Tras un par de semanas, una de descanso, y otra donde se publicó la entrevista que realizamos durante el pasado Salón del Cómic de Barcelona a Jordi Bayarri, volvemos de nuevo a esta sección con una entrevista muy interesante. En esta ocasión tenemos a Sergio Morales, del blog Tirafrutas.
Vamos con las preguntas:
+QComics.- ¿Qué cómics son los que recuerdas de tu infancia?
Sergio Morales.- Supongo que los que recuerda cualquiera de mi generación, los que poblaban los quioscos cuando María Castaña: desde los Mortadelo y Don Miki hasta las primeras series de Marvel que publicó Forum a principios de los 80. Éstos son los que sin duda me marcaron más y crearon en mí la afición que aún hoy día atenaza mi bolsillo cada mes. Recuerdo devorar los cómics de Spiderman tal como caían en mis manos. Aparte de lo fantástico del personaje, me lo pasaba pipa con sus chanzas hacia los supervillanos. Para mí es inolvidable la primera etapa de Amazing Spider-Man en Forum, la que supuso la entrada de Roger Stern a los guiones de la serie y del hijo pródigo del universo arácnido: John Romita Jr. Ambos consiguieron, con la saga del Juggernaut, atraparme para siempre. Luego llegó el Duende y el universo arácnido se expandió ante mis ojos. La serie pasó de narrar las aventuras de un saltimbanqui enmascarado a ofrecer la atormentada vida de un tardo-adolescente con superpoderes que no le servían para afrontar el alquiler de la señora Muggins o conquistar a una novia decente.
John Byrne es otro de los nombres propios que tengo que destacar, gracias a su excelente etapa a la cabeza de Los 4 Fantásticos. La ominosa figura del Doctor Muerte, amenaza ineludible para la primera familia, era de un atractivo irresistible para cualquier niño de mi edad. Sus malvados planes y las traiciones a las que recurría sin vergüenza alguna contrastaban con un sentido del honor que no tenía ningún otro villano. Su lucha con Terrax es el vivo ejemplo del espíritu de Víctor von Doom.
Otra colección que me llamó la atención fue la de Los Vengadores, con la saga de Nefaria a la cabeza. Tengo que reconocer que la serie no tenía un rumbo fijo muy marcado, pero por entonces yo era muy influenciable y todo me valía. Como me valieron las Secret Wars, que era una frikada de mucho cuidado pero había hostias como panes y salían un montón de personajes a cuál más pintoresco. ¡Las disfruté como el enano que era!
+QC.- ¿Cuál es el primer cómic que recuerdas haber comprado por tu propia voluntad?
SM.- Por supuesto, un Spiderman de Forum, aunque no sabría decirte cuál. Mis hermanos mayores ya tenían la costumbre de comprar cómics desde la época de Vértice, así que en mi casa siempre estuvimos surtidos de cómics Marvel. A mí me tocó justo la transición Bruguera – Forum, pero en los kioscos de mi ciudad aún se encontraban rezagados varios cómics Vértice, incluso del primer volumen.
Me pasé toda la infancia acudiendo a los puestos de cambio de cómics para intentar completar las colecciones. De esta forma completé el volumen 3 de Spiderman de Vértice que mis hermanos dejaron a medias o descubrí los cómics de DC que empezaba a publicar Zinco. ¡Había nacido el coleccionista y mi vida ya no sería la misma!
Más adelante descubriría las revistas como Cimoc, Zona 84 y El Víbora, que me mostraron un tipo de cómics diametralmente opuesto al que estaba acostumbrado. Fue mi perdición, porque me gustaron tanto como los de Marvel y DC, y no me podía resistir a su compra.
+QC.- ¿Qué cómics/personajes han sido tus favoritos desde entonces?
SM.- No es muy difícil deducir que Spiderman y todo el panteón Marvel. Curiosamente, en un hipotético ránking de personajes favoritos, el segundo puesto lo ocuparía un villano, el Doctor Muerte de John Byrne. No hay que buscar muchas razones para estas preferencias, la combinación entre nostalgia y las buenas etapas que tuve la suerte de leer en mis inicios como lector de cómics tienen la culpa.
