-Daredevil #01.
Comienza una nueva andadura editorial para el abogado ciego por todos conocido (es una forma de hablar) por parte de Panini. La única razón que se me ocurre para justificar la necesidad de renumerar esta colección, cuyo último volumen había conseguido alcanzar la mayor numeración que haya tenido el personaje en una colección en este país, es por la dichosa tendencia de las portadas alternativas. Eso o hago caso a las declaraciones de Viturtia, el cual comentó la caída de ventas que había tenido Daredevil, necesitando un relanzamiento como este, a números dobles, que tanto éxito está cosechando por estos lares. ¿Un relanzamiento de estas características? Yo digo NO, porque la inclusión del Daredevil Father me parece realmente un error y totalmente contraria a la idea de los números dobles, que consisten en eso, en dos números de la MISMA colección al mes. Para colmo, ésta lo necesitaba, pues es la que más retraso tiene con respecto a USA, o al menos eso he podido comprobar. Aparte de que Bendis se lee mucho mejor en ración doble, si no que levanten la mano los fans de Alias, seguro que me darán la razón.
Pero bueno, también se entiende la inclusión de la famosa (más que nada por su considerable retraso en su país de origen) miniserie de Quesada, que paso a reseñar primero, a pesar de estar colocada después de la nueva saga de Bendis.
No quiero repetirme, pero me veo obligado a decir lo mucho que me habría gustado el que la sacaran en un tomo aparte y de poco me vale el que rectifiquen después (eso dijo Viturtia contestándome en una carta, mil gracias por su paciencia, en serio) sacándola de ese modo más tarde. Eso sí, se entiende el que la incluyeran con la serie regular, y es que Quesada se digna a mostrarnos por milésima vez el origen de Matt Murdock, en todo detalle y a lo grande, en enormes splash-pages de dos páginas. He aquí el primer error, jugar a ser molón, impactante y profundo, con esas cajetillas que muestran los pensamientos del personaje durante 13 páginas (las he contado, sí). Igual estoy siendo un tanto tiquismiquis y puntilloso, lo reconozco, pero el que una miniserie empiece de este modo me parece un error, es detenerse demasiado en algo que los fans de toda la vida ya conocemos.
De acuerdo, aquellos que empiecen de nuevo (como por ejemplo, aquellos que piquen con este relanzamiento) tendrán una buena manera de comenzar con Daredevil, enterándose del origen. Pero, ¿son necesarias tantas páginas para eso? También sería cierto que es el problema del decompressing storytelling (vamos, estirar los argumentos), que podemos verlo en todas partes, sobre todo en la colección regular del personaje, ya que es una de las manías de Bendis, la de concentrarse tanto en los detalles más nimios y avanzar poco en la trama principal. Pero el que hagas eso hasta cuando te decides a recontar el origen es el colmo, y peor aun cuando se va de pretencioso, con tanta splash-page. Si hasta las cajetillas me parecen una copia de las que escribía (y escribe) Miller. En fin, menos mal que la segunda parte del número es mejor, cuando por fin llegan algunos secundarios y comienza la trama, aunque apenas se den detalles de hacia dónde va a ir. Otro fallo, pues no atrapa y encima sabe a poco, porque apenas te han contado nada.
Ojo, no todo es malo, el diálogo en el buffete es interesante, aunque volvamos a ver a Foggy y a Matt como si fueran los de antes (diablos, Matt pretendía camelarse a Maggie Farrell nada más conocerla, al menos eso se nos da a entender tras quitarle a Foggy la oportunidad de tan solo hablar con ella), me choca bastante que nos pongan una miniserie como esta, que está bastante atrasada, junto a la serie regular, donde el protagonista tiene un status quo muy diferente al aquí mostrado, ¿no será confuso para los nuevos lectores? En todo caso, la cosa avanza muy lentamente y, por ahora, no hay nada que sea reseñable en absoluto. Poco interesante. 4/10.
