La criptozoología (del griego cryptos, "oculto", zoos, "animal" y logos, "estudio") se puede traducir literalmente como "El estudio de los animales ocultos". Es la disciplina que realiza el estudio y/o búsqueda de hipotéticos animales actuales denominados "críptidos", que según sus partidarios, quedarían fuera de los catálogos de zoología contemporánea. Su objetivo es la búsqueda de supuestos animales considerados extintos y/o desconocidos para la ciencia, pero presentes en la mitología y el folclore. La criptozoología ha recibido muy poca atención desde la comunidad científica y los escépticos, quienes la consideran como una pseudociencia.
Ámbito de la criptozoología
Aquellos que se dedican al estudio de esta disciplina reciben el nombre de criptozoólogos, mientras que las criaturas objetivos de la misma son denominados críptidos.
En la criptozoología, se presume la hipotética existencia real de los críptidos, ya que algunas de las características que presentarían estos animales hacen creer que existen posibilidades de que estas criaturas existan.
También se dedica al estudio de presuntos animales desconocidos, cuya existencia ha sido informada a través del tiempo. También entrarían en su campo aquellos seres que han sido avistados ocasionalmente por testigos y que su descripcion coincida con las características de animales extintos.
Aunque popular y antiguamente se asociaba a la criptozoología con todas las criaturas mitológicas presentes en los mitos o leyendas, los criptozoólogos modernos no se dedican a estudiar a todas estas criaturas fantásticas. Para que una de ellas sea estudiadas y catalogada como críptido, debe de presentar las características anteriormente mencionadas.
Igualmente, la criptozoología propone dentro de su ámbito a ciertos descubrimientos de la zoología, realizados por zoólogos o por simple casualidad, los cuales son citados y utilizados como justificación de su disciplina. Entre estos animales los más conocidos son la mariposa esfinge de Morgan (cuya existencia fue predicha por Charles Darwin), el calamar gigante (del cual afirman que originó la leyenda del kraken), el celacanto (que se creía extinto), o el okapi (cuyo descubrimiento causó impacto mundial), entre otros.
Historia de la criptozoología
La invención de este término suele atribuirse al zoólogo Bernard Heuvelmans, quien definió la criptozoología como «el estudio de los animales sobre cuya existencia sólo poseemos evidencia circunstancial y testimonial, o bien evidencia material considerada insuficiente por la mayoría». Su libro de 1955 “Tras la pista de animales desconocidos” es a menudo visto como el génesis de esta disciplina, pero el mismo Heuvelmans remontó dichos orígenes a Anthonid Cornelis Oudemans y su estudio de 1892 “La gran serpiente marina”.
Posteriormente, Heuvelmans argumentó que la criptozoología debía ser practicada con rigor científico, pero también con una actitud abierta e interdisciplinaria, dando a estos términos un sentido ajeno al de "rigor científico". Además, según Heuvelmans, se debe también prestar especial atención a las tradiciones y creencias populares sobre estas criaturas. Aunque suelen estar cubiertas de elementos fantásticos e inverosímiles, las leyendas populares pueden contener alguna parte de verdad que pudiera ayudar a guiar la investigación de los informes sobre "animales inusuales".
El okapi, que por años fue conocido solo por los relatos recopilados de los pigmeos, es usado como emblema de la International Society of Cryptozoology, a pesar de no haber sido descubierto por criptozoólogos. La editorial Espasa Calpe, publicó en 1963 “El pez pulmonado, el dodo y el unicornio” traducido del inglés por José Banfi y Alfredo B. Besio, de Willy Ley y publicado originalmente bajo el título de “The Lungfish, the dodo, and the Unicorn” en 1941, 1945 y 1948 por The Viking Press Inc. Entre los criptozoólogos con titulación universitaria en Zoología tenemos (además del fundador Bernard Heuvelmans) a Karl Shuker, Loren Coleman y otros.
Actualmente, está en auge. Hay muchas páginas de internet de aficionados a los misterios y seguidores de la criptozoología, y numerosas empresas privadas y organismos publicos promocionan y rentabilizan la criptozoologia como un medio para vender sus productos o atraer turistas.
Críticas a la criptozoología
Entre las críticas realizadas a la criptozoología destacan:
La siguiente es mi opinión personal sobre el tema. Invito a todos los que lean este tema a que se sientan libres de compartir sus pensamientos, ya sea a favor o en contra de lo expuesto.
