Ha llegado el momento de la pelea contra Deathstroke.
Quien no conozca gran parte del universo DC, como un servidor cuando leyó este cómic en su momento, se verá totalmente impactado tras una pelea tan cruda y realista como esta, donde el villano tiene un nivel infinitamente inferior de poder sobre los superhéroes a los que tiene que hacer frente, pero sin embargo consigue vencerlos de un modo estratégico que no solo sorprende, sino que da hasta miedo. Y eso es lo mejor del número, no solo el hecho de que este villano está tratado de maravilla, sino que Meltzer demuestra que vale más maña que fuerza y aquí logra que nos creamos la inminente victoria del malvado, a pesar de estar superado en fuerza bruta y en número.
Aunque llamar malvado a alguien en esta ocasión es inadecuado, pues lo mejor de esta miniserie se encuentra precisamente en los dilemas morales que vemos aquí, nunca he visto a los superhéroes de DC tan ambiguos en ese sentido, pues sus métodos sobre la mente de aquellos a los atrapan son, como mínimo, cuestionables.
Además, Deathstroke lo que hace aquí es defender a alguien inocente, por muy villano que sea el Dr. Luz. Por lo demás, Meltzer resuelve cabos sueltos de argumentos pasados como aquel donde el Mago y otros cambian sus personalidades con la JLA, el guionista se preocupa por hacer ese momento lo más coherente posible al mostrar una reacción lógica como es el descubrir la identidad secreta de los superhéroes para aprovecharlo más tarde. Ahora podemos ver que había algo muy oscuro tras ese evento y queda como un guante.
Se trata de un ejercicio de retrocontinuidad interesante, que lejos de quedar inadecuado cobra mucho sentido y abre múltiples posibilidades que, desgraciadamente, al día de hoy no han aprovechado. Por lo menos por lo que leí de la editorial tras esto.
Por lo demás, se abren varios subargumentos como el de Boomerang y su hijo, que darán mucho de que hablar en números posteriores. Eso es lo mejor de la miniserie, que no solo emplea la retrocontinuidad con éxito, sino que también abarca muchísimos personajes sin que quede coja y además Meltzer consigue que nos interesen todos y cada uno de ellos. Su Superman es un icono endiosando cuya sola presencia impacta, su Green Arrow tiene mucho carisma (como debe ser), ha logrado que nos identifiquemos con Boomerang y que nos interese su situación con su hijo, en pocas viñetas resume la relación de Robin con su padre, las muertes son impredecibles (que levante la mano quien creyera desde el primer momento que Loring iba a sobrevivir tras haber presenciado la muerte de Sue Dibny), Hal Jordan y Ollie vuelven a ser aquellos colegas de antaño, etc, etc.
En resumen, es una miniserie casi perfecta en todos los sentidos, al final el caso de Sue es lo de menos y por estas páginas podemos ver, ante todo, sentimiento e implicación emocional por partes iguales, un gran interés por saber qué será de todos estos personajes. Por no decir que las cajetillas tienen una narración propia de un buen escritor novelístico como es Meltzer, que consigue transmitirnos palabra por palabra la situación que ya estamos viendo sin que resulte redundante, pedante o pesado. Ni mucho menos.
Claro que nada de esto sería lo mismo sin el injustamente menospreciado Rags Morales (serie regular a la voz de YA), un dibujante que se ajusta como un guante a lo que se está contando aquí. Logra que cada uno de los personajes tenga su propia personalidad y la coreografía de la pelea de Deathstroke es sencillamente de categoría. Aquí Morales demuestra ser un narrador más que correcto, capaz de enfocar las escenas como es debido. Aparte, tiene la capacidad de lograr cierta intensidad emocional en cada una de las situaciones. La ira, la rabia, la frustración, la sorpresa, el dolor... Todo está reflejado en cada una de las viñetas de estos dos números, tan solo aquella donde se ve a Loring sangrando mientras permanece colgada en la soga ya merece realmente la pena.
Podría decir alguna carencia del dibujante, pero sinceramente no se la he encontrado, ni tan siquiera muestra pobreza en los fondos, son como deben ser.
En definitiva, a cada número que pasa más interesado estoy y aunque todo gire en el caso del asesinato de Sue Dibny, hay mucho más que ver, sobre todo un tratamiento de personajes y situaciones exquisito. Un cómic muy bien escrito, sin duda. 9/10.