Bendis, sin embargo, empieza una nueva saga bautizada como Edad de Oro, la cual comienza bastante bien y va directamente al grano, con la llegada de un nuevo personaje que me da la impresión de que dará mucho que hablar, pues es un mafioso que parece haberle dado mucha guerra a Matt en sus inicios y que gobernó en la Cocina antes que Kingpin durante mucho tiempo. Ahora, ese personaje, ha salido de la cárcel y parece que quiere recuperar todo aquello que perdió, más aun cuando se entera de que es Matt quien lo lleva todo y de que los rumores parecen señalar que se trata de su peor enemigo antaño, ese superhéroe conocido como Daredevil. Es decir, estamos ante una historia de retrocontinuidad, de aquellas que nunca pasaron pero los guionistas pretenden insertarlas con calzador en la historia del personaje, aunque nunca estuvieron allí. Habrá más de uno que se ha llevado las manos a la cabeza, más bien por la cantidad de errores que ha cometido este guionista a la hora de hacer una cosa semejante en otras colecciones, pero lo cierto es que en alguna ocasión lo ha hecho bien, gran ejemplo de ello es Alias, y aquí pretende, o al menos eso parece, repetir la jugada.
Y esto lo comento porque hasta el dibujante se adapta a las diferentes épocas que nos son mostradas, Maleev utiliza diferentes registros para ambientar una serie de escenas que nos muestran el pasado del nuevo personaje mafioso, muy parecido a cuando Gaydos nos mostraba el de Jessica Jones en Alias. Pero eso no es lo más importante (es algo meramente estético, la verdad), lo que me ha llamado más la atención es la entrada de diferentes enmascarados de los años ¿40 o 50? que pululaban por la Cocina. Lo que realmente me ha sorprendido y agradado es que Bendis los rescata del olvido, pues ya existían en la Casa de las Ideas (Marvel, para quien no lo supiera) cuando tenía el nombre de Timely Comics. De hecho, aparece el Ángel, una muestra de la existencia de el personaje (que podemos ver en este número) la tenemos AQUÍ y en la imagen de la izquierda.
Como podéis ver en la tercera viñeta de ese artículo en inglés, se trata de una copia extraña de Superman. De verdad, qué gran idea por parte del guionista, hace que la historia encaje como un guante.
Lo único que no me ha gustado es el hecho de que aparezca Daredevil ante Alexander Bont (el mafioso que ha regresado de la cárcel) y acuse a éste de trabajar para el Arreglador, cuando se supone que murió de un infarto en la primera aparición del protagonista con el traje amarillo. ¿Nos está diciendo Bendis entonces que el cuernecitos atacó a Bont antes de ir a por el Arreglador para vengar la muerte de su padre? No me parece que tenga ningún sentido. Aún así, es un detalle que no lapida el resto de los puntazos de la saga, ese enfoque a lo El Padrino es excelente e interesante, aparte de que la escena final es de lo mejorcito. Quiero más. 8/10.
-Daredevil #02.
La nueva saga de Bendis continúa por los mismos derroteros, poco más puedo añadir que no haya comentado antes, salvo que la cosa comienza con los sucesos actuales y volvemos a los saltos en el tiempo que tanto caracterizaron al guionista en sus inicios en esta serie. Lo cual es muy atrayente, pues tenemos a Gladiador de vuelta y la verdad es que resulta muy chocante esta nueva vuelta de tuerca, pues se suponía que había dejado las mallas y había pasado a ser uno de los amigos de Matt Murdock. Entonces, ¿qué diablos ha pasado? ¿cómo han llegado todos a esta situación? Alexander Bont continúa sus andanzas pasando a ser un personaje la mar de interesante, así como temible y peligroso, si sigue así podría hasta codearse con el mismísimo Kingpin, parece realmente decidido a ello. Y quienes opinen que estoy exagerando (cosa que no niego, difícil sería superar al buen gordo mafioso que tan bien retrató Miller en sus buenos tiempos, ese tio sí que imponía y daba verdadero pavor), que echen un vistazo al resto de los flashbacks que podemos ver en este número. Puede que el personaje no alcance el nivel del villano por excelencia de Daredevil (discúlpame Bullseye), pero no se puede negar que empieza fuerte.
