Título: El Regreso de la Nativa (Parte 3 de 7)
Guionista: Greg Rucka.
Dibujo: Darick Robertson.
Bostezo reprimido.
Otro bostezo reprimido.
Trato de acomodarme en la silla.
Me acabo de leer el cómic en un suspiro.
¿Qué me ha parecido? Pues... verás... ¿Sabes eso de que te den previews para poder leerte una pequeña parte del cómic y picar por si te gusta y quieres seguir? Pues no sé cómo, pero aquí tengo la misma sensación.
No os equivoquéis, esta vez pasan más cosas que en el número anterior, aunque no haya que correr mucho, que es el problema. Pero es que se puede resumir tanto... A ver, Victor Creed ha alcanzado a la Nativa y a Lobezno (que disfrutaban de un revolcón en una cueva, mire usted), intenta detenerlos pero le sale mal y entonces la organización le despide. Después, la Nativa lleva a Logan a la que era su antigua casa, sorpresa. Ya está, os juro que no hay más.
Y encima seguimos con cuatro bocadillos mal contados, menos cuando Creed habla con la organización para que la trabajaba, por lo demás...
Y ahora hay unos detalles del guión tan pobres que... Para empezar, ¿por qué diablos juntó Dientes de Sable a Lobezno en esta misión? ¿Acaso tenía ganas de complicarse la vida o qué? ¿No es más fácil cazar a ambos por separado para concentrarse en uno solo? ¿De verdad es coherente que Creed coja una escopeta para detener a Logan con lo orgulloso que es, siempre pretendiendo ser mejor que él? Y sobre todo, ¿para qué contrata la organización archisecreta a Dientes de Sable sin condiciones para que no vaya contra ellos? ¿Qué ha sido de Cassie Lathrop? ¡¡Esto es absurdo!!
Por no hablar de la casita de la Nativa y Logan... Como esto sea de después de la saga de Arma-X será para quemar al guionista, porque después del susodicho experimento fueron el Guardián de Alpha Flight y Heather quienes recogieron al viejo canadiense, que había estado vagando por los bosques de Canadá. Como ahora resulte que estuvo en una casita con el dichoso personaje... Pero bueno, igual esto es de mucho antes, habrá que leer los números siguientes para comprobarlo.
Aún así, odio este ejercicio de maltratar la continuidad, porque esto de que resulta que siempre hubo otro experimento al lado de Logan con una mujer de sus mismas propiedades es algo que contradice muchos argumentos y la miniserie de Barry Smith. Entre esto y lo que hizo Morrison con Arma I, II, III, IV... Ya no hay respeto alguno y nadie que se aclare, esto es un caos en toda regla que necesita un reparo urgente.
Robertson parece que también se aburre o le pillan las fechas de entrega, muestra un acabado menos depurado que de costumbre y presenta algunas viñetas donde las rayas ensucian mucho el acabado. De todas maneras, sigue siendo bastante bueno con la narración y las expresiones corporales, así como con las faciales. Pero aún así, no puedo evitar notar que este acabado no está a la altura de sus trabajos anteriores, a ver si recupera el pulso.
En definitiva, esta saga es una mala idea que está siendo mal ejecutada y, para colmo, va con una lentitud que se las trae. 3/10.
Reseña del nº 30.
Reseña del nº 29.
Guionista: Greg Rucka.
Dibujo: Darick Robertson.
Bostezo reprimido.
Otro bostezo reprimido.
Trato de acomodarme en la silla.
Me acabo de leer el cómic en un suspiro.
¿Qué me ha parecido? Pues... verás... ¿Sabes eso de que te den previews para poder leerte una pequeña parte del cómic y picar por si te gusta y quieres seguir? Pues no sé cómo, pero aquí tengo la misma sensación.
No os equivoquéis, esta vez pasan más cosas que en el número anterior, aunque no haya que correr mucho, que es el problema. Pero es que se puede resumir tanto... A ver, Victor Creed ha alcanzado a la Nativa y a Lobezno (que disfrutaban de un revolcón en una cueva, mire usted), intenta detenerlos pero le sale mal y entonces la organización le despide. Después, la Nativa lleva a Logan a la que era su antigua casa, sorpresa. Ya está, os juro que no hay más.
Y encima seguimos con cuatro bocadillos mal contados, menos cuando Creed habla con la organización para que la trabajaba, por lo demás...
Y ahora hay unos detalles del guión tan pobres que... Para empezar, ¿por qué diablos juntó Dientes de Sable a Lobezno en esta misión? ¿Acaso tenía ganas de complicarse la vida o qué? ¿No es más fácil cazar a ambos por separado para concentrarse en uno solo? ¿De verdad es coherente que Creed coja una escopeta para detener a Logan con lo orgulloso que es, siempre pretendiendo ser mejor que él? Y sobre todo, ¿para qué contrata la organización archisecreta a Dientes de Sable sin condiciones para que no vaya contra ellos? ¿Qué ha sido de Cassie Lathrop? ¡¡Esto es absurdo!!
Por no hablar de la casita de la Nativa y Logan... Como esto sea de después de la saga de Arma-X será para quemar al guionista, porque después del susodicho experimento fueron el Guardián de Alpha Flight y Heather quienes recogieron al viejo canadiense, que había estado vagando por los bosques de Canadá. Como ahora resulte que estuvo en una casita con el dichoso personaje... Pero bueno, igual esto es de mucho antes, habrá que leer los números siguientes para comprobarlo.
Aún así, odio este ejercicio de maltratar la continuidad, porque esto de que resulta que siempre hubo otro experimento al lado de Logan con una mujer de sus mismas propiedades es algo que contradice muchos argumentos y la miniserie de Barry Smith. Entre esto y lo que hizo Morrison con Arma I, II, III, IV... Ya no hay respeto alguno y nadie que se aclare, esto es un caos en toda regla que necesita un reparo urgente.
Robertson parece que también se aburre o le pillan las fechas de entrega, muestra un acabado menos depurado que de costumbre y presenta algunas viñetas donde las rayas ensucian mucho el acabado. De todas maneras, sigue siendo bastante bueno con la narración y las expresiones corporales, así como con las faciales. Pero aún así, no puedo evitar notar que este acabado no está a la altura de sus trabajos anteriores, a ver si recupera el pulso.
En definitiva, esta saga es una mala idea que está siendo mal ejecutada y, para colmo, va con una lentitud que se las trae. 3/10.
Reseña del nº 30.
Reseña del nº 29.
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