La historia de amor definitiva es aquella que es una tragedia. Pero no todas las tragedias tienen que acabar de la misma manera. Esta es la historia de un amor que no puede ser. Esta es la historia de un amor destructivo. Esta es la historia de un sacrificio. Esta historia es la culminación de la etapa de Bob Harras en Los Vengadores. Esta historia es la saga de Proctor y Los Recolectores.
Si esta sección, desde siempre, ha sido subjetiva y, por lo tanto, nunca ha tenido una opinión imparcial, esta vez esta manera de llevarla se eleva a la máxima potencia. Esta es, posiblemente, la saga favorita de Los Vengadores del que esto escribe, pues me marcó muchísimo, me impliqué emocionalmente demasiado con los personajes, la historia llegó demasiado dentro... y como para no hacerlo.
Recordemos cómo están las cosas... hace una semana expusimos el panorama editorial de la época, así que no es necesario volver a hablar de aquellos escabrosos asuntos. Bob Harras entró en la colección un par de añitos antes y había estado llevándola hacia una dirección, una dirección que, es posible que al principio no se pudiera imaginar la gente cual era... pero, más adelante, los atisbos de lo que vendría, helarían la sangre a más de uno. Harras era muy listo, había dejado a los pesos gordos en un segundo plano y se había ido interesando por los demás personajes que merodeaban por entonces por la colección. Estos personajes no eran tan carismáticos como un Iron Man o un Capitán América, no tenían su caché ¿no? cualquiera podría decir que estaban destinados a fracasar y que los pesos gordos volverían pronto al protagonismo para dejar las cosas como estaban... pero eso es, quizás, lo que hubiera hecho cualquier otro. Harras estaba aquí para contarnos una historia, esta historia... y había llegado ya el momento.
Como los buenos artesanos, Bob Harras había estado haciendo su trabajo lentamente -no, no me refiero a lo que hace Bendis, me refiero a otra cosa-, moldeando con cuidado y mucho cariño la obra que estaba realizando, entretejiendo los hilos en el telar de manera que todo fuera encajando en su lugar, el resultado final tenía que ser lo más perfecto posible ¿lo sería?
Todo había comenzado lentamente, lejanamente, cuando Bob Harras acababa de llegar a la colección y los lectores todavía no sabían lo que podían esperarse de él. Todo comenzó con una saga donde nuestros héroes se enfrentaban a unos alienígenas por mediación de El Coleccionista. Durante esta saga, Sersi entró en contacto con una mente colectiva -la de estos alienígenas- y, con ello, había comenzado un proceso que no podría detenerse. Nadie podría darle mucha importancia a aquello ¿no? Sería un subargumento para utilizar más adelante, nada más... además, después comenzó la Operación Tormenta Galactica y la gente estaba prestando más atención a lo que sucedía en el espacio ¿qué importaba lo que le había pasado a Sersi? Nada... y todo.
Como hemos comentado más arriba, Bob Harras no se apoyó en los pesos pesados del grupo, sino en los, aparentemente, secundarios, esos personajes que, al no ser iconos intocables, se podía hacer con ellos casi cualquier cosa. Nadie se había dado cuenta del detalle, cuando los protagonistas de una historia son personajes "prescindibles" puede pasar de todo. Y pasó de todo, vaya si pasó. Después de ir preparandolo poco a poco, era la hora de dejar de lado las chiquitas y lanzarse de cabeza a la saga que haría que la gente recuerde a Harras como uno de los grandes de Los Vengadores.
Sersi, Dane Whitman, Crystal, Mercurio... sobre ellos reposaría el peso. Unos personajes que, desde el principio de la etapa Harras, habían estado sufriendo una evolución y una serie de relaciones que harían que se ganaran el favor del público. ¿No eran estos los personajes secundadrios? Lo eran, sí, pero poco a poco se habían ido convirtiendo en protagonistas. La etapa de Harras se levantó sobre un grupo de "secundarios" que poco a poco se volvieron imprescindibles. Eran ellos los que llevaban las historia y los que realizaban las acciones importantes, las que llevarían al grupo a un nivel diferente. Y, ahora, hablemos de cotilleos...
