+QVILLANOS: CRÁNEO ROJO

"Obsesivo Cráneo Rojo:

Te imagino sentado en alguna regia silla o trono en alguna suntuosa mansión en la tierra de tu rival, paladeando un buen vino, regocijándote de todo cuanto sucede. Lejos quedan los tiempos de una Alemania emergente, poderosa, cobijada bajo el ala de las águilas imperiales de Hitler y los nazis, donde tú eras mero mozo de hotel, un simple barrendero, un piojoso limpiabotas. Nunca le viste de cerca, hasta que llegó el día en que fuiste testigo de una fenomenal bronca que daba a sus oficiales:"¡Hasta éste barrendero lo haría mejor que la tropa!", llegó a decir. Te preguntó tu nombre, el cual dijiste con miedo reverencial, y recibiste instrucción directa de él, felicitándose por tus progresos, llegando al experimento que te daría el vigor y la fuerza necesaria para motivar a las tropas, y luchar contra los aliados. Sólo faltaba un detalle, un detalle que Hitler tuvo contigo, una máscara que te diese identidad y terror, máscara que dejaría atrás a Johann Schmidt, y daría la bienvenida a... CRÁNEO ROJO.

Tus aportaciones inclinaron cada vez más la victoria nazi sobre los aliados en la Segunda Guerra Mundial. Creíste que sería sencillo, coser y cantar... hasta que le viste: azul, blanco, rojo, con los colores de su país, con una gran A blanca en su frente, blandiendo como arma algo se siempre se usa para defenderse. Casi nunca estaba sólo, ya que un fastidioso criajo le acompañaba con él. Desde tu primer enfrentamiento, supiste que era tu némesis, tu rival a batir: dos caras de una moneda en perpétua lucha, cual ying yang. Tiene gracia que incluso llegaste a usar un cuerpo clonado de tu rival para seguir vivo, cortesía de un genetista loco pero leal. Ambos incluso permanecisteis en animación suspendida, apartados el uno del otro, unidos por una guerra que no detuviste ni tenías intencion de parar. Sin embargo no perdiste el tiempo, llegando a ser padre de una muchacha a la que aceleraste su crecimiento, en un momento en que envejecías por momentos, y envejecíste a tu némesis de apariencia aria que tanto le habría gustado al dictador que te formó, al que encerraste en uno de esos cubos cósmicos de los que tanto te gustó usar contra tu rival. A nuevos tiempos, nuevas estrategias, como la de infiltrarse en el país de la libertad y corromperlo, hasta el punto de despojar a tu enemigo de sus señas de identidad: cuando cambiaste a tu rival por alguien más influenciable, tu vileza no alcanzó techo alguno, solo superado cuando ordenaste que matasen a la familia del paranoide sustituto de tu némesis. Conseguiste pervertir aquello que tu rival labró, haciendo que tu marioneta inocente manchara el traje de las barras y estrellas de sangre.


Sin embargo, viste que tus planes fracasaban una y otra vez, siempre fustrados por él... o por gente que vivió el horror de los campos de concentración en su propia carne, enbutidos en mantos y cascos magnéticos. Llegaste incluso a convertirte en Secretario de Defensa de un país al que odiaba, al país que incluso quiso que tu rival tiempo atras, fuese Presidente. Un rival que llegó a darte su misma degeneración al suero que le dió su fuerza y vigor, y con la ayuda de SUPERIA, te recuperaste. Macabramente salvaste a tu rival para otorgarte un triunfo de sangre, ya que sustituiste su sangre agonica por tu sangre libre de impurezas. Vives ahora en la sombra, saboreando los frutos de tus manipulaciones, viendo a tu rival de las barras y estrellas en su tumba. Sabes que podrán poner a otro en su traje, pero eso no le hará volver, nadie llegará a ser como tu rival, porque tal y como se ha visto, nadie es rival para... Cráneo Rojo".
LA PRÓXIMA SEMANA:

ALTO SEÑOR PAPAL

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