-Lobezno #35.
Por fin llegó el final de la saga de la Nativa, y como tal, creo que prefiero empezar hablando de la saga en sí para acabar centrándome en el número que nos ocupa, para que se entienda la bajísima nota que tiene puesta, la cual creo bastante adecuada. De hecho, no le habría puesto otra, ni por asomo.
Han sido siete números, probablemente estemos ante una de las sagas más largas de este año. Uno se imagina que quizá sea por algún motivo, quizás porque el argumento necesita semejante longitud o... ¿Para qué engañarnos? Actualmente la mitad de las sagas no necesitan la cantidad de números de las que están compuestas, debido al ritmo pausado, cotidiano y relajado actual (o quizás por pretender estirar una historia como un chicle para ocupar más con menos).
Puedo decir que estamos ante el segundo caso, pero eso no es lo peor, lo peor es que me ha dado la sensación de que he seguido una colección metida durante siete meses dentro del evento Nuff Said!.
Me explico, dicho evento (para los despistados) consistía en un mes donde todos los números Marvel eran mudos, sin bocadillos. Un capricho del editor de turno para rendir homenaje al fatídico día 11 de Septiembre.
Algo así hemos tenido durante esta saga, hay diálogos monosilábicos, gruñidos a mansalva, montones de viñetas enormes o mudas... Una aunténtica desesperación mes a mes.
Si al menos el argumento fuera bueno...
Pues no, estamos delante de una malísima idea, repetitiva y que contradice el origen del canadiense durante el proyecto Arma-X. Cuesta creer que encima hubiera otro sujeto intimamente ligado al personaje en el pasado y que encima tuviera las mismas características mutantes, demasiadas casualidades que carecen de explicación y apenas tienen interés alguno. Entre la Nativa (la fémina de la que estábamos hablando), Dientes de Sable y X-23, la ración de Lobeznos empieza a atragantar bastante.
Tampoco hay que olvidar aquel rasgo del protagonista que martillea sin piedad el guionista durante su etapa en esta colección, la rabia incontrolable de Logan, que tanto le preocupa aun habiéndola tenido a lo largo de toda su existencia, no puedo creer que siga el mismo tema una y otra vez durante diecinueve números. Dios...
Si al menos el desarrollo fuera bueno, pero ni eso. Todo es un ir y venir, una dosificación en siete números de una historia que quedaría larga hasta en tres.
Sobre el desenlace, la verdad es que no puede ser más patatero. Dientes de Sable aniquila el asunto de un plumazo, tantos números sin poder vencer al canadiense y a la Nativa para que, al final, lo solucione todo a su manera. Lo que me lleva a preguntar, ¿por qué diablos no mata a Logan, de paso? Es que lo deja malherido y adios muy buenas. Qué cosas, sabía que Creed no era muy inteligente, pero...
Sin olvidar que la Nativa se aleja de Logan sin explicación alguna, él le propone algo coherente pero ella prefiere pasar, si al menos se dijera por qué...
Aparte, el resultado es tan anticlimático que echa para atrás, no tiene interés alguno y es casi insultante, dan ganas de romper el cómic por haber tragado con lo mismo durante más de medio año para nada, es como si el guionista se riera de nosotros delante de nuestra cara.
Y por si todo esto fuera poco, Rucka cuenta con un dibujante muy bueno: Darick Robertson, que le ha ofrecido muy buenos resultados en su primera saga, pero aquí y en especial, en esta saga, se porta de pena, ofreciendo un acabado lejos de lo que suele ofrecer. Solo hay que coger, por ejemplo, Punisher Born para comparar, si es que ni siquiera parece el mismo artista.
Ausencia de fondos, falta de detalles, personajes dibujados de forma tosca... Un trabajo echo con prisas, no hay duda.
En fin, El Regreso de la Nativa, candidato perfecto para la peor saga del año, y mira que Austen tiene el listón bien alto. Absolutamente prescindible. 1/10.
Si quieres leer más sobre la corta etapa de Rucka en la colección de Lobezno, echa un vistazo a los siguientes enlaces:
Lobezno de Greg Rucka. Primera Parte.
Lobezno de Greg Rucka. Segunda Parte.
-BM: Lobezno #02.
Después de leer la actual etapa de la colección del canadiense, lo cierto es que estos primeros números a cargo de Chris Claremont y John Buscema son un aunténtico placer en comparación.
Y es que, aun con los defectos típicos del primero, lo cierto es que son entretenidos, pura aventura tipo Indiana Jones dentro de un lugar exótico, adecuado para las pesquisas del personaje protagonista, perfectamente tratado, no como el imitador de Punisher que vemos ahora.
Vaya, en pocas líneas he resumido mi opinión del número de este mes. Obviando el buen gusto que me dejó el primero, el de la miniserie de Marvel Presents, la verdad es que empiezan a notarse ciertos detalles que, a la larga, pueden resultar bastante molestos.