Estos personajes arriba citados no sólo eran los protagonistas de la acción. Si algo caracteriza a los personajes de MARVEL es que son humanos, muy humanos, y muchas veces los sentimientos les pueden y a veces les traicionan. Dane Whitman, El Caballero Negro, que se estaba convirtiendo en uno de los personajes más carismáticos de la serie, sentía cómo unos sentimientos profundos se despertaban por su compañera Crystal... pero Crystal estaba casada con Mercurio, aunque estaban separados, no era una relación noble precisamente. Dane no sabía que Crystal comenzaba a sentir algo por él... pero esa relación no podía ser, ella tenía una hija con Mercurio y, aunque sólo fuera por ella, tenía que salvar aquella relación. y después estaba Sersi. La emocional y salvaje Sersi. Sersi se sentía muy pero que muy atraída por Dane y, lo que será terrible para todos, su mente empezaba a perder el control.
Señores, aunque lo arriba expuesto les parezca un cotilleo propio de Aquí Hay Tomate, esto es lo más importante de la saga de Proctor y Los Recolectores, pues serán estas relaciones, estos sentimientos encontrados, los que harán que los personajes tomen las decisiones que tomen; serán las que hagan que, en momentos de tensión hagan lo que hacen... y habrá mucha tensión, demasiada. Así que, si sumamos las tensiones emocionales a una amenaza terrible y catastrófica enfrentada por un grupo de personajes secundarios... Como hemos dicho al principio, esta historia es una tragedia.
Todo comienza con la visita de El Vigilante, una entidad que visita La Tierra cuando algo muy gordo va a pasar. Su visita tiene lugar durante una cena de los miembros del grupo con algunos invitados, y aquí el lector se puede oler lo que está por llegar. Después llegan los llamados Recolectores, los cuales parecen ser versiones de Los Vengadores de otras realidades, pervertidos y malvados, que van cazando a héroes para que su doble ocupe su lugar. Estos Recolectores sirven a un tal PROCTOR, un enigmático personaje siniestro que parece estar obsesionado con Sersi, la cual, además, ha recibido un mensaje por parte de sus parientes Eternos, un mensaje nada esperanzador: se está volviendo loca, irremediablemente loca. Y esto, señores, es el principio. Los personajes están en sus puestos, la tragedia está servida.
Ya lo he dicho arriba. Esta saga me impactó muchísimo. Todo era un cúmulo de emociones que poco a poco se iba inflando y, tarde o temprano, tendría que explotar. Algunos han querido ver en esta saga, una versión de La Saga de Fénix Oscura para Los Vengadores, y se podría que sí y que no lo es. El esquema es parecido por momentos, pero para nada es igual, aquí se tratan otros temas, aunque la resolución final es algo parecida, no lo vamos a negar. Según va avanzando la saga, el sentimiento de tragedia va a más, el lector lo ve, lo siente, esta historia no puede acabar bien... y poco a poco se ha ido involucrando emocionalmente con estos personajes, no quiere que acaben mal.
Y he aquí mi odisea particular... recordemos que, un servidor, se estaba leyendo esta saga en diferido. Pues estamos en la época en que Planeta ha perdido los derechos de MARVEL y PANINI va a publicar los comics de los personajes que leemos desde hace tiempo. Entonces me dan el chivatazo... esta saga se publicó en España en dos tomos recopilatorios, y esos tomos están en la librería especializada que frecuento. Había que hacerse con ellos antes de que desapareciesen del stock... y, en un diciembre en el que todos los fans sentían escalofríos y temores, bajé sin demora a por los dos tomos, para poder tener al fin La saga de Proctor y Los Recolectores.
¿Mereció la pena la carrerita y el pastón? Sí, mereció mucho la pena. Todavía hay escenas que me dan escalofríos leer -ese "Vamos a dejar de ser nobles ¿vale"-. Los momentos que entrecortaban la respiración, los terribles descubrimientos, el crescendo de una historia que no podía tener final feliz... el descubrir la identidad de PROCTOR y sus verdaderas intenciones... Como hemos dicho antes, esta es la historia de un amor imposible, de un amor destructivo, de un sacrificio. Pero en definitiva es una historia de amor, de locura, de pasión desencadenadas. Y con un final trágico, pero de alguna manera feliz. Estoy intentando no contar nada de la trama y no seré yo el que destroce tan magno final, es algo que debe ser leído, para que todos sientan lo que sentimos los que lo leímos en su momento.