La criptozoología es una disciplina que, debido a su caracter, muestra poco rigor científico. Es obvio que el folclore y las leyendas locales pueden servir como base para ayudar a descubrir nuevas especies animales, pero no por ello debemos dejar volar nuestra imaginación ni lanzarnos a la caza de seres fantásticos. La zoología, al igual que cualquier otra ciencia, no es perfecta y está sujeta a la falibilidad humana, pero es una ciencia que se asienta sobre una base fuerte y que nos permite descubrir e identificar nuevas especies. Los hallazgos de algunas nuevas especies pueden hacer que reencontremos animales que se creían extintos (como el celacanto) o dar con otros completamente nuevos, pero siempre se hará con una base de rigor y criterio contrastados. De lo contrario entraríamos en un campo más difuso, con la perdida de credibilidad y fiabilidad que ello conllevaría.
Por todo ello, considero que la criptozoología roza peligrosamente el ámbito de las pseudociencias y que carece del rigor que debería caracterizar a una auténtica ciencia. Adentrarse en el estudio de seres míticos puede ser interesante, pero no hay que olvidar que debemos andarnos con pies de plomo, pues el entusiasmo desmedido o la falta de criterio han dado ya con fracasos y falsos descubrimientos y ese no es el mejor camino para el avance de la ciencia.
Ámbito de la criptozoología
Aquellos que se dedican al estudio de esta disciplina reciben el nombre de criptozoólogos, mientras que las criaturas objetivos de la misma son denominados críptidos.
En la criptozoología, se presume la hipotética existencia real de los críptidos, ya que algunas de las características que presentarían estos animales hacen creer que existen posibilidades de que estas criaturas existan.
También se dedica al estudio de presuntos animales desconocidos, cuya existencia ha sido informada a través del tiempo. También entrarían en su campo aquellos seres que han sido avistados ocasionalmente por testigos y que su descripcion coincida con las características de animales extintos.
Aunque popular y antiguamente se asociaba a la criptozoología con todas las criaturas mitológicas presentes en los mitos o leyendas, los criptozoólogos modernos no se dedican a estudiar a todas estas criaturas fantásticas. Para que una de ellas sea estudiadas y catalogada como críptido, debe de presentar las características anteriormente mencionadas.
Igualmente, la criptozoología propone dentro de su ámbito a ciertos descubrimientos de la zoología, realizados por zoólogos o por simple casualidad, los cuales son citados y utilizados como justificación de su disciplina. Entre estos animales los más conocidos son la mariposa esfinge de Morgan (cuya existencia fue predicha por Charles Darwin), el calamar gigante (del cual afirman que originó la leyenda del kraken), el celacanto (que se creía extinto), o el okapi (cuyo descubrimiento causó impacto mundial), entre otros.
Historia de la criptozoología
La invención de este término suele atribuirse al zoólogo Bernard Heuvelmans, quien definió la criptozoología como «el estudio de los animales sobre cuya existencia sólo poseemos evidencia circunstancial y testimonial, o bien evidencia material considerada insuficiente por la mayoría». Su libro de 1955 “Tras la pista de animales desconocidos” es a menudo visto como el génesis de esta disciplina, pero el mismo Heuvelmans remontó dichos orígenes a Anthonid Cornelis Oudemans y su estudio de 1892 “La gran serpiente marina”.
Posteriormente, Heuvelmans argumentó que la criptozoología debía ser practicada con rigor científico, pero también con una actitud abierta e interdisciplinaria, dando a estos términos un sentido ajeno al de "rigor científico". Además, según Heuvelmans, se debe también prestar especial atención a las tradiciones y creencias populares sobre estas criaturas. Aunque suelen estar cubiertas de elementos fantásticos e inverosímiles, las leyendas populares pueden contener alguna parte de verdad que pudiera ayudar a guiar la investigación de los informes sobre "animales inusuales".
El okapi, que por años fue conocido solo por los relatos recopilados de los pigmeos, es usado como emblema de la International Society of Cryptozoology, a pesar de no haber sido descubierto por criptozoólogos. La editorial Espasa Calpe, publicó en 1963 “El pez pulmonado, el dodo y el unicornio” traducido del inglés por José Banfi y Alfredo B. Besio, de Willy Ley y publicado originalmente bajo el título de “The Lungfish, the dodo, and the Unicorn” en 1941, 1945 y 1948 por The Viking Press Inc. Entre los criptozoólogos con titulación universitaria en Zoología tenemos (además del fundador Bernard Heuvelmans) a Karl Shuker, Loren Coleman y otros.