+QC.- Muchos de los lectores de cómic tienen problemas en cuanto el espacio para guardarlos, ya que son colecciones que crecen y crecen. ¿Cuál es tu situación respecto a este problema?
SM.- Imagino que la de todo coleccionista, aunque con cierta salvedad. El espacio comienza a escasear pero tengo la suerte de disponer de un piso para mí solito. Así que la colección puede crecer y crecer, que por delante hay otra habitación, un salón y hasta una cocina por ocupar.
El mayor problema con el que me encuentro es el de la clasificación y el dinero que me gasto en estanterías. Entre Vértice, Bruguera, Forum, Zinco, Panini y Norma tengo un caos de organización de los cómics de superhéroes. ¿Cómo se ordena esto? ¿Por editoriales americanas? ¿Por editoriales españolas? ¿Qué pasa con las reediciones? ¿Y con los crossovers? Menudo dolor de cabeza…
Con el cómic europeo y el manga, por suerte, no me ocurre lo mismo y los tengo bien ordenaditos. Como prácticamente el 100% de este cómic es de autor, las estanterías de este tipo de cómic se asemejan a las de una biblioteca corriente y moliente, con sus ítems clasificados por autor y listos.
+QC.- ¿Qué te llevo a crear tu propio blog?
SM.- Tirafrutas surgió como una forma de distracción basada en mi pasión por los cómics. Hubo tres factores determinantes para su nacimiento…
Primero, mi etapa como fanzinero acabó de forma brusca. El Penjaus, el niño de mis ojos y de un amigo, finalizó su andadura coincidiendo con mi entrada en Ingeniería en Informática. El tiempo libre se vio drásticamente reducido y ya no había ni un resquicio para dedicarle el cariño que necesitaba para que siguiera saliendo adelante. Lo de escribir, imprimir, grapar, distribuir y recaudar era demasiado trabajo. Cumplió su función, nos lo pasamos teta, pero ahí seguía la espinita clavada de que podría haber sido más y mis ganas de escribir sobre cómics no habían sido apaciguadas.
Segundo, el blog serviría para guardar un listado de novedades que facilitara las visitas a la librería especializada el mes de turno. Pero me serviría a mí y, sobre todo, a mis amigos, que ya dejarían de darme la brasa con las preguntas. Hay que resaltar que por entonces no había muchos blogs y las webs de las editoriales daban vergüenza ajena (alguna la sigue dando). La única forma de mantenerse al tanto de las novedades que salían era el listado semanal de Norma Cómics Sabadell, pero no incluían planes futuros ni noticias sobre el mundillo.
Tercero, me aburría en el trabajo. Ser medio funcionario es lo que tiene.
Así que, ni corto ni perezoso, creé Tirafrutas.
Antes de Tirafrutas ya tuve una página personal en la universidad y una sección en la revista de la facultad, pero ni punto de comparación. Algún articulillo suelto por ahí también llevaba mi firma, pero me mantenía muy al margen de lo que se cocía por Internet. Sólo acudía a los foros de Dreamers para charlar sobre cómics y mantenerme más o menos al día del mundillo. No fue hasta que creé el blog que me sumergí definitivamente en estas procelosas aguas. No sé si para bien o para mal, pero me estoy divirtiendo.
Ay, el nombre… No tiene mucho misterio, todos mis amigos saben de dónde viene. Pero siempre que conozco o me presentan a alguien que visita mi blog me hace la pregunta obligada: “Oye, ¿y el nombre de “Tirafrutas” a qué viene?”. El origen del mote se remonta al mundial de fútbol de Francia en 1998. Una numerosa tropa de futboleros acudíamos a nuestro santuario a seguir los partidos del mundial. Como es natural, todos animábamos a la selección española, pero pronto nos quedamos sin equipo al que seguir. Pero como llevamos el fútbol en la sangre y las tapas de aquel bar seguramente tenían algún ingrediente adictivo, seguíamos yendo para disfrutar de las siguientes rondas. Todo el mundo escogió una selección favorita y la mayoría apostó por Brasil (¡qué fácil!). Yo, para ir en contra, como me gusta, elegí Francia. Los motivos: soy español de pura chiripa, como quien dice, e indagar ya sería entrar en el terreno estrictamente personal ;) La cuestión es que comencé a animar los partidos de la selección bleu y mis amigos me empezaron a llamar “gabacho” ó “tirafrutas”. Después del mundial, se me quedó el mote y bauticé el blog (personal, tengo que subrayar) de la misma forma.