Me refiero a cosas como el hecho de que en estas aventuras parece que solo hay un tipo de chica por los lugares en los que frecuenta Logan, el tipo de mujer valiente, atrevida, fuerte y autosuficiente. Lo cual no está mal, pero cuesta de tragar si todas son así de parecidas, es una mala costumbre del guionista que es realmente difícil de ignorar.
Aparte, Chris Claremont, durante los números que ha estado en X-treme y Uncanny X-men (tras el Reload), hemos visto como es demasiado propenso a las manipulaciones mentales y el que sean superadas por la gran fuerza de voluntad de las víctimas, que en un arrebato de lucidez, como si tal cosa, se liberan solos.
Detalle que, por desgracia, también encontramos en esta pequeña saga de tres números, lo cual cansa mucho por reiterativo.
Sin embargo, cabe decir que la cosa no deja de interesar por varios detalles a tener en cuenta.
La gran selección de secundarios y el tratamiento de algunos de éstos. No está nada mal que en una aventura estén metidos dentro de un mismo embrollo gente tan impredecible y ambigua como el Samurai de Plata y una aparentemente desvalida (que va a ser que no) compañera de una ex-superheróina (al menos en aquel momento) Spiderwoman.
Y el lugar, Madripur, por no hablar del status quo de Logan, conocido solo como Parche y actuando de una manera muy distinta a cuando está como Lobezno en la Patrulla-X, comportándose como un tipo rudo muy bien tratado, que no saca las garras a la primera y piensa muy bien sus acciones. Nada que ver con la caricatura que puede verse en algunos sitios actualmente.
John Buscema, sin embargo, no realiza uno de sus mejores trabajos, que digamos. Muy lejos de lo que nos ha podido ofrecer en series como los Vengadores o Conan el bárbaro. Su estilo se ve desfasado actualmente y hay una gran falta de detalle, volumen, profundidad... En fin, de todo, es un tipo de estilo que ahora mismo es poco elegante.
De todas maneras, sigue siendo uno de los mejores narradores que hay, la simpleza que muestra en las escenas de acción y el dinamismo son dignos de mención, por no hablar de la expresividad que tienen los personajes en algunas ocasiones.
Lo dicho, la diversión está servida, un buen cóctel que mezcla los mejores elementos de aventuras con el mejor tratamiento del canadiense. Es una pena algunos tópicos y el desenlace final, que destroza bastante el conjunto. Aún así, yo daría una oportunidad a esta colección, lo mejor está por venir. 6/10.
Por fin llegó el final de la saga de la Nativa, y como tal, creo que prefiero empezar hablando de la saga en sí para acabar centrándome en el número que nos ocupa, para que se entienda la bajísima nota que tiene puesta, la cual creo bastante adecuada. De hecho, no le habría puesto otra, ni por asomo.
Han sido siete números, probablemente estemos ante una de las sagas más largas de este año. Uno se imagina que quizá sea por algún motivo, quizás porque el argumento necesita semejante longitud o... ¿Para qué engañarnos? Actualmente la mitad de las sagas no necesitan la cantidad de números de las que están compuestas, debido al ritmo pausado, cotidiano y relajado actual (o quizás por pretender estirar una historia como un chicle para ocupar más con menos).
Puedo decir que estamos ante el segundo caso, pero eso no es lo peor, lo peor es que me ha dado la sensación de que he seguido una colección metida durante siete meses dentro del evento Nuff Said!.
Me explico, dicho evento (para los despistados) consistía en un mes donde todos los números Marvel eran mudos, sin bocadillos. Un capricho del editor de turno para rendir homenaje al fatídico día 11 de Septiembre.
Algo así hemos tenido durante esta saga, hay diálogos monosilábicos, gruñidos a mansalva, montones de viñetas enormes o mudas... Una aunténtica desesperación mes a mes.
Si al menos el argumento fuera bueno...
Pues no, estamos delante de una malísima idea, repetitiva y que contradice el origen del canadiense durante el proyecto Arma-X. Cuesta creer que encima hubiera otro sujeto intimamente ligado al personaje en el pasado y que encima tuviera las mismas características mutantes, demasiadas casualidades que carecen de explicación y apenas tienen interés alguno. Entre la Nativa (la fémina de la que estábamos hablando), Dientes de Sable y X-23, la ración de Lobeznos empieza a atragantar bastante.
Tampoco hay que olvidar aquel rasgo del protagonista que martillea sin piedad el guionista durante su etapa en esta colección, la rabia incontrolable de Logan, que tanto le preocupa aun habiéndola tenido a lo largo de toda su existencia, no puedo creer que siga el mismo tema una y otra vez durante diecinueve números. Dios...
Si al menos el desarrollo fuera bueno, pero ni eso. Todo es un ir y venir, una dosificación en siete números de una historia que quedaría larga hasta en tres.
