La última película del Studio Ghibli que llega a nuestro país (casi dos años después de su estreno en Japón) vuelve a sumergirnos en un mágico cuento de hadas al que difícilmente podremos olvidar, ya que la historia se nos vuelve a presentar con los ingredientes a los que nos tiene acostumbrado este estudio (y en especial el genio Miyazaki), los que hacen que te enamores fácilmente y esperes con ansias cualquier nuevo proyecto que lleve(n) a cabo: los entrañables y carismáticos personajes (llenos de una profundidad pocas veces vista en produciones de este tipo), las inocentes y encantadoras situaciones que viven dichos personajes, la calidad de la animación (muy por encima de cualquier producción media estadounidense de las que tanto abundan últimamente en las carteleras, y demostrando que la animación japonesa, hoy por hoy, no tiene rival fuera de sus propias fronteras (ejemplos omo el de Steamboy son los únicos equiparables, la culminación a 10 años de trabajo del siempre sorprendente Katsuhiro Otomo)), la magistral banda sonora a cargo del no menos magistral Joe Hisaishi (también detrás de las partituras de las dos entregas del original Kingdom Hearts),...
El Castillo Ambulante, basado en la historia del mismo nombre de la novelista inglesa Diana Wynne Jones, está lleno de mágicos y fantásticos recovecos por los que se cuela la imaginación de cualquiera que se deje arrastrar por su encanto y su belleza. Las historias que en él tienen lugar tienen mucho que enseñarnos, tanto de las relaciones entre personas, como del amor entre éstas y la amistad como solución de las diferencias (tanto físicas como personales).
La historia, que quizá sea la que beba más del estilo de los cuentos disneyanos de cuantas nos han llegado de este estudio, con su mensaje y final un tanto más infantiles que el de producciones anteriores de Ghibli como La princesa Mononoke o El viaje de Chihiro, no por ello deja de sorprendernos y enamorarnos a partes iguales. La calidez y la candidez de los personajes poco desperdicio tienen destinado al público al que sea.
Sophie, la joven protagonista de la historia que se ve condenada a vivir en el cuerpo de una anciana, es la que más aprenderá en su viaje gracias al descubrimiento de nuevos amigos, que le harán comprender lo realmente importante de su vida, por encima del aspecto físico y las apariencias. Su transformación será la causa de su evolución mental (ya que piensa como alguien que ha aprendido con el paso de los años), y también la de algunos de las mejores frases del film.
Navet, el espantapájaros oportuno que ayudará en más de una ocasión a Sophie, es mucho más que un simple demonio...
Howl, el atormentado y cobarde mago que esconde más de un secreto, y cuyos defectos tan sólo son superados por su poder. El único que puede romper la maldición de Sophie, necesita más ayuda de la joven de lo que él mismo cree.
Marko, el pequeño aprendiz de mago de Howl, la "abuela" Sophie se convierte en su peor pesadilla cuando ésta intenta hacer limpieza en el castillo... Y en su cuarto.
Calcifer, el demonio de fuego encargado de todas las funciones del Castillo, como su desplazamiento o el calentar el agua. Junto al siguiente personaje, son los que protagonizan las mejores y más divertidas escenas del film.
El perro (del que no diré el nombre para no destrozar algunos de los mejores momentos del film, sólo diré que empieza por H (está en las fotos de más abajo, pero podéis considerarlo un spoiler si queréis sorprenderos por vosotros mismos)). El mejor personaje de todos los que aparecen durante el desarrollo de la trama, su peculiar ladrido y las curiosas posturas y situaciones en las que aparece son de lo mejor del film.
Hay muchos más personajes, alguno de ellos muy importantes, pero lo mejor es irlos descubriendo durante el transcurso de la película, así que no os quitaré ese placer.
A pesar de no ser el mejor trabajo del Studio Ghibli, ya que no se puede comparar a la calidad de las (¿insuperables?) películas anteriormente mencionadas, El viaje de Chihiro y La princesa Mononoke, no se puede negar la calidad y el atractivo de esta producción, superior en muchos aspectos a los subproductos que inundan los cines de nuestro país (ya sean produciones de animación, como el último remake de la cinta de terror asiático (¿alguien me puede explicar lo de terror asiático?) de moda), tan sólo un grupo con tanto talento, comandados por uno de los Grandes Maestros de la animación japonesa, son capaces de regalarnos otra de las muchas obras maestras que tienen en su haber sin exprimir al máximo ni sus posibilades creativas ni técnicas; sólo Ghibli es capaz de enamorarnos tan perdidamente de este tipo de historias aparentemente dirigidas a un sector de público más infantil (ya quedan atrás los buenos tiempos de la Disney, aunque ahora puede tener un renacimiento gracias a su alianza con Pixar; tan sólo los personajes y las historias de Burton podrían hacer frente a El Castillo Ambulante). Y, casi seguro, lo volverán a hacer muy pronto.
En palabras del propio productor de la cinta, Toshio Suzuki, "si hay que resumir El Castillo Ambulante en dos frases, aquí van: Una chica joven que no le encuentra sentido a la vida, Sophie, es víctima del hechizo de una bruja. Convertida en una anciana, aprende a conocerse y finalmente acaba sabiendo lo que quiere". Ea, ya está.
Valoración: ¿Puntuación? ¿5 de 5? Es una obra maestra... Y, además, ¿que creéis? ¿Que se puede hablar mal de Ghibli? Ved una de sus muchas películas e intentadlo...
Lo mejor: La majestuosidad del Castillo y los personajes (aunque yo me sigo quedando con el perro).
Lo peor: ¿Tiene algo malo? Vaaaaale, el argumento quiere abarcar más situaciones de las que debería (historias personales, maldiciones, guerra...), y su duración (2 horas de nada) puedemn hacerte desfallecer ante tanto detallismo y belleza estética, ya que no le restan lentitud al desarrollo.
Atentos a: 2006, año de enhorabuena para los fans del Studio Ghibli, ya que se anuncian dos estrenos casi simultáneos (¿qué? ¿No se acuerdan los de Ghibli del desastre con Mi vecino Totoro y La Tumba de las Luciérnagas?): Crónicas de Terramar, dirigida por Goro Miyazaki, y La noche de Taneyamagahara, por Kazuo Oga, ambas previstas para julio de este mismo año.
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