+QC.- ¿Cuántas horas a la semana dedicas al blog? ¿Algún modo especial de organizar los artículos, notas de prensa o reseñas?
SM.- No sé las horas que le dedico, nunca me he parado a contarlas para no asustarme. Pero depende de la carga de trabajo que tenga encima. Las prioridades siempre son el trabajo y la vida social, así que dejo el blog en un segundo término. En muchas ocasiones me he quedado con las ganas de escribir sobre tal o cual novedad, o anunciar tal o cual noticia, pero las circunstancias me han impedido hacerlo en el momento idóneo y después me ha dado pereza.
No sigo un método para ir publicando las notas en el blog. Tal como llegan los mensajes de las editoriales, van subiendo. O tal como me cuentan alguna cosilla publicable, ahí la dejo en Tirafrutas. Puedo actualizar a cualquier hora del día, puesto que me paso prácticamente todas las horas que estoy despierto delante de un ordenador.
Para las reseñas sí me voy organizando un poco. Procuro escribirlas antes de que salgan los cómics a la venta, creo que así ayudo más al lector para escoger sus compras, aunque sea con mi humilde opinión. Voy haciendo una lista de novedades a reseñar tal como las voy leyendo y considero que quiero decir algo sobre ellas. Desgraciadamente, hay reseñas que me llevan mucho tiempo porque quiero contar demasiadas cosas. A veces he resuelto la papeleta poniendo el automático, pero no me siento bien haciéndolas así. Prefiero hacer una buena (se intenta, se intenta) reseña que muestre los detalles que me han gustado más del cómic, o los puntos negros para los que no quiero dejar pasar la ocasión de notar. Con la cantidad de novedades que asolan las librerías cada mes, me es sencillamente inabarcable seguir el ritmo, así que se quedan muchas en el tintero. Me gustaría escribir más y más reseñas. ¡Me encanta escribir, y más si es sobre cómics!
+QC.- ¿Hasta dónde crees que debe llegar la influencia de los bloggers en el ámbito del cómic? ¿Quieres lograr algún objetivo a través de tu blog?
SM.- Los blogueros no tendríamos que tener ninguna influencia en una industria que se quiera considerar a sí misma de profesional. Todos llevamos una página personal que sólo tiene que servir para dar a conocer la opinión de un lector, la cual nunca debe ir más allá que la opinión del colega del barrio que se ha leído ese cómic que tú estás dudando en comprar.
Creo que a veces nos miramos demasiado el ombligo. Aún no ha llegado el momento en que todos los lectores de cómics se acercan a Internet para informarse o recabar datos sobre los cómics que se compra. Los que accedemos a la red tenemos un perfil determinado que no tiene por qué coincidir con el de la mayoría de lectores del país. Es absurdo inducir el comportamiento del mercado a través de las opiniones en foros, más teniendo en cuenta el bajo grado de participación de los lectores de blogs. Echad un vistazo y veréis que siempre comenta la misma gente y que los contadores de visitas están sobradamente por encima de los números de comentarios. Se crea la falsa sensación de que lo que se comenta es la opinión del público en general, cuando la gran mayoría permanece callada y no tenemos ni la más remota idea de lo que piensa o deja de pensar.