Quien no conozca gran parte del universo DC, como un servidor cuando leyó este cómic en su momento, se verá totalmente impactado tras una pelea tan cruda y realista como esta, donde el villano tiene un nivel infinitamente inferior de poder sobre los superhéroes a los que tiene que hacer frente, pero sin embargo consigue vencerlos de un modo estratégico que no solo sorprende, sino que da hasta miedo. Y eso es lo mejor del número, no solo el hecho de que este villano está tratado de maravilla, sino que Meltzer demuestra que vale más maña que fuerza y aquí logra que nos creamos la inminente victoria del malvado, a pesar de estar superado en fuerza bruta y en número.
Aunque llamar malvado a alguien en esta ocasión es inadecuado, pues lo mejor de esta miniserie se encuentra precisamente en los dilemas morales que vemos aquí, nunca he visto a los superhéroes de DC tan ambiguos en ese sentido, pues sus métodos sobre la mente de aquellos a los atrapan son, como mínimo, cuestionables.
Además, Deathstroke lo que hace aquí es defender a alguien inocente, por muy villano que sea el Dr. Luz. Por lo demás, Meltzer resuelve cabos sueltos de argumentos pasados como aquel donde el Mago y otros cambian sus personalidades con la JLA, el guionista se preocupa por hacer ese momento lo más coherente posible al mostrar una reacción lógica como es el descubrir la identidad secreta de los superhéroes para aprovecharlo más tarde. Ahora podemos ver que había algo muy oscuro tras ese evento y queda como un guante.
Se trata de un ejercicio de retrocontinuidad interesante, que lejos de quedar inadecuado cobra mucho sentido y abre múltiples posibilidades que, desgraciadamente, al día de hoy no han aprovechado. Por lo menos por lo que leí de la editorial tras esto.
Por lo demás, se abren varios subargumentos como el de Boomerang y su hijo, que darán mucho de que hablar en números posteriores. Eso es lo mejor de la miniserie, que no solo emplea la retrocontinuidad con éxito, sino que también abarca muchísimos personajes sin que quede coja y además Meltzer consigue que nos interesen todos y cada uno de ellos. Su Superman es un icono endiosando cuya sola presencia impacta, su Green Arrow tiene mucho carisma (como debe ser), ha logrado que nos identifiquemos con Boomerang y que nos interese su situación con su hijo, en pocas viñetas resume la relación de Robin con su padre, las muertes son impredecibles (que levante la mano quien creyera desde el primer momento que Loring iba a sobrevivir tras haber presenciado la muerte de Sue Dibny), Hal Jordan y Ollie vuelven a ser aquellos colegas de antaño, etc, etc.
En resumen, es una miniserie casi perfecta en todos los sentidos, al final el caso de Sue es lo de menos y por estas páginas podemos ver, ante todo, sentimiento e implicación emocional por partes iguales, un gran interés por saber qué será de todos estos personajes. Por no decir que las cajetillas tienen una narración propia de un buen escritor novelístico como es Meltzer, que consigue transmitirnos palabra por palabra la situación que ya estamos viendo sin que resulte redundante, pedante o pesado. Ni mucho menos.
Claro que nada de esto sería lo mismo sin el injustamente menospreciado Rags Morales (serie regular a la voz de YA), un dibujante que se ajusta como un guante a lo que se está contando aquí. Logra que cada uno de los personajes tenga su propia personalidad y la coreografía de la pelea de Deathstroke es sencillamente de categoría. Aquí Morales demuestra ser un narrador más que correcto, capaz de enfocar las escenas como es debido. Aparte, tiene la capacidad de lograr cierta intensidad emocional en cada una de las situaciones. La ira, la rabia, la frustración, la sorpresa, el dolor... Todo está reflejado en cada una de las viñetas de estos dos números, tan solo aquella donde se ve a Loring sangrando mientras permanece colgada en la soga ya merece realmente la pena.
Podría decir alguna carencia del dibujante, pero sinceramente no se la he encontrado, ni tan siquiera muestra pobreza en los fondos, son como deben ser.
En definitiva, a cada número que pasa más interesado estoy y aunque todo gire en el caso del asesinato de Sue Dibny, hay mucho más que ver, sobre todo un tratamiento de personajes y situaciones exquisito. Un cómic muy bien escrito, sin duda. 9/10.
2 comentarios:
>a pesar de estar superado en fuerza bruta y en número.
Hombre, quizá ayudaría que no le atacaran de uno en uno... xDDDD
En realidad, Deathstroke no les da tiempo alguno para que reaccionen todos a la vez, si te das cuenta. Porque lo que se cuenta es prácticamente a cámara lenta y uno de los primeros en ser detenido es Flash.
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