Bob Harras lo había conseguido, se había llevado su pedacito en la historia de Los Vengadores. Después vendrían los verdaderos '90 para la serie, pero eso, queridos lectores, será otra historia.
Y después de tan magna historia, volveremos con el que devolvió la gloria al grupo tras los fatídicos '90, Kurt Busiek, con Vengadores Forever.
Si esta sección, desde siempre, ha sido subjetiva y, por lo tanto, nunca ha tenido una opinión imparcial, esta vez esta manera de llevarla se eleva a la máxima potencia. Esta es, posiblemente, la saga favorita de Los Vengadores del que esto escribe, pues me marcó muchísimo, me impliqué emocionalmente demasiado con los personajes, la historia llegó demasiado dentro... y como para no hacerlo.
Recordemos cómo están las cosas... hace una semana expusimos el panorama editorial de la época, así que no es necesario volver a hablar de aquellos escabrosos asuntos. Bob Harras entró en la colección un par de añitos antes y había estado llevándola hacia una dirección, una dirección que, es posible que al principio no se pudiera imaginar la gente cual era... pero, más adelante, los atisbos de lo que vendría, helarían la sangre a más de uno. Harras era muy listo, había dejado a los pesos gordos en un segundo plano y se había ido interesando por los demás personajes que merodeaban por entonces por la colección. Estos personajes no eran tan carismáticos como un Iron Man o un Capitán América, no tenían su caché ¿no? cualquiera podría decir que estaban destinados a fracasar y que los pesos gordos volverían pronto al protagonismo para dejar las cosas como estaban... pero eso es, quizás, lo que hubiera hecho cualquier otro. Harras estaba aquí para contarnos una historia, esta historia... y había llegado ya el momento.
Como los buenos artesanos, Bob Harras había estado haciendo su trabajo lentamente -no, no me refiero a lo que hace Bendis, me refiero a otra cosa-, moldeando con cuidado y mucho cariño la obra que estaba realizando, entretejiendo los hilos en el telar de manera que todo fuera encajando en su lugar, el resultado final tenía que ser lo más perfecto posible ¿lo sería?
Todo había comenzado lentamente, lejanamente, cuando Bob Harras acababa de llegar a la colección y los lectores todavía no sabían lo que podían esperarse de él. Todo comenzó con una saga donde nuestros héroes se enfrentaban a unos alienígenas por mediación de El Coleccionista. Durante esta saga, Sersi entró en contacto con una mente colectiva -la de estos alienígenas- y, con ello, había comenzado un proceso que no podría detenerse. Nadie podría darle mucha importancia a aquello ¿no? Sería un subargumento para utilizar más adelante, nada más... además, después comenzó la Operación Tormenta Galactica y la gente estaba prestando más atención a lo que sucedía en el espacio ¿qué importaba lo que le había pasado a Sersi? Nada... y todo.
Como hemos comentado más arriba, Bob Harras no se apoyó en los pesos pesados del grupo, sino en los, aparentemente, secundarios, esos personajes que, al no ser iconos intocables, se podía hacer con ellos casi cualquier cosa. Nadie se había dado cuenta del detalle, cuando los protagonistas de una historia son personajes "prescindibles" puede pasar de todo. Y pasó de todo, vaya si pasó. Después de ir preparandolo poco a poco, era la hora de dejar de lado las chiquitas y lanzarse de cabeza a la saga que haría que la gente recuerde a Harras como uno de los grandes de Los Vengadores.
Sersi, Dane Whitman, Crystal, Mercurio... sobre ellos reposaría el peso. Unos personajes que, desde el principio de la etapa Harras, habían estado sufriendo una evolución y una serie de relaciones que harían que se ganaran el favor del público. ¿No eran estos los personajes secundadrios? Lo eran, sí, pero poco a poco se habían ido convirtiendo en protagonistas. La etapa de Harras se levantó sobre un grupo de "secundarios" que poco a poco se volvieron imprescindibles. Eran ellos los que llevaban las historia y los que realizaban las acciones importantes, las que llevarían al grupo a un nivel diferente. Y, ahora, hablemos de cotilleos...