Estamos en un punto que muchos deberían plantearse seriamente la profesionalización. Hemos pasado de tener blogs personales en los que contamos cuatro cosas cercanas en plan amiguetes a cuestionarnos la industria del cómic del país o analizar sesudamente el lenguaje del cómic y sus recursos estilísticos. El siguiente paso, creo, es el de abandonar la estructura rígida y cronológica del blog para dar paso a un nuevo concepto de portal. Pero esto no es más que una idea que no lleva a ningún sitio si no nos paramos a pensar en qué situación estamos cada uno y hacia dónde queremos ir. Cada cual hace con su blog y con su vida lo que quiere, por supuesto, pero la revolución de hace unos años ya nos ha llevado a un estancamiento. Ahora cabe replantearse los objetivos con los que cada uno creó su blog y cuál es la dirección en la que debiera avanzar. ¿Quién se atreve a hacer el próximo movimiento?
+QC.- ¿Qué blogs son los que más sueles leer?
SM.- Tengo un lector de feeds con el que estoy suscrito a decenas de blogs extranjeros de todas las temáticas que me interesan: de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Francia, Bélgica, Reino Unido… Los leo todos, que para algo los he añadido. Y algunos tienen un ritmo de actualización endiablado. ¡A veces llego a casa y tengo 50 ó 60 posts por leer! Una locura…
También estoy suscrito a blogs españoles sobre cómic, claro. De amiguetes, sobre todo: Comix, Un tebeo con otro nombre, ADLO, Con C de Arte, Apokolips, Es la hora de las tortas, etc. Zona Negativa la visito días señalados, pero no estoy suscrito.
De los blogs españoles no me fijo tanto en las noticias como en los comentarios y las opiniones personales. Es en este aspecto donde cada blog aporta algo diferente y enriquecedor a la comunidad. Los distintos puntos de vista sobre un autor o un cómic me interesan mucho más que leer que en el próximo número de Spiderman Tía May va a jugar al mus al geriátrico y conoce al hermano gemelo de Nathan Lubensky. Todo eso ya lo leeré cuando se publique. Lo que busco realmente es una opinión expuesta de forma justificada sobre el proceso editorial, la habilidad artística de un autor o el mensaje transmitido por una obra. Y si además esta opinión es contraria a la mía, mucho mejor. No hay nada como discutir y afrontar el punto de vista opuesto.
Por el contrario, visitar blogs que se limitan a contarme noticias que ya he leído en las fuentes originales no me interesa, porque suelo haberlas leído anteriormente. Tampoco los que bombardean con miles de posts vacíos sólo por subir el contador de cargas de página. Estos últimos, especialmente, me agotan.
Tengo que reconocerlo. Tirafrutas peca en exceso de no tener posts dedicados a desahogarme sobre el mundo del cómic, más por falta de tiempo que por otra cosa. Sólo el espacio dedicado a las reseñas me da pie a demostrar el cariño que le tengo al medio. Pero el tiempo es limitado, y antes tengo el trabajo, el doctorado y la familia y los amigos.
+QC.- ¿Qué cinco cómics actuales crees que son más interesantes?
SM.- Este tipo de preguntas siempre me incomodan. ¿Qué voy a recomendar, si hay cómics para todos? Los que más he disfrutado últimamente son tan variopintos que igual os sorprende.
En el terreno superheroico, disfruto como un enano con Ex-Machina. Me parece que Brian K. Vaughan realiza un cóctel perfecto entre el clásico cómic de superhéroes y el enrevesado y contradictorio mundo de la política local. Los personajes de este guionista suelen presentar un pequeño defecto, una duda, que los aleja de los protagonistas de otros cómics cuyas convicciones son férreas y, a menudo, planas. Yorick, de Y el último hombre, es otro ejemplo. Es tan humano como cualquiera de nosotros, pero tiene su puntito de héroe que seguro guardamos todos en algún rincón. Además, que es un cachondo.
Si me voy al terreno europeo tengo que nombrar a la cuádruple corona francesa de nueva hornada. Sfar, Trondheim, Blain y Blutch, y no por este orden, son nombres indispensables en mi biblioteca. Cada obra nueva suya que sale en España inmediatamente pasar a ocupar un puesto de honor en mis estanterías. Lo último que he degustado ha sido la quinta entrega de El gato del rabino, de Joann Sfar, una juguetona parábola sobre el racismo con el toque sfariano que le da ese aire de intrascendencia pero que nos mete una goleada por las escuadras. De Blutch nunca me cansaré de recomendar su trabajo, aunque andamos escasos en el terruño. La voluptuosidad es una novela onírica que quizá ha demostrado ser una barrera de entrada impenetrable a su obra. Recomiendo este libro sólo a aquéllos que están empapados de cómic y sientan curiosidad por qué más puede ofrecer el medio.