Los diálogos siguen siendo el punto fuerte de la saga, así como los saltos en el tiempo, la multitud de flashbacks que pueden verse, donde destacan aquellos de los 40 o 50, en blanco y negro, pues tienen un ambiente muy de películas de mafias de la época y presenciamos la llegada de otro de los superhéroes de la olvidada Timely Comics: El Defensor. Lo mejor de todo es que aquí presenciamos el final que Bendis otorga a este personaje, pobre desgraciado.
Por otra parte, Del Toro es la agente del FBI que investiga el caso (no olvidemos que el agente Driver la palmó con más pena que gloria) y parece saber muuucho sobre el señor Bont, cosa que habrá que tener en cuenta para números futuros. Aparte, el cliffhanger ofrece una idea de los planes que tiene pensados el mafioso que ha regresado de la cárcel, veremos si acaba consiguiendo que se hagan realidad.
En cuanto a Álex Maleev, creo que está haciendo su mejor trabajo en la colección, que ya es decir, pero es que está mostrando un dominio exquisito en cuanto a la variedad de registros que es capaz de mostrarnos sin que éstos queden forzados o desprovistos de su particular estilo. En verdad muestra tres diferentes: El de los años 40 o 50 en blanco y negro, en estas páginas podemos ver una gran puesta en escena, con una narración excelente y apropiada para lo que se cuenta, algunos primeros planos son realmente buenos y ese ambiente sucio es perfecto. Las de los 60 en colores primarios de imprenta antigua, donde podemos ver los primeros años de Murdock, el dibujo sigue la misma dinámica pero es mucho más limpio que de costumbre, aunque cabría destacar ese color tan puntillista, que trata de emular el resultado de la impresión de antaño, quizá un poco molesto pero consigue su propósito a la hora de ambientar. Y las de actualidad, donde muestra el estilo oscuro de siempre, pero donde podemos ver un mejor dominio del color, aunque eso es cosa de la gran labor del colorista Dave Stewart.
Pues eso, la saga avanza con mucho interés y esta revisión de los tiempos antiguos en la Cocina del Infierno no defrauda, con esos guiños a los personajes de Timely y ese Alexander Bont dispuesto a todo. Promete. 8/10.
Sin embargo, Quesada continúa en la segunda parte de la miniserie Father, aburriendo hasta a las piedras, por eso de tratar de emular a Miller hasta en el uso de la televisión como conductor de la historia, pues las veces que aparece es desesperante y aburrido, así como las tediosas cajetillas que muestran los pensamientos de ese gran atormentado y poético Murdock, dios, ¿de verdad es necesario que esté siempre pensando en su padre, su ceguera, su origen como superhéroe, su labor en la Cocina y en la madre que le parió (literalmente)? Es realmente agobiante y lo caricaturiza como personaje, los tiempos en los que estaba siempre lamentándose por todo han pasado, tiene otras cosas de las que preocuparse y hace mucho más que irse por ahí de saltimbanqui apalizando a ladrones de bolsos.
Menos mal que la segunda parte del cómic (nuevamente) avanza un poco en la poco interesante historia, poco interesante porque los personajes que aparecen apenas resultan atractivos y no sabemos casi nada de ellos, estamos a la espera de que se profundice en la historia que nos tienen que contar y la paciencia es bastante escasa, al menos la mía.
