(Advertencia: es recomendable leer ésto escuchando temas de
SUPERMAN,
STAR WARS, o
BATMAN RETURNS. Vuestros oidos a lo mejor os lo agradecerán)
CRISIS EN VILLANOS FINITOS 31:Destrozado. Ese es el estado en el que ha quedado el Rancho Skywalker tras el uso de la Fuerza por parte del clón de Darth Vader, con tal de eliminar a la persona que iba con el Señor Oscuro, Han Solo. Un sorprendido George Lucas vestido con un pijama con la cara de Boba Fett por doquier observa entre asustado y sorprendido tan tamaño destrozo, y busca con la mirada qué o quién pudo haber hecho semejante cosa... hasta que encuentra a Han.
-¡Tú! ¡Tú de nuevo!
-Ya sabía que tenía un mal presentimiento con éste sitio.
-Dime, ¿Ha sido tu amigo pelanas quien me ha destrozado la casa?
-Se llama Chewie, es un wookie... y no ha sido él. Ha sido ese.
Han Solo le señala la siniestra figura que blande un sable de luz rojizo, y que comienza a apretar su mano izquierda, un siniestro gesto... al que detrás suele ir una muerte.
Batman se adentra en un almacen donde se supone que está quien le inoculó víricamente lo que la indujo a la locura a
Poison Ivy, que casi mata
Gotham hace meses. El almacen está a oscuras, pero gracias a su visión nocturna en su máscara, y a determinado olor a tabaco, sabe que no está sólo, sino que hay alguien importante esperándole: el
PINGÜINO. Un flexo se enciende, revelando una mesa y una silla girada, y tras esa silla, humo saliendo por un lado.
-Te esperaba, Batman. Me dijeron que aparecerías.
-Me dijeron que inoculaste un virus a Ivy que casi mata a la ciudad.
-Yo no fuí, murciélago con alas. Hace años que no me hablo con ese vegetal.
-Cobblepot, encima tienes la desfachatez de negarlo...
Oswald Chesterfield Cobblepot siente un escalofrío al oir su nombre, en vez de su mote y estigma perpétuo. Antaño fue un niño, un niño feo que en su colegio fue blanco y objeto de burlas por su aspecto. Una vez creció y aprovechando su inteligencia, Cobblepot se metió en el mundo del crimen, vestido elegantemente, y cobrándose alguna venganza que otra. Todo le iba bien hasta que el Señor de la Noche irrumpiese en un asunto: se convirtió en un objetivo a batir. El Pingüino se gira y se pone frente a Batman retador, desafiante.
-¡Orejas de punta, estoy limpio, no puedes tocarme! Ella siempre me rechazaba porque quería a sus plantitas antes que a mí.
-Tarde o temprano cometerás un error, Oswald, y entónces...
-Entónces tú habrás pasado a la historia.
El Pingüino coge un paraguas y lo abre, siendo un cohete propulsor, elevándose rapidamente y saliendo por un falso techo. Sus paraguas nunca lo habían fallado, y ahora tampoco. El almacén que hay bajo sus pies estalla, lo cual le hace sonreir, mientras piensa en presentarse a alcalde de Gotham, un sueño ahora más cercano que nunca.
Al principio fue penumbra... hasta que ve sus manos. Como ente inmaterial,
Anakin Skywalker se sentía integrado en la
Fuerza, viendo caras conocidas como
Yoda,
Obi Wan Kenobi, y
Qui Gon Jinn susurrándole, hablándole.
-Mmmmm... tu integración en la Fuerza llegado aun no.
-Anakin, creíamos que tus lesiones mermaron tu poder al entrar en el Lado Oscuro de la Fuerza.
-En un principio lo creí así... hasta ver al clón.
-Annie, yo siempre he creido en tí desde la carrera de Boonta Eve. Debes vivir por lo que te perdiste estando en el Lado Oscuro. Hijos y nietos te esperan para ayudarles y ayudarte.
-Padme...
La tierra comienza a temblar, y los restos de la lanzadera que sepultaban al Señor Oscuro de los Sith comienzan a temblequear. El clón de Darth Vader gira la cabeza para ver que sucede... y una lámina de la lanzadera le roza parte del casco. Varios trozos de la lanzadera se van moviendo y colocando estableciendo un cerco cerrado donde no hay entrada o salida posible. De un hoyo, Darth Vader comienza a levantarse y moverse, para sorpresa de su clón.