Y como quinta opción me voy al terreno del manga. Hideshi Hino es un autor de manga de terror cuya obra está siendo publicada íntegramente por La Cúpula. Por el momento llevamos cinco tomos en los que el japonés nacido en China nos revuelve la conciencia sin piedad. ¿Quién es el verdadero monstruo de sus historias?
Si me lo volvéis a preguntar mañana, seguro que cambiaría las cinco recomendaciones :D
+QC.- ¿Qué guionista destacarías del actual panorama comiquero? ¿Y dibujante? ¿Cuáles son tus preferidos de siempre, o esos que te da miedo reconocer en público como favoritos?
SM.- Supongo que esta pregunta está íntimamente ligada a las preferencias que he mostrado en la anterior. Los grandes guionistas del momento, a mi parecer, son los franceses de la nouvelle bd, especialmente Blain y Blutch. Y en cómic mainstream americano, Brian K. Vaughan sin ninguna duda. Es el único que consigue atraparme con cada uno de sus relatos.
No me da miedo reconocer mis gustos en público. Así que poco me voy a cortar en decir que, para mí, los más grandes de la historia son los dos Romita, por lo que han supuesto para la vida de Spiderman.
Como he dicho en la anterior respuesta, este tipo de preguntas me incomoda. ¡Es como preguntar a quién quieres más, a papá o a mamá! Así que mejor lo dejamos aquí, que si sigo nombrando a autores o cómics, enseguida me preguntarán los amigos por qué he olvidado a Fulanito o a Menganito.
+QC.- ¿Te sientes a gusto con el panorama editorial actual?
SM.- Con el que estamos viviendo en España tengo sentimientos contradictorios. Por un lado, me alegro enormemente de la amplia oferta que tenemos en las librerías. Realmente hay cómics para todos los gustos y para todas las edades. No puede haber queja en este sentido, pues, al menos en cuanto a volumen, la oferta de cómic es relativamente equiparable a la de los libros.
Un neófito puede llegar a perderse ante la marabunta de títulos, pero con una guía adecuada seguro que encuentra una pieza que le descubra el imprescindible mundo del cómic. Y es que si algo tienen los cómics es que saben captar las necesidades de todo tipo de público. A esto ha ayudado muchísimo el manga, que ha conseguido atrapar a una generación que creíamos que se iba a perder. Ahora, por fin, creo que tenemos el relevo asegurado. Sólo que ellos no leen los cómics que leemos los de mi quinta, pero, qué demonio, yo tampoco leo los cómics de la generación anterior.
Pero, por contra, algunas editoriales están sencillamente ahogando el mercado. No ya sólo porque el bolsillo del lector es incapaz de encarara un gasto mensual desmesurado. El lector debe saber dónde está su límite, discernir entre lo que es una compra de un objeto para un momento de asueto y el afán completista becerril.
El mayor problema lo tienen los libreros, puesto que deben hacer frente a un volumen impresionante de novedades cada mes que, simplemente, sobrepasa muchas veces los límites de la cordura. Entre el desembolso que supone la compra de todas las novedades y el espacio que éstas requieren para ser expuestas, es normal que algunos títulos “menores” se queden fuera. Luego queda el problema del stock, que se va acumulando mes a mes a pasos agigantados. Y una librería no puede permitirse el lujo de no ofrecer a sus clientes las novedades más jugosas y comerciales. De esta forma, las grandes editoriales están empujando a las pequeñas fuera del escaparate y de las estanterías. Lo que también produce otro movimiento que se observa claramente un par de meses después del Saló: la aparición de los saldos. La política de no-devolución de algunos tomos obliga al librero a ajustar al máximo sus pedidos, por un lado, pero algunos títulos tienen cuota mínima y, si son pura bazofia, el lector los ignora y al librero no le queda otra que saldarlos.
