Director: Peter Jackson
Interpretes: Naomi Watts, Jack Black, Adrien Brody, Andy Serkis…
Genero: Aventuras con regusto añejo, cosecha 1933.
Duración: 195 minutos (unas simiescas 3 horas y cuarto, vaya)
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 13 AÑOS
(FANS DE MELODY INCLUIDOS)
Dice el propio director, que el KING KONG de 1933 le hizo ilusionarse con ser director de cine (es más, con su cámara de video, a una tierna edad, grabó la muerte de Kong en un Empire State muy particular…), y que no quería morirse sin antes hacer un remake de aquella parábola de la Bella y la Bestia, en la que Fay Wray (que murió antes de poder participar en el segundo remake, porque ya en 1976 hubo uno, bastante polémico, debido a que ganó el Oscar a los mejores efectos especiales, pese a notarse las maquetas, y al tío vestido de simio…provocando dimisiones en masa de miembros de la Academia de Hollywood. Aquí, en España, esto no pasa…) se convertía en el amor/juguete de un simio enorme, gracias a las técnicas de la stop-motion (resucitada gracias a Tim Burton y Nick Park), y del fenomenal equipo de Wills O´Brien, que hicieron que pese al paso de los años, sus efectos aún dejen huella.
Y es precisamente, el film de 1933 al que Jackson rinde tributo, un tributo excesivamente alargado, para desgracia de la Universal, que al igual que Peter Jackson, estuvo bastante tiempo esperando como agua de mayo la realización del remake. Y es que desde 1996 que se hablara de hacer una nueva versión, hasta ésta del 2005, ha llovido mucho (desde los bichos de JURASSIC PARK, pasando por los GODZILLA, y luego la odisea de EL SEÑOR DE LOS ANILLOS que hizo Jackson…), dando como resultado una producción de 335 millones de dólares, casi nada, en la que el bicho ya no es ese ser lascivo que trataba de saber si aquella mujer blanca tenía lo mismo que aquellas muchachas de aquella tribu que le eran ofrecidas allí en Skull Island, ya no es aquel ser que devoraba por igual a nativos o a ciudadanos de aquella selva llena de cemento y pájaros de hierro, se ha convertido en una bestia políticamente correcta (ya se sabe: todo sea por la taquilla…) que los únicos desahogos que se puede permitir son con tres tiranosaurios (espectacular secuencia que demuestra no sólo lo lejos que va la tecnología digital en efectos especiales, sino en ser una demostración de ser algo más que el precedente de 1933), y algún que otro avioncito que le ametralla en lo mas alto del Empire State (en el primer remake del 76, Kong se subía a las Torres Gemelas con Jessica Lange, si se hubiera hecho en la época actual…). De todas maneras, se nota que en ocasiones los efectos especiales no están lo suficientemente currados (ver la secuencia de la estampida de diplodocus…).
Con un mapa encontrado por casualidad (todo un fallo de guión, Sr. Jackson, si es que…) en unos tiempos difíciles (otro palo para el Sr. Jackson: la Gran Depresión no era solo gente yendo a albergues para comer caliente, se llegaban a vender hasta a los hijos para tratar de obtener dinero…), Carl Denham, un director de cine necesitado de un gran éxito comercial, y tras encontrar a una chica, Ann Darrow, para sustituir a su actriz principal, que se fue definitivamente del proyecto, y ”secuestrando” al guionista de la obra, el dramaturgo de éxito Jack Driscoll, parte con el Venture, rumbo a aquel lugar para lograr rodar su película (por cierto, aquí se hace una coña: se supone que la actriz principal de la peli de Carl se fue con unos tíos llamados Schodenkak y Cooper, que salieron hacia África para rodar una película…cuando esos dos directores eran los de…KING KONG). Tras llegar al lugar, y rodar algunas secuencias, el equipo se da cuenta de que no están solos en el lugar: una tribu de salvajes y sanguinarios vive en el lugar, fijándose en Ann con un particular interés. Sin importar distancias, los de la isla secuestran a Ann, elegida por ellos para rendir tributo a…Kong. Ann descubrirá con terror que Kong, más que una persona, es un gigantesco gorila, que con el tiempo, se convertiría en su protector frente a otras bestias en aquel paraje. Solamente con la determinación de Jack Driscoll y del capitán del Venture, conseguirían salir de aquel infierno…pero no con las manos vacías: gracias al cloroformo, capturarían a Kong, para exhibirlo en Nueva York. Sin embargo, en la ciudad, Kong escaparía de sus ataduras…
Interpretes: Naomi Watts, Jack Black, Adrien Brody, Andy Serkis…
Genero: Aventuras con regusto añejo, cosecha 1933.
