a Adel y aquí tenemos una de las escenas más bonitas de dicho juego y que, digamos, podría ser considerada como un precedente a lo que será la escena romántica más bonita, admirada y vista en la saga Final Fantasy, y que la encontraremos en la décima entrega, la escena del beso en el lago. Volviendo a la escena anterior, Squall libera de su prisión a Rinoa y ésta cae a sus brazos. Ambos se envuelven en un abrazo muy emotivo.
La escena que deja claras las dudas del amor entre ellos dos es sin duda la escena final, que no contaremos en este artículo por evitar hacer spoilers. Lo importante de esta entrega con respecto a las anteriores (IV, VI y VII) es que ya podemos constatar la existencia de amor o romanticismo en un Final Fantasy. Final Fantasy VIII se convierte en el primer juego donde hay constancia o evidencias de un beso entre hombre y mujer (no diremos cuando ni donde) aunque lamentablemente no podamos presenciarlo en primera persona, dejando latente la ideología japonesa sobre la demostración pública del amor entre dos personas, caracterizada ésta por apoyarse más en los hechos que en las palabras y en los gestos comunes como los besos por ejemplo.
Es posible que nuestra conclusión sobre considerar la octava entrega como la primera oficial y destacadamente en la que aparece romanticismo o amor como nosotros lo entendemos pueda ser ampliamente discutida. Los hay que piensan que entre Locke y Ceres en FFVI si hay relacion de amor, quienes consideran que Cloud está realmente enamorado de Aerith a pesar de que la frialdad que lo caracteriza le impida expresar los sentimientos de un modo idéntico o similar al de Aeris o al de la misma Tifa, cuyo personaje ha generado un debate entre los fans sobre si Cloud la quiere a ella o es ella quien la quiere a él o simplemente hay amistad entre ambos. Lo cierto es que las opiniones, como tales, son muy subjetivas y todo dependerá del prisma con el que se vean las cosas.
No obstante estamos ante una de las mejores entregas de Final Fantasy, aunque yo sigo decantandome abiertamente por la séptima. Con respecto a la octava diré que su gran novedad al respecto y eso es algo que los productores de Square Enix deberían tomar en cuenta para un posible remake, es que se abandonó el look "super deformed" (look cabezones) para optar por un look aún más realista, algo que ocurriría también con la décima entrega. Los escenarios tienden más a ser más futuristas que medievales, aunque en algunas ciudades visitables puede apreciarse cierta mezcla de ambas tendencias contextuales, como ocurre en el Castillo de Artemisa//Ultimecia o en el orfanato de Squall y compañia.
Próxima semana: Blue Dragon, del videojuego al anime y del anime al manga.
Del séptimo capítulo de la saga pasamos al octavo, aquel que salió en nuestro país por estas fechas hace ya diez años, que no es otro que Final Fantasy VIII. El protagonista de esta historia no es otro que Squall Leonhart, el cual resulta herido casi de gravedad tras haber estado luchando contra el que es considerado su rival, Seifer Almasy, también herido como él. Conforme vayamos avanzando en el juego, y esto es algo que podemos deducirlo nada más ver la fabulosa introducción u "opening" realizada por gráficos generados por ordenador, los dos presentan en su rostro dos cicatrices provocadas por herida de espada.
En este juego no solo encontramos a estos dos personajes sino a otros más: Zell, Selphie, Quistis, Irvine, el director Cid (una de las características de las distintas entregas de la saga Final Fantasy es que siempre hay un personaje con este nombre), la bruja Edea, Laguna Loire, etc. Son muchos los personajes que intervienen en la trama y en el desarrollo del juego, pero hay uno, que además es considerado objeto de este artículo y de nuestro estudio particular sobre el romanticismo en Final Fantasy, que es Rinoa Heartly, que sin duda protagonizará la primera pareja de amor oficial con Squall en toda la saga Final Fantasy, al menos, desde nuestro punto de vista.
La primera vez que ambos se encuentran es en el baile de graduación en Seed y es ella la que invita con un gesto de su mano a Squall a un baile, del cual os ofrecemos el video en este post. Aparte de este momento, los hay más donde podemos demostrar que entre ellos no solo hay sentimientos de amistad o de preocupación de uno hacia el otro: entre ellos hay verdadero amor aunque, por desgracia, Squall presente una personalidad o un perfil psicológico que nos recuerda a Cloud Strife, es decir, el de una persona fría y seria, una persona del que no se espera en absoluto que pueda expresar sentimiento alguno, aunque a lo largo del juego nos percataremos de que así no es.