Estos personajes arriba citados no sólo eran los protagonistas de la acción. Si algo caracteriza a los personajes de MARVEL es que son humanos, muy humanos, y muchas veces los sentimientos les pueden y a veces les traicionan. Dane Whitman, El Caballero Negro, que se estaba convirtiendo en uno de los personajes más carismáticos de la serie, sentía cómo unos sentimientos profundos se despertaban por su compañera Crystal... pero Crystal estaba casada con Mercurio, aunque estaban separados, no era una relación noble precisamente. Dane no sabía que Crystal comenzaba a sentir algo por él... pero esa relación no podía ser, ella tenía una hija con Mercurio y, aunque sólo fuera por ella, tenía que salvar aquella relación. y después estaba Sersi. La emocional y salvaje Sersi. Sersi se sentía muy pero que muy atraída por Dane y, lo que será terrible para todos, su mente empezaba a perder el control.
Señores, aunque lo arriba expuesto les parezca un cotilleo propio de Aquí Hay Tomate, esto es lo más importante de la saga de Proctor y Los Recolectores, pues serán estas relaciones, estos sentimientos encontrados, los que harán que los personajes tomen las decisiones que tomen; serán las que hagan que, en momentos de tensión hagan lo que hacen... y habrá mucha tensión, demasiada. Así que, si sumamos las tensiones emocionales a una amenaza terrible y catastrófica enfrentada por un grupo de personajes secundarios... Como hemos dicho al principio, esta historia es una tragedia.
Todo comienza con la visita de El Vigilante, una entidad que visita La Tierra cuando algo muy gordo va a pasar. Su visita tiene lugar durante una cena de los miembros del grupo con algunos invitados, y aquí el lector se puede oler lo que está por llegar. Después llegan los llamados Recolectores, los cuales parecen ser versiones de Los Vengadores de otras realidades, pervertidos y malvados, que van cazando a héroes para que su doble ocupe su lugar. Estos Recolectores sirven a un tal PROCTOR, un enigmático personaje siniestro que parece estar obsesionado con Sersi, la cual, además, ha recibido un mensaje por parte de sus parientes Eternos, un mensaje nada esperanzador: se está volviendo loca, irremediablemente loca. Y esto, señores, es el principio. Los personajes están en sus puestos, la tragedia está servida.
Ya lo he dicho arriba. Esta saga me impactó muchísimo. Todo era un cúmulo de emociones que poco a poco se iba inflando y, tarde o temprano, tendría que explotar. Algunos han querido ver en esta saga, una versión de La Saga de Fénix Oscura para Los Vengadores, y se podría que sí y que no lo es. El esquema es parecido por momentos, pero para nada es igual, aquí se tratan otros temas, aunque la resolución final es algo parecida, no lo vamos a negar. Según va avanzando la saga, el sentimiento de tragedia va a más, el lector lo ve, lo siente, esta historia no puede acabar bien... y poco a poco se ha ido involucrando emocionalmente con estos personajes, no quiere que acaben mal.
Y he aquí mi odisea particular... recordemos que, un servidor, se estaba leyendo esta saga en diferido. Pues estamos en la época en que Planeta ha perdido los derechos de MARVEL y PANINI va a publicar los comics de los personajes que leemos desde hace tiempo. Entonces me dan el chivatazo... esta saga se publicó en España en dos tomos recopilatorios, y esos tomos están en la librería especializada que frecuento. Había que hacerse con ellos antes de que desapareciesen del stock... y, en un diciembre en el que todos los fans sentían escalofríos y temores, bajé sin demora a por los dos tomos, para poder tener al fin La saga de Proctor y Los Recolectores.