Por otro lado, suceden más asesinatos misteriosos bajo la mirada del asesino y Quesada juega a confundirnos, pues bien podría tratarse de Nero como bien podría tratarse de Sean, el marido de la demandante Maggie Farrell. En verdad, esto importa bien poco, lo que deberíamos saber ya a estas alturas es el papel que van a tomar los secundarios en esta historia, porque por ahora todo parece estar relacionado pero no se sabe nada. De hecho, según el cliffhanger, no solo está ocurriendo algo que tiene que ver con Murdock, sino que Daredevil también parece involucrado. Demasiada casualidad que ambas identidades del protagonista estén metidas en el mismo caso, pero bueno, ya veremos si al final merece la pena, por ahora no deja de ser realmente lento y aburrido, ¡¡todavía no ha pasado nada de nada!!
En cuanto al dibujo... La verdad es que añoro al Quesada que acompañó tanto a Kevin Smith en la saga "Diablo Guardian", como aquel que retrató asombrosamente a Eco en la hermosísima saga de David Mack "Partes de un Hueco". Porque este no es el mismo, es como si le hubiese dado por imitar a Miller, en serio, ya lo he repetido en más de una ocasión, pero es que dibuja a Daredevil como el Batman de Dark Night, tan ancho y musculoso que parece hiperhormonado sin venir a cuento. Hay páginas donde el superhéroe parece más Hulk embutido en rojo que el propio DD. Lo peor es que, encima, eso va variendo en cada página, lo mismo te sale ancho como un toro con esteroides, como si de repente está más comedido. ¿En qué quedamos? Por lo demás, ya he hablado del abuso de las splash pages, las escenas para lucimiento personal (Daredevil colgado allí, posando allá...) y esa técnica de negros tan parecida a la que podemos ver en Sin City (algo visible en las portadas). En serio, Quesada, dibuja como siempre lo has hecho y deja a Miller de una puñetera vez.
Por lo demás, sigue siendo dinámico, expresivo y sabe narrar en condiciones, aunque en ocasiones exagere demasiado los rasgos faciales. Si es que, en resumen, es el mismo de siempre pero excesivo en casi todo.
En fin, multitud de secundarios, una trama principal y alguna que otra subtrama, por ahora contado de un modo descafeinado, poco interesante y la trama apenas ha avanzado nada. Tratándose de una miniserie... mal vamos. 4/10.
Comienza una nueva andadura editorial para el abogado ciego por todos conocido (es una forma de hablar) por parte de Panini. La única razón que se me ocurre para justificar la necesidad de renumerar esta colección, cuyo último volumen había conseguido alcanzar la mayor numeración que haya tenido el personaje en una colección en este país, es por la dichosa tendencia de las portadas alternativas. Eso o hago caso a las declaraciones de Viturtia, el cual comentó la caída de ventas que había tenido Daredevil, necesitando un relanzamiento como este, a números dobles, que tanto éxito está cosechando por estos lares. ¿Un relanzamiento de estas características? Yo digo NO, porque la inclusión del Daredevil Father me parece realmente un error y totalmente contraria a la idea de los números dobles, que consisten en eso, en dos números de la MISMA colección al mes. Para colmo, ésta lo necesitaba, pues es la que más retraso tiene con respecto a USA, o al menos eso he podido comprobar. Aparte de que Bendis se lee mucho mejor en ración doble, si no que levanten la mano los fans de Alias, seguro que me darán la razón.
Pero bueno, también se entiende la inclusión de la famosa (más que nada por su considerable retraso en su país de origen) miniserie de Quesada, que paso a reseñar primero, a pesar de estar colocada después de la nueva saga de Bendis.
No quiero repetirme, pero me veo obligado a decir lo mucho que me habría gustado el que la sacaran en un tomo aparte y de poco me vale el que rectifiquen después (eso dijo Viturtia contestándome en una carta, mil gracias por su paciencia, en serio) sacándola de ese modo más tarde. Eso sí, se entiende el que la incluyeran con la serie regular, y es que Quesada se digna a mostrarnos por milésima vez el origen de Matt Murdock, en todo detalle y a lo grande, en enormes splash-pages de dos páginas. He aquí el primer error, jugar a ser molón, impactante y profundo, con esas cajetillas que muestran los pensamientos del personaje durante 13 páginas (las he contado, sí). Igual estoy siendo un tanto tiquismiquis y puntilloso, lo reconozco, pero el que una miniserie empiece de este modo me parece un error, es detenerse demasiado en algo que los fans de toda la vida ya conocemos.