-¡Imposible, deberías haber muerto!
-Soy Anakin Skywalker, hijo de Shimi Skywalker, campeón de la carrera de Boonta Eve en Tatooine, aprendiz de Jedi de Obi Wan Kenobi y del Lado Oscuro de la Fuerza de Palpatine, esposo fiel y padre de Luke Skywalker y Leia Organa. No hay nada imposible... para mí.
El clon de Vader se lanza a la desesperada con su sable de luz... hasta que nota un dolor agudo en su mano derecha: A través de la Fuerza, el Señor Oscuro le arranca la mano derecha con su sable sujeto, cogiendo asi el sable de luz con su mano siniestra.
-¡Arrggh!
-Tienes algo que me pertenece por derecho, algo que me has hurtado... por el mero hecho de existir.
Como hiciera con el Conde Dooku, Anakin Skywalker le corta la otra mano, y con los dos sables de luz, el suyo y el de su clón, le rebana la cabeza de manera limpia, cayendo el cuerpo inerte al verde suelo del lugar.
Han Solo y George Lucas esperan asustados el desenlace del combate... hasta que ven una lámina caerse, y a una figura medioagotada caminar hacia ellos. Por precaución, Han desenfunda su blaster, preparado para disparar a la menor oportunidad. La renqueante figura se acerca, y Han le hace una pregunta que solo el verdadero Vader sabe la respuesta.
-Si eres quien dices ser, sabrás lo que le dije a Leia en Bespin estando tú presente.
Tras un momento de respiración, dos palabras salen del malherido Señor Oscuro:
-Lo sé. Supe en ese momento que amabas de verdad a mi hija... y que tenías nociones de la Fuerza.
-¡Impresionante, muy impresionante!
Darth Vader se acerca a George Lucas, le mira, y le dice lo siguiente.
-Sé que Han habló con usted tiempo atras. Creo que debo contarle cosas que a buen seguro tendrá gran interes en saberlas.
El almirante no tenía señales de su superior
Vader, y las notícias que llegaban de
Sillius Vain no eran muy alentadoras. Mirando al planeta azul, al igual que su piel, de repente ve un destello esmeralda encima de la
Tierra. Luego otro, y según pasa el tiempo, decenas, cientos de destellos esmeraldas que van formando un simbolo, el simbolo que los
Guardianes llevan, y que hacen llevar a sus embajadores en sus sectores: el simbolo de los
Green Lantern. Capitaneados por el maestro
Kilowog, varios centenares de los
Green Lantern disponibles se disponen a defender a la tierra de las naves del
Imperio, en atención a la llamada de auxilio del
Green Lantern del sector
2814, el mejor
Green Lantern de todos,
Hal Jordan.
-¡Vamos, poozers, hagamos el juramento!
"En el día más brillante, en la noche más oscura, ningun mal podrá escapar de mi vigía, que aquellos que adoran el poder del mal, teman mi poder"se oye como si fuera la voz del Universo... y el almirante da la orden de atacar: cientos de lásers salen de los destructores y varias decenas de Tie salen a dar caza a los Lantern. De hecho, dos recien incorporados casi mueren por los disparos de dichas naves... de no ser por él. Sujetados por sus brazos, los nuevos recultas son llevados cerca de Kilowog por Superman, para informarle de las novedades invasivas.
-Creo que éstos dos lucharán mejor bajo tu ala.
-¡Superman, nos vendría bien tu ayuda! No sabemos como derrotarlos y los Guardianes no dicen nada sobre el sector de donde vienen.
-Conozco el secreto. Que varios de tus mejores Lantern me sigan y luego informen a los demás.
-¡Dales fuerte, poozer!
Trés curtidos Lantern acompañan al Hombre de Acero en un vuelo de esquive de lásers hasta los Destructores Imperiales.
-¡Tenéis que disparar a esos generadores esféricos, y así elimináis sus defensas!
Así, los Lantern y Superman, se encargan de dañar dichos generadores, dejando al Destructor sin escudos defensivos. Mientras, varios Tie explotan al chocar unos con otros con tal de dar a los Green Lantern con sus lásers. Una vez aprendido cómo dejar a las naves imperiales sin defensas, Superman advierte a Kilowog de otra ofensiva.
