Dennis P. Eichhorn debe ser un personaje de cuidado. Ya lo hizo una vez en el tomo recopilotario de su serie Real Stuff (Swifty Morales Press) y lo vuelve hacer otra vez con este trabajo. Meter al lector en un viaje sin paradas intermedias por los confines del sueño americano no es moco de pavo si se hace con la sinceridad y demoledora crudeza con que lo hace este escritor. Si en la primera ocasión el muestrario de anecdotas de suburbio y el bestiario de personalidades desde la otra dimensión (la que permanece oculta porque molesta a la gente "de bien") procedian de su propia vida, aquí se centra en su encuentro con una figura del underground musical americano de los 70.
Un autentico freak cuya condición como tal marcaría, como se puede comprobar en los distintos articulos y entrevistas que se incluyen de acompañamiento a las historietas, toda su vida como un descastado social. Larry Wild Man Fischer fue una curiosidad musical apreciada por unos cuantos elitistas melomanos, descubierta por figuras tan dispares como Solomon Burke y Frank Zappa, el cual se atrevió a sacar su debut discográfico, y aquejado de ciertos problemas psiquiatricos que le impidieron mantener a flote algo parecido a una carrera profesional. En la obra que nos compete, a traves de algunas anecdotas comunes entre el guionista y el cantante y otras de caracter biografico, se intenta descifrar el misterio Fischer en los principios de su carrera. Un hombre que forjó su carrera musical cantando rock and roll a capella sin estar especialmente dotado vocalmente debia guardar algun secreto para ejercer tal fascinación en su reducido (aunque fiel) grupo de fans.
El material contenido en esta pequeña novela gráfica procede de la revista Real Stuff. Dibujado en casi su totalidad por J.R. Williams, un autor independiente que se prodiga poco en el mundo de la historietas con un estilo muy caricaturista de cierto tono psicotico, tambien cuenta con una pequeña historieta ilustrada por Holly K. Tuttle y dibujos de Pat Moriarity, otro historietista al que no se veia ningun trabajo desde hacia tiempo. Sobre el trabajo de Williams decir que le va que ni pintado al protagonista. El excentrico (rozando lo maniaco) comportamiento del protagonista y las desesperadas reacciones que provoca en los que le rodean demasiado tiempo se complementan perfectamente con el histrionismo formal del dibujante, muy dado a convertir a sus personajes en autenticos catálogos de muecas desencajadas. En cuanto a la narración, aun teniendo que resumir grandes periodos de la vida de Fischer, siempre se muestra fluida aunque a veces Williams distribuye los textos de apoyo de manera desafortunada rompiendo un poco dicha fluidez.
Ademas de estas historietas, como os comentabamos anteriormente, se incluye una entrevista que le realizo J.R. Williams al propio Fischer en la que este nos habla de su situación actual y varios articulos escritos por amistades del cantante sirviendonos como complemento y actualización del personaje. Mientras que las historietas nos muestran a un hombre en plena juventud y, aunque suene chocante, disfrutando de la parte "divertida" de su enfermedad mental (esquizofrenia paranoide con episodios maniaco-depresivos), la parte de prosa nos describe los efectos que en el tiempo tienen estos problemas en una persona que no se ha cuidado debidamente y que no puede recurrir a nadie más que el mismo. Todos estos documentos conforman un excepcional expediente de 64 paginas sobre uno de los casos mas curiosos de la contracultura americana.
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Un autentico freak cuya condición como tal marcaría, como se puede comprobar en los distintos articulos y entrevistas que se incluyen de acompañamiento a las historietas, toda su vida como un descastado social. Larry Wild Man Fischer fue una curiosidad musical apreciada por unos cuantos elitistas melomanos, descubierta por figuras tan dispares como Solomon Burke y Frank Zappa, el cual se atrevió a sacar su debut discográfico, y aquejado de ciertos problemas psiquiatricos que le impidieron mantener a flote algo parecido a una carrera profesional. En la obra que nos compete, a traves de algunas anecdotas comunes entre el guionista y el cantante y otras de caracter biografico, se intenta descifrar el misterio Fischer en los principios de su carrera. Un hombre que forjó su carrera musical cantando rock and roll a capella sin estar especialmente dotado vocalmente debia guardar algun secreto para ejercer tal fascinación en su reducido (aunque fiel) grupo de fans.
El material contenido en esta pequeña novela gráfica procede de la revista Real Stuff. Dibujado en casi su totalidad por J.R. Williams, un autor independiente que se prodiga poco en el mundo de la historietas con un estilo muy caricaturista de cierto tono psicotico, tambien cuenta con una pequeña historieta ilustrada por Holly K. Tuttle y dibujos de Pat Moriarity, otro historietista al que no se veia ningun trabajo desde hacia tiempo. Sobre el trabajo de Williams decir que le va que ni pintado al protagonista. El excentrico (rozando lo maniaco) comportamiento del protagonista y las desesperadas reacciones que provoca en los que le rodean demasiado tiempo se complementan perfectamente con el histrionismo formal del dibujante, muy dado a convertir a sus personajes en autenticos catálogos de muecas desencajadas. En cuanto a la narración, aun teniendo que resumir grandes periodos de la vida de Fischer, siempre se muestra fluida aunque a veces Williams distribuye los textos de apoyo de manera desafortunada rompiendo un poco dicha fluidez.
Ademas de estas historietas, como os comentabamos anteriormente, se incluye una entrevista que le realizo J.R. Williams al propio Fischer en la que este nos habla de su situación actual y varios articulos escritos por amistades del cantante sirviendonos como complemento y actualización del personaje. Mientras que las historietas nos muestran a un hombre en plena juventud y, aunque suene chocante, disfrutando de la parte "divertida" de su enfermedad mental (esquizofrenia paranoide con episodios maniaco-depresivos), la parte de prosa nos describe los efectos que en el tiempo tienen estos problemas en una persona que no se ha cuidado debidamente y que no puede recurrir a nadie más que el mismo. Todos estos documentos conforman un excepcional expediente de 64 paginas sobre uno de los casos mas curiosos de la contracultura americana.