De acuerdo, aquellos que empiecen de nuevo (como por ejemplo, aquellos que piquen con este relanzamiento) tendrán una buena manera de comenzar con Daredevil, enterándose del origen. Pero, ¿son necesarias tantas páginas para eso? También sería cierto que es el problema del decompressing storytelling (vamos, estirar los argumentos), que podemos verlo en todas partes, sobre todo en la colección regular del personaje, ya que es una de las manías de Bendis, la de concentrarse tanto en los detalles más nimios y avanzar poco en la trama principal. Pero el que hagas eso hasta cuando te decides a recontar el origen es el colmo, y peor aun cuando se va de pretencioso, con tanta splash-page. Si hasta las cajetillas me parecen una copia de las que escribía (y escribe) Miller. En fin, menos mal que la segunda parte del número es mejor, cuando por fin llegan algunos secundarios y comienza la trama, aunque apenas se den detalles de hacia dónde va a ir. Otro fallo, pues no atrapa y encima sabe a poco, porque apenas te han contado nada.
Ojo, no todo es malo, el diálogo en el buffete es interesante, aunque volvamos a ver a Foggy y a Matt como si fueran los de antes (diablos, Matt pretendía camelarse a Maggie Farrell nada más conocerla, al menos eso se nos da a entender tras quitarle a Foggy la oportunidad de tan solo hablar con ella), me choca bastante que nos pongan una miniserie como esta, que está bastante atrasada, junto a la serie regular, donde el protagonista tiene un status quo muy diferente al aquí mostrado, ¿no será confuso para los nuevos lectores? En todo caso, la cosa avanza muy lentamente y, por ahora, no hay nada que sea reseñable en absoluto. Poco interesante. 4/10.
Bendis, sin embargo, empieza una nueva saga bautizada como Edad de Oro, la cual comienza bastante bien y va directamente al grano, con la llegada de un nuevo personaje que me da la impresión de que dará mucho que hablar, pues es un mafioso que parece haberle dado mucha guerra a Matt en sus inicios y que gobernó en la Cocina antes que Kingpin durante mucho tiempo. Ahora, ese personaje, ha salido de la cárcel y parece que quiere recuperar todo aquello que perdió, más aun cuando se entera de que es Matt quien lo lleva todo y de que los rumores parecen señalar que se trata de su peor enemigo antaño, ese superhéroe conocido como Daredevil. Es decir, estamos ante una historia de retrocontinuidad, de aquellas que nunca pasaron pero los guionistas pretenden insertarlas con calzador en la historia del personaje, aunque nunca estuvieron allí. Habrá más de uno que se ha llevado las manos a la cabeza, más bien por la cantidad de errores que ha cometido este guionista a la hora de hacer una cosa semejante en otras colecciones, pero lo cierto es que en alguna ocasión lo ha hecho bien, gran ejemplo de ello es Alias, y aquí pretende, o al menos eso parece, repetir la jugada.
Y esto lo comento porque hasta el dibujante se adapta a las diferentes épocas que nos son mostradas, Maleev utiliza diferentes registros para ambientar una serie de escenas que nos muestran el pasado del nuevo personaje mafioso, muy parecido a cuando Gaydos nos mostraba el de Jessica Jones en Alias. Pero eso no es lo más importante (es algo meramente estético, la verdad), lo que me ha llamado más la atención es la entrada de diferentes enmascarados de los años ¿40 o 50? que pululaban por la Cocina. Lo que realmente me ha sorprendido y agradado es que Bendis los rescata del olvido, pues ya existían en la Casa de las Ideas (Marvel, para quien no lo supiera) cuando tenía el nombre de Timely Comics. De hecho, aparece el Ángel, una muestra de la existencia de el personaje (que podemos ver en este número) la tenemos AQUÍ y en la imagen de la izquierda.