-Vienen refuerzos imperiales, del planeta Sirius. El Emperador Palpatine está detrás de todo.
-¡Ahora me has hecho enfadar de verdad, poozer! ¡Lanterns, rastread naves de Sirius cerca!
-Veo que lo tienes todo controlado aquí, Kilowog. Me necesitarán abajo.
-Buena suerte, amigo.
El último hijo de Krypton se prepara para descender a la Tierra, dejando a Kilowog viendo arder los Destructores Imperiales.
EPÍLOGO 1:
Varios coches voladores de S. H. I. E. L. D. acuden a los restos del Rancho Skywalker, capitaneados por Nick Furia. Al llegar, se encuentra una curiosa estampa: en un montículo, un frenético George Lucas escribiendo como loco en un cuaderno de hojas amarillas, lo que parece contarle alguien vestido de... Darth Vader, mientras que al otro lado con cara de circustancias, alguien muy parecido a Harrison Ford pero algo más jóven... vestido como Han Solo.
-Sr. Lucas, ¿Tiene alguna explicación para decirme qué ha pasado aquí?
-No la tome con ellos, coronél, ellos no son los culpables de lo ocurrido hace meses.
Furia mira hacia el cielo... y lo vé: su capa roja, su S en el pecho... Superman ha vuelto, y los agentes no pueden evitar suspirar de alivio o sonreir.
-Ponme al día, boy scout.
-La nave que apareció aquí en la Tierra no era la nave de aquél hombre-Superman señala a Han Solo-sino una mera falsificación de la verdadera, pilotada por aquellos alienígenas que conocieron como"Visitantes". El objetivo era poder invadir de nuevo el planeta acusando falsamente a esa persona.
-Pero si él está aquí, su nave...
Antes de que Furia termine, una gran nave espacial aparece, y se prepara para hacer aterrizaje en una zona cercana a donde están Superman y Nick Furia. Muchos agentes murmuran diciendo"era verdad","es el Halcón"... hasta que la nave se posa perféctamente sobre la hierba. Tras unos segundos, una rampa se abre, y una figura femenina sale de la nave. Buscando a alguien con la mirada, corre hacia Han Solo hasta abrazarle y decirle:
-Eres demasiado sinvergüenza para dejar que perviertas a mi padre por ahí.
Acto seguido, Leia Organa y Han Solo se funden en un abrazo y un beso, ante el amanecer de un nuevo día en la Tierra.
EPÍLOGO 2:
La cara del Emperador Palpatine era pura furia en su despacho de Coruscant. Sus tropas en Sillius Vain y lo acontecido en la Tierra le hacen presagiar lo peor: un ataque de la rebelión en tromba. Sin embargo, al estar en un cuerpo jóven, podría luchar en igualdad de condiciones ante el dúo Skywalker. Sediento, el Emperador prueba un sorbo de licores calamari que le ha traido su nueva asistente, llegada de Naboo hace varias semanas. Los dulzores son exquisitos en el paladar... hasta que un amargor invade su garganta y su estómago, provocándole fuertes dolores. La asistenta, con capucha baja, asiste a la agonía del Emperador Palpatine impetérrita.
-¡Maldita seas, qué me has hecho!
-Usted vino a mí, como un humilde senador de mi propio planeta. Luego le convertí en canciller por sus acciones, actos de manipulador sin escrúpulos que me hizo privar de mi amor, convirtiéndo la República en un despreciable Imperio, y al hombre que amaba en un ser destructivo y violento.
-Tú eres... eres...
-Soy alguien que buscaba venganza por todo el sufrimiento que a él, a mí y a mis hijos nos ha causado. Al fin hemos podido vengarnos.
Incapaz de poder respirar, el Emperador cae al suelo, cadáver. Padmé Amidala levanta su capucha y no siente pena ni remordimiento ante el cuerpo de su máximo enemigo.
Nota del Autor: Espero que os haya gustado éste serial, y pido disculpas si he tratado indebidamente a algún personaje, ya sea de Marvel, DC, o de Star Wars. No soy un calvo como Bendis o Morrison, pero no creo que lo haya hecho mejor que ellos.