¿Mereció la pena la carrerita y el pastón? Sí, mereció mucho la pena. Todavía hay escenas que me dan escalofríos leer -ese "Vamos a dejar de ser nobles ¿vale"-. Los momentos que entrecortaban la respiración, los terribles descubrimientos, el crescendo de una historia que no podía tener final feliz... el descubrir la identidad de PROCTOR y sus verdaderas intenciones... Como hemos dicho antes, esta es la historia de un amor imposible, de un amor destructivo, de un sacrificio. Pero en definitiva es una historia de amor, de locura, de pasión desencadenadas. Y con un final trágico, pero de alguna manera feliz. Estoy intentando no contar nada de la trama y no seré yo el que destroce tan magno final, es algo que debe ser leído, para que todos sientan lo que sentimos los que lo leímos en su momento.
Bob Harras lo había conseguido, se había llevado su pedacito en la historia de Los Vengadores. Después vendrían los verdaderos '90 para la serie, pero eso, queridos lectores, será otra historia.
Y después de tan magna historia, volveremos con el que devolvió la gloria al grupo tras los fatídicos '90, Kurt Busiek, con Vengadores Forever.
10 comentarios:
Joder, ¿de verdad es TAN buena? ¿Y casi toda la etapa de Harras es así? Porque si es la mitad de buena de lo que dices, no sé a qué espera Panini. Me encantaría que sacaran un coleccionable (Best of Marvel no, gracias) de los Vengadores reuniendo la etapa de Stern y Harras, creo que sería genial, no me lo perdería por nada del mundo.
Sobre lo de Avengers Forever... Joder Dreamwalker, podrías haber hablado de la primera saga de Busiek y Pérez en el grupo, pero de esa maxiserie... Es que me parece bastante cutre... Pero yo voy a contracorriente con el resto. XD
Yo también creo que es muy buena, no tanto como el compañero Dreamwalker. Para mi es una etapa injustamente olvidad como la de DeFalco-Ryan en los 4 Fantásticos o la primera etapa de Waid y Garney en Capitán América Pre-Heroes Reborn.
esta saga nunca la he podido leer T_T
Reedición en condiciones (no en BoMe) de Los Vengadores YA!
La estancia de Harras y Epting en la coleccion la disfrute muchisimo. No solia comprar esta cole hasta que un colega me paso un numero y desde ahi la segui comprando por mi cuenta... incluso en los tochazos esos que planeta sacó "Grandes sagas marvel", creo recordar.
oye y yo (que apenas he leído nada de los vengadores) podría leerla sin ningún problema? Me explico: mi gran problema es que este grupo y los X-men los sigo de forma esporádica y a veces me encuentro con que compro grupos de aventuras sueltos y me pierdo completamente... V__V
para mi es una etapa muy buena,en vez de publicar material mas reciente en bome como el vengadores de perez, deberian haber empezado por el vol.1 de forum
Conner, la verdad, creo que si lees la saga de Proctor independientemente, se puede entender, pero siempre será mejor leerla habiendo leído antes la etapa Harras, pues ahí se van gestando muchas cosas poquito a poquito. No sé lo que espera PANINI para reeditarlo, leches, pero que reedite la temporada entera, desde la saga de El Coleccionista (y cortando justo al acabar la saga de Proctor, que lo de después fue un churro).
Yo tampoco la he leido, pero según por lo que cuentas, me gustaría muucho leerla.
La tengo en casita mirándome desde la estantería y diciéndome:
Vuelve a leerme...
Vuelve a leerme...
Sip, creo que lo has conseguido con tu artículo. La desenpolvaré y me iré releyendo de nuevo toda la saga porque ciertamente merece la pena.
Saludos ;P
A mi me pasa lo mismo que al redactor del artículo.Me llegué a involucrar tanto en la historia, que lo pasé mal, muy mal. Nunca me ha dado tanta pena una historia de superhéroes (bueno, la última etapa de Thor me ha puesto también los pelos de punta).
La he leído varias veces y seguiré haciéndolo, sabiendo que volveré a pasarlo mal. Es imposible no identificarse con los personajes y comprender que todo lo que hacen (sea bueno o malo) se puede justificar. Cualquiera de nosotros sería capaz de comenter los mismos errores bajo las circunstancias que rodean la historia.
Sé que va a sonar exagerado, pero me recuerda a las buenas tragedias griegas o de Shakespeare.
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