
En la Fuerza, había una fuerte perturbación, algo que parecía que no tenía que pasar... y ha pasado. Darth Vader volvía de su cámara de meditación del Superdestructor... y lo notó: un estremecimiento en la Fuerza que le hizo casi derrumbarse. Han Solo, que pasaba de refilón, se percató del detalle.
-¡Ey, parece que el casco le pesase más de la cuenta!
-He notado algo en la Fuerza, algo no habia sentido... jamás.
-Más vale que sea un buen presentimiento. Estamos llegando a Sirius... y me temo que no nos recibirán bien.
-He pensado en eso, Solo. Acompáñame.
Con algo de entereza, El Señor Oscuro de los Sith guía a Han Solo por la nave, dispuesto a enseñarle su plan para pasar desapercibidos en Sirius.

-¡Seas quien seas, identifícate, enemigo de Ming el Despiadado!
-Ming, tu reinado de terror debe terminar, por el bien de Mongo.
-¡Eso nunca!-Ming dispara en el pecho al oponente, y bajo sus ropajes puede verse un emblema rojo y amarillo.
-Debí de haberlo imaginado. Tú... tú...
Ming se tambalea y trata de huir, siendo rodeado por Barin y el resto de leales.
-No, no debo ser recordado así, nunca así...-Ming se dispara en la boca, y cae, inerte, ante los ojos de Barin, Flash... y de Superman, que no esperaba tamaño desenlace.
-Su muerte traerá a Mongo la paz, pero... ¿A que precio?
-Eso solo Aura lo sabe. Puede reclamar su derecho al trono.
-Es lo más probable, Barin, y no hay nada mas peligroso que una nueva regente, que una nueva regente sedienta de venganza.


-¿Y eso se lo va a poner usted?
-No. Yo usaré una cosa que la emperatriz Shi´Ar realiza para su prometido terrestre.
Vader se coloca cual imán un pequeño dispositivo, que al pulsarlo, la forma del Señor Oscuro cambia hasta hacer visible a un hombre, de unos cuarenta años, con vestimentas oscuras, parecidas a las que llevaba aquel viejo llamado Obi-Wan Kenobi.
-Vístete, Solo. Tu apariencia es muy conocida.
-¿Y si me preguntan de que planeta vengo? Con éstas pintas y el... el látigo éste...
-Dí que eres de... Indianápolis.
-Indianápolis, ja.
Han Solo se viste con el traje, se coloca el blaster en la bolsa, y mira el látigo y el sombrero.
"No sé si ésto funcionara", piensa para si el corelliano...
LA SEMANA QUE VIENE...
APOCALÍPSIS
TIEMBLA, ARRABAL, TIEMBLA....
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