Para el lector lo peor no es la oferta que tiene a su disposición, sino la calidad con la que recibe algunas novedades. Últimamente estamos viendo verdaderas chapuzas en ediciones que se pretenden cuidadas. No hablo sólo de las faltas de ortografía que abundan en algunas editoriales, sino también de la calidad del papel, de la reproducción del color, del cuidado en conseguir materiales originales de calidad. Desgraciadamente, puedo contar con los dedos de una mano las editoriales que sí cuidan todos los aspectos del producto que va a llegar al consumidor. Otras, en cambio, parecen más preocupadas en sacar y sacar novedades sin importarles lo más mínimo que el lector puede hartarse de esta situación y sumarse al creciente número de bajoperfileros.
Un día podemos hablar largo y tendido de hacia dónde nos está conduciendo la política de avalancha de la gran P y otras editoriales.
+QC.- ¿Crees que los crossovers le hacen un favor al mercado o son un grave error a la larga?
SM.- Depende de cómo se encaren. Como ya he dicho al principio, uno de los títulos que hizo que me enganchara al cómic fueron las Secret Wars. No fue un crossover como tal, sino más bien una maxiserie con consecuencias más o menos directas en las series principales de Marvel. Gracias a esta maxiserie pude conocer a multitud de nuevos personajes y grupos de superhéroes que más tarde también coleccionaría. Además, los contados cruces entre series o las apariciones estelares como invitados de unos personajes en las series de otros tenían un morbo añadido que hacía que el pequeñajo que yo era salivara de gusto.
Lo malo del crossover es montarlo porque sí. Y, sobre todo, montarlo cada dos por tres. Tal y como se plantean ahora los cruces y las macrosagas, es necesario seguir absolutamente todas las series de la editorial para enterarte de lo que sucede. Más series extra y especiales mil. Todo esto no hace más que obligar al lector a hacer un desembolso al que ahora mismo soy reacio. Si a mí me gustan Spiderman y Los 4 Fantásticos, ¿por qué he de comprarme la serie del Capitán América o Los Vengadores del dichoso Bendis para enterarme de la situación de mis personajes favoritos? Una vez tiene un pase, dos ya molesta… pero a la tercera, si caigo, es que soy tonto. Y si yo me canso, que llevo toda la vida amando los cómics de superhéroes, qué puede pensar un crío que acaba de ver Spiderman 3 en el cine, coge un tebeo de Panini del lanzarredes y se encuentra un traje rojigualdo metálico, que el trepamuros forma parte de un equipo estrafalario de superhéroes y que además se encuentra en medio de una batalla campal en el que miles de personajes se dan toñinas por doquier y su tebeo sólo es un continuará sin sentido.
Cuando yo era pequeño existían los cruces y las sagas largas en una misma serie, pero estaban construidas de tal forma que podías subirte al carro con facilidad. Ahora no, ahora los crossovers están pensados para el friki completista de treinta y tantos y su bolsillo sin fondo. ¿Qué otro sentido tiene la Crisis Infinita aparte de obligarnos a comprar otras mil series para enterarnos de la misa la mitad?
+QC.- ¿Te importa realmente la continuidad o puedes disfrutar de un cómic sin prestar demasiada atención a los detalles?
SM.- También depende. ¿El guionista me plantea una saga continuista o una sucesión de historias independientes e intercambiables?
Si me presentan una aventura de un superhéroe de Marvel, ya entro en el juego de la continuidad y no perdono que un guionista, por mucho renombre que haya conseguido entre un grupito de fans de su serie de televisión, meta la zarpa sin ningún respeto en el pasado del personaje. Y más si lo hace simplemente por remover y no estrujarse las meninges lo más mínimo. En el terreno de los superhéroes prefiero mil veces un Geoff Johns, que respeta el pasado de los personajes como se merecen, o todo guionista que mire adelante. Éstos seguro que no caen en fallos de continuidad.