Como podéis ver en la tercera viñeta de ese artículo en inglés, se trata de una copia extraña de Superman. De verdad, qué gran idea por parte del guionista, hace que la historia encaje como un guante.
Lo único que no me ha gustado es el hecho de que aparezca Daredevil ante Alexander Bont (el mafioso que ha regresado de la cárcel) y acuse a éste de trabajar para el Arreglador, cuando se supone que murió de un infarto en la primera aparición del protagonista con el traje amarillo. ¿Nos está diciendo Bendis entonces que el cuernecitos atacó a Bont antes de ir a por el Arreglador para vengar la muerte de su padre? No me parece que tenga ningún sentido. Aún así, es un detalle que no lapida el resto de los puntazos de la saga, ese enfoque a lo El Padrino es excelente e interesante, aparte de que la escena final es de lo mejorcito. Quiero más. 8/10.
-Daredevil #02.
La nueva saga de Bendis continúa por los mismos derroteros, poco más puedo añadir que no haya comentado antes, salvo que la cosa comienza con los sucesos actuales y volvemos a los saltos en el tiempo que tanto caracterizaron al guionista en sus inicios en esta serie. Lo cual es muy atrayente, pues tenemos a Gladiador de vuelta y la verdad es que resulta muy chocante esta nueva vuelta de tuerca, pues se suponía que había dejado las mallas y había pasado a ser uno de los amigos de Matt Murdock. Entonces, ¿qué diablos ha pasado? ¿cómo han llegado todos a esta situación? Alexander Bont continúa sus andanzas pasando a ser un personaje la mar de interesante, así como temible y peligroso, si sigue así podría hasta codearse con el mismísimo Kingpin, parece realmente decidido a ello. Y quienes opinen que estoy exagerando (cosa que no niego, difícil sería superar al buen gordo mafioso que tan bien retrató Miller en sus buenos tiempos, ese tio sí que imponía y daba verdadero pavor), que echen un vistazo al resto de los flashbacks que podemos ver en este número. Puede que el personaje no alcance el nivel del villano por excelencia de Daredevil (discúlpame Bullseye), pero no se puede negar que empieza fuerte.
Los diálogos siguen siendo el punto fuerte de la saga, así como los saltos en el tiempo, la multitud de flashbacks que pueden verse, donde destacan aquellos de los 40 o 50, en blanco y negro, pues tienen un ambiente muy de películas de mafias de la época y presenciamos la llegada de otro de los superhéroes de la olvidada Timely Comics: El Defensor. Lo mejor de todo es que aquí presenciamos el final que Bendis otorga a este personaje, pobre desgraciado.
Por otra parte, Del Toro es la agente del FBI que investiga el caso (no olvidemos que el agente Driver la palmó con más pena que gloria) y parece saber muuucho sobre el señor Bont, cosa que habrá que tener en cuenta para números futuros. Aparte, el cliffhanger ofrece una idea de los planes que tiene pensados el mafioso que ha regresado de la cárcel, veremos si acaba consiguiendo que se hagan realidad.
En cuanto a Álex Maleev, creo que está haciendo su mejor trabajo en la colección, que ya es decir, pero es que está mostrando un dominio exquisito en cuanto a la variedad de registros que es capaz de mostrarnos sin que éstos queden forzados o desprovistos de su particular estilo. En verdad muestra tres diferentes: El de los años 40 o 50 en blanco y negro, en estas páginas podemos ver una gran puesta en escena, con una narración excelente y apropiada para lo que se cuenta, algunos primeros planos son realmente buenos y ese ambiente sucio es perfecto. Las de los 60 en colores primarios de imprenta antigua, donde podemos ver los primeros años de Murdock, el dibujo sigue la misma dinámica pero es mucho más limpio que de costumbre, aunque cabría destacar ese color tan puntillista, que trata de emular el resultado de la impresión de antaño, quizá un poco molesto pero consigue su propósito a la hora de ambientar. Y las de actualidad, donde muestra el estilo oscuro de siempre, pero donde podemos ver un mejor dominio del color, aunque eso es cosa de la gran labor del colorista Dave Stewart.
