Pero no es este el tema principal de este post sino al revuelo que los fans de Byrne estan montando en internet por el trabajo que Nelson esta haciendo sobre los lapices de su idolatrado dibujante. Como se ha podido ver, y aqui os ponemos unas muestras, el entintador esta redibujando algunas viñetas. Esta practica ha levantado las iras de los seguidores mas fieles del veterano dibujante aunque este, cosa extraña conocida su habitual costumbre de despotricar contra todo, no parece estar muy molesto, al menos cuando salio publicado el primer numero, Action Comics 827. En su propio foro, ante las acaloradas quejas de un fan muy enfadado sobre que sus lapices habian sido masacrados, Byrne intentó calmar los animos. Ultimamente ha declarado sobre el tema que solo ha visto los primeros dos numeros y que no puede opinar. Quizas no quiere ni mirar ya que DC ha decidido cancelar en el numero 18 otro de los 3 titulos en los que actualmente trabaja, Doom Patrol, y los rumores que corren sobre Blood Of The Demon (su trabajo graficamente mas logrado) es que va por el mismo camino. Es decir, no se nota mucho apoyo editorial por parte de las oficinas de DC hacia el autor, algo que tambien se puede entrever en el hecho de que las portadas de Action Comics han dejado de ser realizadas por él a partir del 830.

Por otro lado, Gail Simone ha salido en defensa de la parte gráfica del tebeo diciendo que para ella es excelente y que uno de los sueños de Nelson ha sido trabajar con Byrne. Tambien añadió que, quizas, rehacer algunas viñetas era una decisión editorial y no una creativa del entintador. No obstante, los fans de Byrne siguen hablando de movilizarse contra Nelson y que el editor lo sustituya con alguien mas respetuoso con los lapices originales. Aún asi, se sigue sin saber si la teoria de Simone es cierta y puede que los cambios se deban a una decision de Eddie Berganza, el editor de Action Comics. Tambien hay un rumor en el que se dice que, cuando Berganza abandone su puesto, el equipo creativo cambiará pero, desde aqui nos preguntamos, ¿para el gusto de quien?

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