Duración: 195 minutos (unas simiescas 3 horas y cuarto, vaya)
NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 13 AÑOS
(FANS DE MELODY INCLUIDOS)
Dice el propio director, que el KING KONG de 1933 le hizo ilusionarse con ser director de cine (es más, con su cámara de video, a una tierna edad, grabó la muerte de Kong en un Empire State muy particular…), y que no quería morirse sin antes hacer un remake de aquella parábola de la Bella y la Bestia, en la que Fay Wray (que murió antes de poder participar en el segundo remake, porque ya en 1976 hubo uno, bastante polémico, debido a que ganó el Oscar a los mejores efectos especiales, pese a notarse las maquetas, y al tío vestido de simio…provocando dimisiones en masa de miembros de la Academia de Hollywood. Aquí, en España, esto no pasa…) se convertía en el amor/juguete de un simio enorme, gracias a las técnicas de la stop-motion (resucitada gracias a Tim Burton y Nick Park), y del fenomenal equipo de Wills O´Brien, que hicieron que pese al paso de los años, sus efectos aún dejen huella.
Y es precisamente, el film de 1933 al que Jackson rinde tributo, un tributo excesivamente alargado, para desgracia de la Universal, que al igual que Peter Jackson, estuvo bastante tiempo esperando como agua de mayo la realización del remake. Y es que desde 1996 que se hablara de hacer una nueva versión, hasta ésta del 2005, ha llovido mucho (desde los bichos de JURASSIC PARK, pasando por los GODZILLA, y luego la odisea de EL SEÑOR DE LOS ANILLOS que hizo Jackson…), dando como resultado una producción de 335 millones de dólares, casi nada, en la que el bicho ya no es ese ser lascivo que trataba de saber si aquella mujer blanca tenía lo mismo que aquellas muchachas de aquella tribu que le eran ofrecidas allí en Skull Island, ya no es aquel ser que devoraba por igual a nativos o a ciudadanos de aquella selva llena de cemento y pájaros de hierro, se ha convertido en una bestia políticamente correcta (ya se sabe: todo sea por la taquilla…) que los únicos desahogos que se puede permitir son con tres tiranosaurios (espectacular secuencia que demuestra no sólo lo lejos que va la tecnología digital en efectos especiales, sino en ser una demostración de ser algo más que el precedente de 1933), y algún que otro avioncito que le ametralla en lo mas alto del Empire State (en el primer remake del 76, Kong se subía a las Torres Gemelas con Jessica Lange, si se hubiera hecho en la época actual…). De todas maneras, se nota que en ocasiones los efectos especiales no están lo suficientemente currados (ver la secuencia de la estampida de diplodocus…).
Con un mapa encontrado por casualidad (todo un fallo de guión, Sr. Jackson, si es que…) en unos tiempos difíciles (otro palo para el Sr. Jackson: la Gran Depresión no era solo gente yendo a albergues para comer caliente, se llegaban a vender hasta a los hijos para tratar de obtener dinero…), Carl Denham, un director de cine necesitado de un gran éxito comercial, y tras encontrar a una chica, Ann Darrow, para sustituir a su actriz principal, que se fue definitivamente del proyecto, y ”secuestrando” al guionista de la obra, el dramaturgo de éxito Jack Driscoll, parte con el Venture, rumbo a aquel lugar para lograr rodar su película (por cierto, aquí se hace una coña: se supone que la actriz principal de la peli de Carl se fue con unos tíos llamados Schodenkak y Cooper, que salieron hacia África para rodar una película…cuando esos dos directores eran los de…KING KONG). Tras llegar al lugar, y rodar algunas secuencias, el equipo se da cuenta de que no están solos en el lugar: una tribu de salvajes y sanguinarios vive en el lugar, fijándose en Ann con un particular interés. Sin importar distancias, los de la isla secuestran a Ann, elegida por ellos para rendir tributo a…Kong. Ann descubrirá con terror que Kong, más que una persona, es un gigantesco gorila, que con el tiempo, se convertiría en su protector frente a otras bestias en aquel paraje. Solamente con la determinación de Jack Driscoll y del capitán del Venture, conseguirían salir de aquel infierno…pero no con las manos vacías: gracias al cloroformo, capturarían a Kong, para exhibirlo en Nueva York. Sin embargo, en la ciudad, Kong escaparía de sus ataduras…
Jack Black hace, sin dudarlo, el personaje con más mala leche del film: un director de cine, sin escrúpulos, que con tal de salvar su película es capaz de lo que sea (ver la secuencias de la salida del barco, o las andanzas para salvar lo grabado, o cuando exhibe a Kong en Nueva York…). Vamos, si no me recuerda a Peter Jackson…
