
Iron Man, Reed Richards, Nick Furia, y varios expertos de S. H. I. E. L. D. en materia aeroespacial, están en la Mansión de los Vengadores. Poco a poco, las luces se van apagando, y se ven simultaneamente imágenes holográficas de la nave que atacase al falso Eléctro, Spider-Man, y la Antorcha Humana, junto a fragmentos de films de la trilogía Star Wars, aquellos en los que el Halcón Milenario es visible.
-¿Y dices que se te ocurrió viendo el álbum de cromos de tu hijo, Richards?
-Así es, Coronel. Ahora, preste atención.
Las imágenes van pasando hasta que llegan a un instante donde con un gesto de Reed Richards, se paran.
-Fíjense bien, caballeros. Pese a la tosquedad que se puede ver en ésta imágen, pueden comprobar que básicamente, es la misma nave que en éste otro plano.
-¿Me estás diciendo que Han Solo ha venido aquí a pasar el día?
-Je, ya de paso, que se traiga a la princesa esa del peinado aquel...
-Ésto es serio. Alguien, sea quien sea, de éste planeta o de a saber cual, ha penetrado en la atmósfera terrestre, ha hecho lo que ha querido, y se ha marchado sin problemas, como quien va a un hiper.
-En eso tiene razon, Richards. Gracias a que los demás Vengadores están haciendo un show lejos de aquí, de lo contrario no habríamos hacer ésto debidamente.
-Ya sabe, Coronel, los Vengadores somos gente comprometida con las buenas causas.
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-Ming recibiendo comunicaciones... ¿De Coruscant?
-Coruscant está volviendo a instaurar la República. Raro es tener relaciones extraoficiales con tiranos como Ming.
-¿Y qué es lo sugieres?
-Ire a Coruscant a advertir a la Princesa Leia de ésto, y de paso comunicarle la muerte de Ming.
Libre de los ropajes que le camuflaban, Superman se eleva al espacio, a través del tragaluz del palacio imperial, viendo desde lejos los saludos de Barin y Flash Gordon.


No podían resistirse a ello: una velada con jóvenes con determinados problemas, ya fueran físicos o mentales, merced a la fundación María Stark, hizo que Thor y el Capitán América fueran directos al Orfanato Top Cow. Cuando llegaron e hicieron una pequeña performance en el escenaro de la sala de actos del lugar, el Capi se dió cuenta de que faltaba alguien, que había una silla vacía. "Ese es Michael", decía el padre Silvestri,"Está dibujando, siempre dibuja. En una semana se ha pulido 3 lápices dibujando cosas...". Alentado por la curiosidad, el Capitán America preguntó al padre Silvestri por la habitación de Michael, y tras llevarle hasta ella, el padre Silvestri le deja sólo ante la puerta. El Capi se decide a llamar... pero vé que la puerta está entreabierta. Al empujar la puerta, ve todo el cuarto lleno de dibujos, de ilustraciones, de féminas en diferentes posturas y trajes a cual más raro y... sugerente. Un crío de 13 años, levanta la cabeza y tras ver al Capitán América, sigue dibujando sin inmutarse.
-¿Ha venido a hacer su numerito para mí antes de irse? La gente que se hace pasar por héroes no merecería trabajar así.
-Chico, soy el Capitán América, y creo que sé como demostrártelo.
-Ahora me contará un resumen de sus últimas peleitas, seguro.
-No. He visto tus dibujos, y salvo por varios detalles, me recuerdas a mí cuando empezaba a dibujar. El Capitán coge un folio de los que hay por ahí cerca, y un lapiz algo desgastado pero util, y se pone a dibujar para el chico.
-Yo dibujé el uniforme por el que me conoces y por cuantos me han conocido. Reconozco que las chicas se me daba mal dibujarlas, pero no me negarás que no me ha quedado mal.
El chico se queda mirando el dibujo del Capi, pensativo.
-No esta mal, aunque es demasiado clásico, demasiado... Jack Kirby.
-Veo que no he logrado convencerte, ¿Verdad? El Capitán América guiña el ojo, y una voz fuerte y noble como el martillo que empuña, se oye por la ventana de la habitación.
-En Asgard habría sitio para ilustradores como tú, jóven Michael Turner.
-¿Ha... ha... estado mirando todo éste tiempo... desde ahí?
-Desde que el noble Capitán entró en tu cuarto, he estado desde aquí mirando tus ilustraciones. Seguro que a Volstagg o Balder les encantaría conocer a las modelos de tus dibujos.
-Bueno, las modelos de... de mis... de mis dibujos... son de mi mente.
-¡Por Odín, fertil imaginación y talento tienes, jóven Turner! Acércate a mí, y te presentaré a lo más granado del Reino Dorado.
-¿En serio?
-El Capitán América es testigo, Michael Turner. Ahora, el arcoiris nos espera. Súbete a mí, y vámonos ya, salvo que queramos enfurecer a Lady Sif.
Michael se sube sobre Thor, y juntos desaparecen tras encontrar el acceso a Asgard. Tras un tiempo de ver y conocer a gente por el largo Reino Dorado, Thor desciende de los cielos con un sonriente Michael Turner, que raudo se abraza al Capitán América.
-¡Ha sido genial, el mejor viaje que he tenido nunca!
-Michael, hay viajes mucho mejores que éste: Sal de tu cuarto, conoce gente, haz amigos... y dibuja, dibuja mucho, seguro que tienes éxito.
-¡Voy a contarles lo que he visto a todos!
Michael sale corriendo como loco por los pasillos del orfanato, para contarles a todos lo que ha visto, viendo como detrás de él, el Capi y Thor sonríen y saludan antes de irse en el Quinjet que les trajo aquí.
MICHAEL TURNER: 1971-2008. Descansa en Paz.
LA SEMANA QUE VIENE...
CÉLULA
BOLAS, MUCHAS BOLAS...
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