Uno de los primeros momentos dramáticos protagonizados por Squall y Rinoa tiene lugar en Galbadia, con motivo de la presentación por parte del presidente de dicho país de la Bruja Edea. Squall y los demás se encargan de realizar un sabojate, de tal modo que la bruja queda encerrada en el interior del Arco de Triunfo. Una vez que estos se salen con la suya, y en mitad de la confusión y el desorden provocado por la multitud, Squall se sube a un coche descapotable a lo vintage y se dirige rápidamente al Arco de Triunfo donde se enfrenta tanto con Seifer como con Edea. El combate con ésta última se decanta a favor de ella, quien le envia una estaca de hielo al pecho de Squall, gritando de dolor y de angustia Rinoa, que presencia en todo momento estos acontecimientos. Squall, debido al impacto, cae al vacío y Rinoa, impotente, corre detrás de él para intentar evitar su caída. Sin embargo, sus esfuerzos son en vano y no puede evitar que Squall caiga.
Con motivo del combate entre las escuelas de Galbadia y Balamb, Rinoa cae desde la escuela de Squall y Zell aunque con fortuna consigue agarrarse a las rocas y evitar temporalmente una caída fatal. Una vez que Squall ha conseguido vencer a uno de los soldados enemigos, baja y consigue rescatar a Rinoa.
Más adelante, Rinoa es utilizada y apresada por Seifer para resucitar a Adel y aquí tenemos una de las escenas más bonitas de dicho juego y que, digamos, podría ser considerada como un precedente a lo que será la escena romántica más bonita, admirada y vista en la saga Final Fantasy, y que la encontraremos en la décima entrega, la escena del beso en el lago. Volviendo a la escena anterior, Squall libera de su prisión a Rinoa y ésta cae a sus brazos. Ambos se envuelven en un abrazo muy emotivo.
La escena que deja claras las dudas del amor entre ellos dos es sin duda la escena final, que no contaremos en este artículo por evitar hacer spoilers. Lo importante de esta entrega con respecto a las anteriores (IV, VI y VII) es que ya podemos constatar la existencia de amor o romanticismo en un Final Fantasy. Final Fantasy VIII se convierte en el primer juego donde hay constancia o evidencias de un beso entre hombre y mujer (no diremos cuando ni donde) aunque lamentablemente no podamos presenciarlo en primera persona, dejando latente la ideología japonesa sobre la demostración pública del amor entre dos personas, caracterizada ésta por apoyarse más en los hechos que en las palabras y en los gestos comunes como los besos por ejemplo.
Es posible que nuestra conclusión sobre considerar la octava entrega como la primera oficial y destacadamente en la que aparece romanticismo o amor como nosotros lo entendemos pueda ser ampliamente discutida. Los hay que piensan que entre Locke y Ceres en FFVI si hay relacion de amor, quienes consideran que Cloud está realmente enamorado de Aerith a pesar de que la frialdad que lo caracteriza le impida expresar los sentimientos de un modo idéntico o similar al de Aeris o al de la misma Tifa, cuyo personaje ha generado un debate entre los fans sobre si Cloud la quiere a ella o es ella quien la quiere a él o simplemente hay amistad entre ambos. Lo cierto es que las opiniones, como tales, son muy subjetivas y todo dependerá del prisma con el que se vean las cosas.
No obstante estamos ante una de las mejores entregas de Final Fantasy, aunque yo sigo decantandome abiertamente por la séptima. Con respecto a la octava diré que su gran novedad al respecto y eso es algo que los productores de Square Enix deberían tomar en cuenta para un posible remake, es que se abandonó el look "super deformed" (look cabezones) para optar por un look aún más realista, algo que ocurriría también con la décima entrega. Los escenarios tienden más a ser más futuristas que medievales, aunque en algunas ciudades visitables puede apreciarse cierta mezcla de ambas tendencias contextuales, como ocurre en el Castillo de Artemisa//Ultimecia o en el orfanato de Squall y compañia.
Próxima semana: Blue Dragon, del videojuego al anime y del anime al manga.
2 comentarios:
Pues con tantos retrasos en todo, que te adelantes a la fecha prevista no es motivo de queja ;D Sigue así.
Yo prefiero la VIII pero la VII ampoco está mal
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