Pues eso, la saga avanza con mucho interés y esta revisión de los tiempos antiguos en la Cocina del Infierno no defrauda, con esos guiños a los personajes de Timely y ese Alexander Bont dispuesto a todo. Promete. 8/10.
Sin embargo, Quesada continúa en la segunda parte de la miniserie Father, aburriendo hasta a las piedras, por eso de tratar de emular a Miller hasta en el uso de la televisión como conductor de la historia, pues las veces que aparece es desesperante y aburrido, así como las tediosas cajetillas que muestran los pensamientos de ese gran atormentado y poético Murdock, dios, ¿de verdad es necesario que esté siempre pensando en su padre, su ceguera, su origen como superhéroe, su labor en la Cocina y en la madre que le parió (literalmente)? Es realmente agobiante y lo caricaturiza como personaje, los tiempos en los que estaba siempre lamentándose por todo han pasado, tiene otras cosas de las que preocuparse y hace mucho más que irse por ahí de saltimbanqui apalizando a ladrones de bolsos.
Menos mal que la segunda parte del cómic (nuevamente) avanza un poco en la poco interesante historia, poco interesante porque los personajes que aparecen apenas resultan atractivos y no sabemos casi nada de ellos, estamos a la espera de que se profundice en la historia que nos tienen que contar y la paciencia es bastante escasa, al menos la mía.
Por otro lado, suceden más asesinatos misteriosos bajo la mirada del asesino y Quesada juega a confundirnos, pues bien podría tratarse de Nero como bien podría tratarse de Sean, el marido de la demandante Maggie Farrell. En verdad, esto importa bien poco, lo que deberíamos saber ya a estas alturas es el papel que van a tomar los secundarios en esta historia, porque por ahora todo parece estar relacionado pero no se sabe nada. De hecho, según el cliffhanger, no solo está ocurriendo algo que tiene que ver con Murdock, sino que Daredevil también parece involucrado. Demasiada casualidad que ambas identidades del protagonista estén metidas en el mismo caso, pero bueno, ya veremos si al final merece la pena, por ahora no deja de ser realmente lento y aburrido, ¡¡todavía no ha pasado nada de nada!!
En cuanto al dibujo... La verdad es que añoro al Quesada que acompañó tanto a Kevin Smith en la saga "Diablo Guardian", como aquel que retrató asombrosamente a Eco en la hermosísima saga de David Mack "Partes de un Hueco". Porque este no es el mismo, es como si le hubiese dado por imitar a Miller, en serio, ya lo he repetido en más de una ocasión, pero es que dibuja a Daredevil como el Batman de Dark Night, tan ancho y musculoso que parece hiperhormonado sin venir a cuento. Hay páginas donde el superhéroe parece más Hulk embutido en rojo que el propio DD. Lo peor es que, encima, eso va variendo en cada página, lo mismo te sale ancho como un toro con esteroides, como si de repente está más comedido. ¿En qué quedamos? Por lo demás, ya he hablado del abuso de las splash pages, las escenas para lucimiento personal (Daredevil colgado allí, posando allá...) y esa técnica de negros tan parecida a la que podemos ver en Sin City (algo visible en las portadas). En serio, Quesada, dibuja como siempre lo has hecho y deja a Miller de una puñetera vez.
Por lo demás, sigue siendo dinámico, expresivo y sabe narrar en condiciones, aunque en ocasiones exagere demasiado los rasgos faciales. Si es que, en resumen, es el mismo de siempre pero excesivo en casi todo.
En fin, multitud de secundarios, una trama principal y alguna que otra subtrama, por ahora contado de un modo descafeinado, poco interesante y la trama apenas ha avanzado nada. Tratándose de una miniserie... mal vamos. 4/10.
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