Herbert West: Reanimador (I): El origen del reanimador

El terror adopta muchas formas y, en ocasiones, la impronta que deja en un medio sirve de inspiración para posteriores encarnaciones en el mismo medio o en otros distintos. Tal vez penseis que estoy desvariando con esta reflexión, pero sé de que hablo. Y es que me gustaría introduciros en la persona del Doctor Herbert West, que de las páginas de las revistas Pulp saltó posteriormente a la gran pantalla por obra de Stuart Gordon en la película Re-animator y sus posteriores secuelas. Sin embargo antes de hablar sobre este director y su asociado en otros proyectos de cine gore y de terror, Brian Yuzna, empecemos a profundizar en este inquietante personaje, el doctor West. De prometedor estudiante de medicina a investigador falto de moral sobre cuya vida y obras nos habló Lovecraft. Tal vez así podamos comprender mejor su legado.

Herbert West: Reanimador (Herbert West: Reanimator) es un relato de terror en seis capítulos escrito por H. P. Lovecraft en 1922. El segundo capítulo, El demonio de la peste fue publicado originalmente en una revista de la época como relato corto autoconclusivo, pero posteriormente fue seguido del resto de capítulos, lo que explica que cada uno de ellos sea una historia individual sobre las andanzas del protagonista. El relato narra los resultados de las investigaciones del Dr. Herbert West sobre la muerte y la reanimación de los cuerpos, desde sus tiempos de estudiante en la ficticia Universidad Miskatonic hasta poco después de la Primera Guerra Mundial.

Sin ser uno de los relatos más largos del autor, Herbert West: Reanimador ha servido de inspiración para, por lo menos, tres películas: Re-Animator (1985), La Novia de Re-Animator (1990) y Beyond Reanimator (2003).

Reseña Biográfica de Herbert West
El Doctor Herbert West (aprox. 1880-1921) fue un brillante médico y hombre humanitario. Asistió a la Facultad de Medicina de la Universidad Miskatonic y prestó un gran servicio a Arkham durante la epidemia de tifus de 1905. West procedió a fundar una clínica para los obreros pobres de Bolton, Massachusetts, e incluso se presentó voluntario para el servicio médico canadiense en la Primera Guerra Mundial. Su desaparación en su casa de Boston sigue sin esclarecerse.

La historia
Tal y como se ha indicado hasta el momento, Herbert West fue un prometedor estudiante de medicina y un médico sumamente humanitario que trabajo la mayor parte del tiempo con un mismo ayudante a quien conoció en sus tiempos en la Facultad. Dicho ayudante, que también era médico, es el narrador del relato de Lovecraft, y quien nos desvela los horrores a los que la obsesión de West por alcanzar su meta, derrotar a la muerte, le lleva a cometer. Se trata de una historia con moraleja sobre los peligros de la ciencia sin control y de ignorar toda ética y moral, sumergiéndose el doctor West en una espiral descendente de locura que le lleva a extremos aberrantes.

Esta obra no es de las más conocidas de la producción lovecraftiana pero se enclava en una corriente que, no por producir escasos títulos merece ser ignorada. Dicha corriente es la de la literatura macabra, en la que H.P.L. juega de forma morbosa con el tema de la muerte y los cadáveres, rozando el humor negro y dando a sus relatos un toque distintivo, ya que carecen de sutilezas y tratan temas macabros con completa libertad. Aunque esto ya le valió la pública censura con "Los amados muertos", obra donde trata sin tapujos el tema de la necrofilia, también produjo relatos como Herbert West: Reanimador, que es una muestra de la maestría de Lovecraft aun en sus momentos más bajos. Y es que este es uno de sus peores escritos, cosa que él mismo reconocía, ya que fue creado por encargo expreso, cosa que hizo que el autor se sintiera como un "escritor mercenario" como el mismo denominaba.

Pese a todo, la influencia de Lovecraft para escribir este relato se puede rastrear hasta un clásico de la literatura gótica, Frankenstein de Mary Shelley. Sin duda, esta es la obra más conocida sobre el tema de la búsqueda científica de la vida eterna mediante la revivificación de los muertos. Y aunque la Criatura de Shelley se convertia en un reflejo de la humanidad mediante su búsqueda de la aceptación y recriminaba a su creador el hecho de que lo abandonara a su suerte, los seres reanimados por el doctor West son meros cadaveres sin alma que se mueven de formas espasmódica y que recuerdan en parte a los cuerpos incompletos de los fosos de "El Caso de Charles Dexter Ward" y, posteriormente podría llegar a atisbarse una influencia en los zombis de George A. Romero.

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