A todos nos habrá pasado, seguro. Entras en un foro, en un weblog, o alguna página similar, y te encuentras que hay alguien que lanza alabanzas y ensalza una serie de la cual nunca has oído hablar y entonces empiezas a interesarte cada vez más en ella, pues ves que mucha gente ensalza esa serie o comic. Esto a veces podría considerarse un problema, pues te crea expectativas, hace que te esperes algo y después pueda decepcionarte al resultar que te parece menos de lo que tanto alaban los que escriben en esos blogs o foros. Pero bueno, a veces sucede todo lo contrario, a veces las expectativas son superadas y resulta que esa obra que tanto alaba la gente resulta ser en verdad una Obra Maestra.
Esto es lo que me pasó con Watchmen. He de reconocer que cuando inicié mi camino por estos mundillos de internet no tenía ni idea de qué era eso de Watchmen, al principio suponía que sería algún grupo de superhéroes de DC que había tenido bastante éxito, por lo que decía la gente. Pero vaya, todo el mundo hablaba muy bien de ella, hablaba maravillas de hecho. Todos decían cosas como que había revolucionado el género, que nada volvió a ser lo mismo después de Watchmen y un montón de cosas más que todos sabréis ya ¿cómo evitar picar? Las alabanzas a esta serie por parte de la gente no acababan, todos la tildaba de Obra Maestra del comic y tarde o temprano debía descubrir el porqué había calado tan hondo, qué tenía esa tal Watchmen para que gustara tanto.
También he de decir que antes de iniciar mi camino por estos mundillos de internet no tenía ni idea de quién era Alan Moore. Igual si lo hubiera sabido, todo habría sido diferente, pero no fue así.
En fin, que después de bastante tiempo buscando información me hice con la dichosa serie, por fin tenía en mis manos Watchmen y sólo me faltaba comprobar que fundamento tenían todas esas alabanzas... y vaya si lo descubrí. En verdad, me pareció que se quedaban cortas. De principio a fin, la serie es redonda, fantástica, increíble, funciona como un reloj suizo, todo bien encajado. Fue algo que me dejó anonadado, TODO y digo TODO encajaba. Nunca había leído algo así, con una profundidad y un tratamiento de los superhéroes tal... no significó el mismo impacto para mí que para la gente de la época, pues antes ya había leído cosas como Rising Stars (la cual ya comentaré en esta sección), pero aún así impactó lo suyo. Era una obra orquestada minuciosamente, con unos personajes atrayentes, un argumento con suspense e intriga y, además, con cientos de detalles perdidos en las viñetas que, después de una relectura, se disfrutan mucho mejor.
Pues vaya, sí señor, resulta que Watchmen sí que era lo que la gente decía. Fue la primera vez que pude decir que había leído una Obra Maestra, un comic que me había satisfecho completamente, de principio a fin. Ese tal Alan Moore era un genio y, si esta obra era tan buena ¿cómo sería el resto de cosas que ha escrito? Pronto lo descubriría... y sucedería algo parecido a lo dicho al principio de éste post. Y es que cuando la primera obra que lees de un autor es una Obra Maestra con todas sus letras, cuando te lees la segunda obra que llega a tus manos te esperas que se mantenga el nivel. Esto muchas veces falla, pero otras veces no... Y eso es lo que me pasó con V de Vendetta, pero eso será el tema para el post de la semana que viene.
Esto es lo que me pasó con Watchmen. He de reconocer que cuando inicié mi camino por estos mundillos de internet no tenía ni idea de qué era eso de Watchmen, al principio suponía que sería algún grupo de superhéroes de DC que había tenido bastante éxito, por lo que decía la gente. Pero vaya, todo el mundo hablaba muy bien de ella, hablaba maravillas de hecho. Todos decían cosas como que había revolucionado el género, que nada volvió a ser lo mismo después de Watchmen y un montón de cosas más que todos sabréis ya ¿cómo evitar picar? Las alabanzas a esta serie por parte de la gente no acababan, todos la tildaba de Obra Maestra del comic y tarde o temprano debía descubrir el porqué había calado tan hondo, qué tenía esa tal Watchmen para que gustara tanto.
También he de decir que antes de iniciar mi camino por estos mundillos de internet no tenía ni idea de quién era Alan Moore. Igual si lo hubiera sabido, todo habría sido diferente, pero no fue así.
En fin, que después de bastante tiempo buscando información me hice con la dichosa serie, por fin tenía en mis manos Watchmen y sólo me faltaba comprobar que fundamento tenían todas esas alabanzas... y vaya si lo descubrí. En verdad, me pareció que se quedaban cortas. De principio a fin, la serie es redonda, fantástica, increíble, funciona como un reloj suizo, todo bien encajado. Fue algo que me dejó anonadado, TODO y digo TODO encajaba. Nunca había leído algo así, con una profundidad y un tratamiento de los superhéroes tal... no significó el mismo impacto para mí que para la gente de la época, pues antes ya había leído cosas como Rising Stars (la cual ya comentaré en esta sección), pero aún así impactó lo suyo. Era una obra orquestada minuciosamente, con unos personajes atrayentes, un argumento con suspense e intriga y, además, con cientos de detalles perdidos en las viñetas que, después de una relectura, se disfrutan mucho mejor.
Pues vaya, sí señor, resulta que Watchmen sí que era lo que la gente decía. Fue la primera vez que pude decir que había leído una Obra Maestra, un comic que me había satisfecho completamente, de principio a fin. Ese tal Alan Moore era un genio y, si esta obra era tan buena ¿cómo sería el resto de cosas que ha escrito? Pronto lo descubriría... y sucedería algo parecido a lo dicho al principio de éste post. Y es que cuando la primera obra que lees de un autor es una Obra Maestra con todas sus letras, cuando te lees la segunda obra que llega a tus manos te esperas que se mantenga el nivel. Esto muchas veces falla, pero otras veces no... Y eso es lo que me pasó con V de Vendetta, pero eso será el tema para el post de la semana que viene.
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