Ignoro si allá en las galaxias más lejanas aún que la mía, serás ávida lectora de éste humilde escrito, dedicado a rendirte pleitesía, y a servirte como ejemplo de lo complejos que somos los humanos. Seguro que la Tierra te debió de parecerla un oasis en ese desierto de galaxias y soles que llamamos Universo, del cual queremos saber de su nacimiento, pero nunca si había algo anterior a lo que conocemos. Desconozco el porqué de la elección de ella, pero puedo intuirlo: su inocencia, su pureza, su nobleza de espíritu... amén de poderes impensables en alguien tan jóven. Jean Grey, la Chica Maravillosa, la mutante que no por ser mujer era la más débil, se encontraba en una situación limite: la nave donde ella y los demás miembros de su grupo reentraba en la atmósfera terrestre, y ella guiaba la nave, protegiéndola con su poder, pero eso no era suficiente, eso era un suicidio... hasta que te apiadáste de ella, sustituyéndola y salvando al grupo de una muerte segura. Ellos creyeron ver a su compañera renacida de poder, cuando ellos te veían a tí.
Aquellas palabras, acompañadas a tal despliegue de poder, una mera e insignificante muestra de poder por tu parte, aterraron a varios de los que con el tiempo, compartiste experiencias de amistad... y amor. Gracias a los recuerdos de la chica a la que salvaste, supiste que ella tenía a quien darle su aprecio y cariño, alguien cuya mirada permanecía eternamente atrapada en aquel muro que era su visor óptico, siéndote esquiva. No te conformaste con él, llegándote a quedar prendada del salvajismo, de la rudeza, de su valor en las peleas por muy desiguales que fueran. Lobezno nunca podrá olvidar quién avivó ese sentimiento, esa pasión que le recuerda que más que un animal, es un hombre. Creiste que toda la humanidad era como ellos, hasta que uno te demostró lo contrario: Wyngarde. Gracias a sus poderes, potenciados por quien ahora ocupa el lugar de Jean en el corazón de su amado, Él llegó a confundirte, a hacerte creer descendiente o encarnación de alguien conocido antaño como..."Reina Negra". Todo era más intenso, más duradero... hasta que se te hizo... agradable. Tus compañeros, o más bien, los de Jean, asistieron temerosos a tu revelación como Fénix Oscura, viendo en realidad tu auténtica naturaleza, lejana a la de aquella a la que usurpaste su existencia. Los X-MEN no olvidarán jamás la temeridad del Club Fuego Infernal, ya que con su acción, habían despertado a la bestia dormida, a un fenómeno de proporciones cósmicas, llegando a devorar un sol, provocando la muerte de un planeta. Miles de millones de vidas vierón al Fénix como última imagen en su existencia, condenados y condenando al cuerpo que lo contiene... a muerte. Charles Xavier tuvo que esforzarse para contenerte dentro de Jean, consiguiéndolo, pero aquello no le desgastó tanto como la visita de su amor, que tras haber asistido estupefacta a la muerte de un sol y la de un planeta, no tuvo más remedio que contarle que su estudiante, su jóven talento... tenía que morir.La Zona Azul de la Luna fué mudo y triste escenario de tu suicidio, tras volver a hacer nueva muestra de tu poder derrotando a toda la Guardia Imperial con un mero gesto, sin siquiera preocuparte si alguno sobreviviría para contarlo. Aquel fatídico día el Fénix recobró su libertad, pero a un precio que hizo lo que ningun otro villano logró en ese hombre delgaducho eternamente adosado a un visor de rubí: llorar. Llorar por un amor perdido, por ilusiones rotas, por promesas que quedarían incumplidas... hasta que el cuerpo de Jean Grey, la verdadera, la única... apareció donde lo dejaste. Con el tiempo, empleaste a Jean de altavoz, metiendo miedo en el cuerpo de aquellos que vivieron la experiencia, amenazando con volver. Y es que, como dicen las leyendas, el Fénix renace de sus cenizas... siempre.
Obsequiándote con una muestra de mi cariño corelliano cuando vengás a verme,
Tío Han"
LA PRÓXIMA SEMANA.... ALGUIEN CON MALA BABA:
LA PRÓXIMA SEMANA.... ALGUIEN CON MALA BABA:
¡VENENO!
EL DE VERDAD, NO AQUELLO DE LA PELI ESA DEL MAGUIRE.
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