Sobre el desenlace, la verdad es que no puede ser más patatero. Dientes de Sable aniquila el asunto de un plumazo, tantos números sin poder vencer al canadiense y a la Nativa para que, al final, lo solucione todo a su manera. Lo que me lleva a preguntar, ¿por qué diablos no mata a Logan, de paso? Es que lo deja malherido y adios muy buenas. Qué cosas, sabía que Creed no era muy inteligente, pero...
Sin olvidar que la Nativa se aleja de Logan sin explicación alguna, él le propone algo coherente pero ella prefiere pasar, si al menos se dijera por qué...
Aparte, el resultado es tan anticlimático que echa para atrás, no tiene interés alguno y es casi insultante, dan ganas de romper el cómic por haber tragado con lo mismo durante más de medio año para nada, es como si el guionista se riera de nosotros delante de nuestra cara.
Y por si todo esto fuera poco, Rucka cuenta con un dibujante muy bueno: Darick Robertson, que le ha ofrecido muy buenos resultados en su primera saga, pero aquí y en especial, en esta saga, se porta de pena, ofreciendo un acabado lejos de lo que suele ofrecer. Solo hay que coger, por ejemplo, Punisher Born para comparar, si es que ni siquiera parece el mismo artista.
Ausencia de fondos, falta de detalles, personajes dibujados de forma tosca... Un trabajo echo con prisas, no hay duda.
En fin, El Regreso de la Nativa, candidato perfecto para la peor saga del año, y mira que Austen tiene el listón bien alto. Absolutamente prescindible. 1/10.
Si quieres leer más sobre la corta etapa de Rucka en la colección de Lobezno, echa un vistazo a los siguientes enlaces:
Lobezno de Greg Rucka. Primera Parte.
Lobezno de Greg Rucka. Segunda Parte.
-BM: Lobezno #02.
Después de leer la actual etapa de la colección del canadiense, lo cierto es que estos primeros números a cargo de Chris Claremont y John Buscema son un aunténtico placer en comparación.
Y es que, aun con los defectos típicos del primero, lo cierto es que son entretenidos, pura aventura tipo Indiana Jones dentro de un lugar exótico, adecuado para las pesquisas del personaje protagonista, perfectamente tratado, no como el imitador de Punisher que vemos ahora.
Vaya, en pocas líneas he resumido mi opinión del número de este mes. Obviando el buen gusto que me dejó el primero, el de la miniserie de Marvel Presents, la verdad es que empiezan a notarse ciertos detalles que, a la larga, pueden resultar bastante molestos.
Me refiero a cosas como el hecho de que en estas aventuras parece que solo hay un tipo de chica por los lugares en los que frecuenta Logan, el tipo de mujer valiente, atrevida, fuerte y autosuficiente. Lo cual no está mal, pero cuesta de tragar si todas son así de parecidas, es una mala costumbre del guionista que es realmente difícil de ignorar.
Aparte, Chris Claremont, durante los números que ha estado en X-treme y Uncanny X-men (tras el Reload), hemos visto como es demasiado propenso a las manipulaciones mentales y el que sean superadas por la gran fuerza de voluntad de las víctimas, que en un arrebato de lucidez, como si tal cosa, se liberan solos.
Detalle que, por desgracia, también encontramos en esta pequeña saga de tres números, lo cual cansa mucho por reiterativo.
Sin embargo, cabe decir que la cosa no deja de interesar por varios detalles a tener en cuenta.
La gran selección de secundarios y el tratamiento de algunos de éstos. No está nada mal que en una aventura estén metidos dentro de un mismo embrollo gente tan impredecible y ambigua como el Samurai de Plata y una aparentemente desvalida (que va a ser que no) compañera de una ex-superheróina (al menos en aquel momento) Spiderwoman.
Y el lugar, Madripur, por no hablar del status quo de Logan, conocido solo como Parche y actuando de una manera muy distinta a cuando está como Lobezno en la Patrulla-X, comportándose como un tipo rudo muy bien tratado, que no saca las garras a la primera y piensa muy bien sus acciones. Nada que ver con la caricatura que puede verse en algunos sitios actualmente.
John Buscema, sin embargo, no realiza uno de sus mejores trabajos, que digamos. Muy lejos de lo que nos ha podido ofrecer en series como los Vengadores o Conan el bárbaro. Su estilo se ve desfasado actualmente y hay una gran falta de detalle, volumen, profundidad... En fin, de todo, es un tipo de estilo que ahora mismo es poco elegante.
De todas maneras, sigue siendo uno de los mejores narradores que hay, la simpleza que muestra en las escenas de acción y el dinamismo son dignos de mención, por no hablar de la expresividad que tienen los personajes en algunas ocasiones.
Lo dicho, la diversión está servida, un buen cóctel que mezcla los mejores elementos de aventuras con el mejor tratamiento del canadiense. Es una pena algunos tópicos y el desenlace final, que destroza bastante el conjunto. Aún así, yo daría una oportunidad a esta colección, lo mejor está por venir. 6/10.
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