Hubo una vez una familia de granjeros norteamericanos que vieron caer algo de los cielos. Ese algo era una nave espacial con un bebé dentro. Lo cuidaron y creció a su cuidado para llegar a ser el mayor superhéroe de todos los tiempos, pero... ¿y si hubiese sucedido de otra manera?
En DC existe una linea de comics que están fuera de continuidad y nos cuentan mundos alternativos, mundos donde las cosas no sucedieron de la misma manera que en el Universo DC que todos conocemos. Esta línea de comics recibe el nombre de Elseworlds y en ellos, el autor puede narrar cualquier historia interesante alternativa a la oficial. Y esto es lo que decidió Mark Millar, hacer una historia en la que Superman, el gran héroe de DC, hubiera caído al otro lado del telón de acero.
Interesante propuesta la que nos presenta el escocés. Un servidor sabía que existían Elseworlds desde hacía tiempo antes de leer la historia -señores, de esto no hace tanto tiempo, uno ya estaba curtido en DC y su universo-. Había leído un par de ellos bastante interesantes y ya había visto que no eran simplemente como la colección What If de MARVEL -en la cual también se exploran mundos alternativos de los personajes de la editorial-. Mientras que en estos últimos, de una situación ya propuesta en continuidad se saltaba a una situación nueva, en los Elseworlds, normalmente, empezábamos ya desde esa situación nueva.
Entonces, de la mano de un amigo, descubrió la existencia de un Elseworld de propuesta curiosa, sobre todo para un incipiente historiador como el que esto escribe. Una historia en la que la nave de Kal-El no caía en EE.UU. y era cuidado por los Kent, sino que caía en la U.R.S.S. y era cuidado por el mismísimo Stalin. Lo primero que pensaría uno al leer esto, sabiendo que estamos ante un comic norteamericano, sería que la visión de la historia sería de todo menos imparcial, puesto que todos sabemos lo que opinan los norteamericanos de los comunistas. Además, cuando el que esto escribe se enteró de que el autor de semejante obra sería Mark Millar, fue peor todavía. Ya conocía la tendencia de Millar al efectismo y similares, así que, lo que podía haber perpetrado en este comic podía llegar a ser estrepitosamente terrible. ¿Merecería la pena leer una historia contada de una manera efectista y partidista? No es que el que esto escribe sea comunista, pero una idea interesante como aquella podía acabar pervertida en una historia de rusos malvados y americanos buenos.
Entonces llegaron las primeras opiniones sobre el comic. Superman Rojo se llamaba. Y las opiniones no eran malas... igual Mark Millar no había hecho lo que esperaba -amigos y vecinos, no critiquen un comic antes de leerlo-. Tenía que echarle un vistazo, pues la premisa era interesante y, si estaba bien contada, mucho mejor.
Así, en poco tiempo, el que esto escribe tuvo el comic en sus manos y pudo leerlo ¿y qué se encontró? Lo que esperaba, pero bien hecho. No había una visión unilateral, ni efectismo, ni comunistas buenos y americanos malos, ni lo contrario. Mark Millar nos mostró cómo todo un mundo podía cambiar tan sólo por que una nave caiga en un lugar diferente. Cuando dos superpotencias están en conflicto y una de ellas se hace con un arma de poder tan grande, la otra se siente inferior, como sea tiene que responder. Así, tenemos a Superman, el héroe ruso que libera al proletariado, pero también sale del eje de acción soviético para salvar vidas en el resto del mundo, él es un héroe, aunque sea utilizado por la maquinaria de propaganda soviética. Aunque ame a Stalin, él es un héroe, simplemente cayó en un lugar diferente. Al otro lado, tenemos la mente humana más inteligente, desde EE.UU. que poco a poco se va hundiendo ante la superioridad de una U.R.S.S. imparable, está Lex Luthor, el cual debe detener como sea al superhombre comunista. Además, Mark Millar nos depara varias apariciones estelares, como la de un niño ruso que ve cómo sus padres son asesinados por policías del partido y le guarda tal rencor a Stalin que acaba convirtiéndose en Batman y efrentándose al "hijo de Stalin"; la presencia de cierta princesa de las amazonas, que buscan desposarla con el poderoso "hijo de Stalin", o un batallón de pilotos norteamericanos con el poder de un anillo verde a su favor, los cuales son enviados para detener al "hijo de Stalin".
Pero lo importante de la historia no es esto. Estamos ante la sempiterna lucha entre Lex Luthor y Superman, dos personas que deberían ser amigos, pero están destinados a ser enemigos. Los cuales, siempre que uno de los dos siga en pie, seguirá habiendo guerra. En este comic vemos cómo Lex Luthor jamás descansará hasta que Superman desaparezca de la Tierra... y cuando éste último se da cuenta de que, la única manera de conseguir la paz, es esta, toma una dificil decisión...
Mark Millar nos supo dar un interesante Elseworld, un mundo donde las cosas sucedieron de una manera totalmente distinta, aunque algunos héroes siempre lo seguirán siendo. Un comic que hace que el lector se interese por este tipo de mundos alternativos.
Pero, pensemos de nuevo... ¿y si esto hubiera sucedido de otra manera? Una nave que cae del cielo y es encontrada por una familia de granjeros, sí... pero...
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