Actualmente, está en auge. Hay muchas páginas de internet de aficionados a los misterios y seguidores de la criptozoología, y numerosas empresas privadas y organismos publicos promocionan y rentabilizan la criptozoologia como un medio para vender sus productos o atraer turistas.
Críticas a la criptozoología
Entre las críticas realizadas a la criptozoología destacan:
- Se alega que a veces los criptozoólogos modifican radicalmente las características de seres mitológicos o legendarios para hacerlas cuadrar con los rasgos de animales extintos y así darles verosimilitud. Es el caso del mapinguarí: los nativos de las selvas de Brasil y Bolivia lo describen como un monstruo humanoide horripilante que da fuertes gritos, tiene los pies vueltos del revés y posee una boca hedionda en el abdomen. Para los criptozoólogos, sin embargo, es un tímido y asustadizo megaterio.
- Los criptozoólogos nunca han descubierto realmente un solo "críptido" ni hallado pruebas científicamente convincentes de su existencia. Los zoólogos, en cambio, encuentran cada año cientos de especies nuevas. Por ello, la criptozoología pretende hacer suyos ciertos descubrimientos de la zoología, y darle las características de un "críptido".
- La alegación de que la criptozoología fallaría al utilizar el método científico, ya que el método científico requiere que las hipótesis sean descartadas cuando no se cumplan sus predicciones; pero la creencia en los "críptidos", en cambio, se sostiene indefinidamente sin que los resultados negativos les afecten.
- Producto de lo mencionado anteriormente, en numerosas ocasiones, sucede que varios de los criptozoólogos no aceptan los argumentos científicos que van en contra de muchas de las presuntas pruebas que tendrían. Ejemplo de ello es lo que sucede con las supuestas huellas del Yeti, las muestras de pelo del Orang Pendek, o los numerosos videos y fotografías de las criaturas lacustres, las cuales han sido descartadas como pruebas científicas.
- A veces dentro de la criptozoología existen apoyo o están involucrados grupos con intereses religiosos relacionados con el creacionismo, los cuales solo realizan una investigación con características subjetivas, solo interesados en mantener y difundir la creencia en la existencia actual de animales extintos (principalmente dinosaurios, además de otros animales prehistóricos), para así negar su extinción y tratar de sostener y mantener la creencia del diluvio universal al sostener el argumento de que estos animales o grupos de animales fueron salvados por el Arca de Noé.
- Para algunos, la criptozoología no es una disciplina científica porque parte de indicios de validez discutible, como testimonios o restos materiales dudosos. Pero la finalidad de la criptozoología es, precisamente, la obtención de pruebas definitivas de la existencia (o inexistencia) de nuevas especies a partir de dichos indicios.
- Se alega que, si los críptidos existen, como es que no se han encontrado todavía. A esto se responde que sí se han encontrado algunos. Además, lo mismo podría decirse de las nuevas especies descubiertas: ¿por qué no se han descubierto antes?; a lo que se responde, que a diferencia de los criptidos, las nuevas especies descubiertas generalmente no fueron buscadas, sino que fueron descubiertas.
La siguiente es mi opinión personal sobre el tema. Invito a todos los que lean este tema a que se sientan libres de compartir sus pensamientos, ya sea a favor o en contra de lo expuesto.
La criptozoología es una disciplina que, debido a su caracter, muestra poco rigor científico. Es obvio que el folclore y las leyendas locales pueden servir como base para ayudar a descubrir nuevas especies animales, pero no por ello debemos dejar volar nuestra imaginación ni lanzarnos a la caza de seres fantásticos. La zoología, al igual que cualquier otra ciencia, no es perfecta y está sujeta a la falibilidad humana, pero es una ciencia que se asienta sobre una base fuerte y que nos permite descubrir e identificar nuevas especies. Los hallazgos de algunas nuevas especies pueden hacer que reencontremos animales que se creían extintos (como el celacanto) o dar con otros completamente nuevos, pero siempre se hará con una base de rigor y criterio contrastados. De lo contrario entraríamos en un campo más difuso, con la perdida de credibilidad y fiabilidad que ello conllevaría.
Por todo ello, considero que la criptozoología roza peligrosamente el ámbito de las pseudociencias y que carece del rigor que debería caracterizar a una auténtica ciencia. Adentrarse en el estudio de seres míticos puede ser interesante, pero no hay que olvidar que debemos andarnos con pies de plomo, pues el entusiasmo desmedido o la falta de criterio han dado ya con fracasos y falsos descubrimientos y ese no es el mejor camino para el avance de la ciencia.
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