Naomi Watts lo hace bien, como Ann Darrow, luciéndose en escenas que sirven para preparar el personaje (el bailoteo que hace disfrazada de Charlot, que la serviría para camelarse a Kong, sin olvidarnos de sus momentos en el Empire State…), una mujer que ve en Kong un amigo, un alma gemela, un protector que nunca permitiría que nada ni nadie la hiciera daño (ver la secuencia del combate contra los tiranosaurios, o la de los aviones del Empire State). Adrien Brody resulta creíble como Jack Driscoll, un guionista que encontrara el amor en el lugar inadecuado, en el momento inoportuno (ver los momentos en los que Carl rueda en el barco, donde surgen los chispazos de la relación con Ann…), y su progresiva transformación en hombre de acción (ver las secuencias en las que él, y los miembros del Venture combaten contra todo tipo de bichos, una secuencia larga en exceso, y que hace pesada la película…sin olvidarnos de su pericia en conducir taxis,), y al igual que Ann, su respeto hacia Kong (verle en la secuencia de presentación de Kong en un teatro de Nueva York). Pero debo quitarme el sombrero, y rendirme a la evidencia, ante Andy Serkis y su doble papel: primero, como cocinero del Venture (irreconocible entre los bíceps y el maquillaje…), y como…Kong. Son los movimientos de Serkis, quien paso meses y meses con gorilas en Ruanda para estudiar su comportamiento, los que mueven al Kong del 2005: aterrador ante los bichos, tierno y divertido con Ann (ver la secuencia del lago helado, todo un momento Nescafé…), atacando cuando es atacado (ver la secuencia del teatro, o cuando busca a Jack siguiendo al taxi…sin olvidarnos del palmeo”a lo Gasol” al cargarse a uno de los avioncetes…), sin duda, un bicho tierno y realista, del que tendrían que haber aprendido los del 76…Sin olvidarnos de Jaime Bell, como niño que pese a estar casi toda su vida en el Venture, le da por leer (en la peli hay pasajes del libro EL CORAZON DE LAS TINIEBLAS, libro que curiosamente fue llevado al cine por Stephen Hopkins hace algunos años, protagonizando los papeles principales Michael Douglas, y Val Kilmer, que exigió en su contrato que no le faltara papel higiénico de su marca favorita…), Thomas Krestchann como capitán del Venture con un pasado dudoso como comerciante de animales salvajes…buena labor de reparto.
A modo de curiosidad, y sobre todo, con ganas de recuperar parte de lo invertido en el film, salieron varias semanas antes del estreno, los diarios de rodaje que Peter Jackson y su equipo hacían del rodaje. Mucho material de entrevistas, montajes, y como premio, uno o dos minutos de película, para ir haciendo boca. Espero que Jackson explique ahí los motivos que le llevaron a cambiar de compositor para la banda sonora del film, porque del previsto Howard Shore (que le acompañara con muy buen criterio en la trilogía del anillo), al californiano James Newton Howard (que compuso la banda sonora para el film en el tiempo record de…tres semanas…), salvando las distancias, media un abismo. Si bien es cierto que James Newton Howard ha compuesto bandas sonoras de las que dejan huella (por ejemplo, las de EL SEXTO SENTIDO y EL PROTEGIDO), el memorable trabajo que hizo Howard Shore nos hizo suspirar de emoción a los amantes de las bandas sonoras, esperando una partitura épica e interesante, para al final, encontrándonos con una tonadilla, que no llega a calar en nuestros oídos inquietos. Una pena.
En fin, un remake que pese a no ser necesario, sirve para enseñar a las nuevas generaciones porque KING KONG fue todo un pelotazo en lo que a cine comercial y de efectos especiales en aquellos años treinta, y como pese a lo que disponían por aquel entonces, sus efectos son mejores que los de pelis mas recientes…, una fantasía personal de Peter Jackson, que ya puede morir tranquilo tras esto, y rico, porque se aseguró de cobrar su salario, 20 milloncejos, mas los beneficios por los videojuegos de PC, consola, y móviles… y que si le hubiera cortado metraje, tal vez estaríamos hablando de otro exitoso remake (el remake mas taquillero de la historia del cine es…MENTIRAS ARRIESGADAS), porque viendo su recaudación en su primera semana (62 millones $), algo me dice que Universal tendría que colocarse un cartelito que dijera: SE VENDE.
En fin, recomendable para aquellos que vieron la del 33 y la del 76, para los que vieron la del 76, para los que no vieron la del 33 ni la del 76, o para aquellas parejas que pasen de gorilas, dinosaurios, y avioncitos y se dediquen a meterse mano. No les decepcionará.
ADVERTENCIA
AÑO NUEVO, CRITICAS RENOVADAS.
NUEVO DISEÑO, NUEVOS DATOS A TENER EN CUENTA, MISMA MALA LECHE….
LA PRIMERA PELÍCULA A LA QUE VOY A PONER A PARIR SERA….
DOOM
NO SALDRA VIVO…NI EL APUNTADOR.
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