En cambio, si estoy viendo Los Simpson, sé que nadie va a recordar que el director Skinner es un impostor, porque no entran en el juego de la continuidad. O, en South Park, no me voy a sorprender por ver a Kenny de nuevo vivito y coleando.
+QC.- Recomienda un cómic que crees no debería faltar a cualquier aficionado al cómic (cualquier época).
SM.- Una recomendación fácil sería recurrir a un clásico. Pero como todos estamos hechos de pastas diferentes, lo que recomendaría más bien es seguir leyendo cómics y, de vez en cuando, echar un vistazo a aquellos géneros que desconocemos.
+QC.- ¿Qué te llevo a grabar esos cuatro Podcast? ¿Planeas volver a grabar alguno en un futuro?
SM.- Como informático, siento curiosidad por todas las tecnologías y metodologías que surgen en este ámbito tan cambiante. Con la revolución del lenguaje XML y la Web 2.0, cada día se propone un nuevo estándar o una nueva técnica para explotar al máximo los recursos informáticos que tenemos al alcance. Cuando salieron las primeras herramientas para crear blogs, que se aprovechan de la ilimitada expresividad semántica del lenguaje XML y su sencillez sintáctica, me lancé de cabeza a crear uno. Cómo desaprovechar una ocasión tan idónea para volver a hablar de una de mis grandes pasiones. Al poco, y con la misma base tecnológica, surgieron los primeros podcast.
Hace ya unos diez años, participé en un programa de radio en el que unos colegas y yo nos reíamos de la idiotez de nuestra propia generación (nosotros incluidos, ¿eh?). Fue una experiencia inolvidable y todos los programas que llegamos a emitir los tengo guardados en unas cintas en casa. Cuando leí las primeras notas acerca de la tecnología podcast, se me iluminó una bombillita en la cabeza: ¡podría hacer uno sobre cómic! Y me puse a ello enseguida. Al principio, lo abordé con mucha ilusión, pero poco a poco el tiempo que me requería su realización me hizo abandonar el proyecto. Quizá lo retome cuando disponga de más tiempo libre…
+QC.- Háblanos un poco del proceso de creación de Podcast.
SM.- Puedo hablar por el podcast Tirafrutas. Normalmente le dedicaba una semana a cada una de las entregas. Pero no de forma exhaustiva, claro, hubiera sido una locura. A principios de la semana que “tocaba” podcast, me planteaba las noticias que iba a contar y, si aparecía algo relevante, lo apuntaba en una libreta. Llegado el viernes por la tarde, con unos pocos apuntes encaraba la grabación del podcast frente al micrófono de mi ordenador. El sábado por la mañana escogía la música y realizaba las mezclas, y así el mismo sábado por la tarde lo tenía todo listo para subirlo a la web.
En los primeros podcast me limitaba a contar noticias que habían ocurrido durante la semana en el mundo del cómic. Más adelante, viendo que no tenía sentido hacer un Tirafrutas hablado, porque para las noticias ya estaba el blog, procuré buscar algunos temas monográficos. De ahí surgieron las emisiones dedicadas a las tiras diarias de los años 30 o a los títulos de la colección Poisson Pilote. Lástima que todo quedara en agua de borrajas.
Ahora existe otro podcast muy bueno dedicado al mundo del cómic que no me pierdo por nada del mundo. Lo lleva Borja de Apokolips y os aconsejo que os suscribáis.
+QC.- Un punto característico de tu blog es la abundancia de notas de prensa, novedades de todas las editoriales, o agenda del mundo del cómic. ¿Algún motivo concreto para ello? ¿Son las editoriales u otros medios los que se pusieron en contacto contigo en un primer momento?
SM.- Es la pescadilla que se muerde la cola. Antes de entrar en el pantanoso mundo de los blogs de cómics españoles, yo ya tenía mis amigos y conocidos dentro del mundillo editorial, con los que departía sobre lo que se cocía en nuestra industria. Al nacer el blog, aproveché para contar allí todo lo que era publicable. Poco a poco, y al ser Tirafrutas uno de los pocos blogs de cómic que había, junto con La Cárcel de Papel, Comix, El coleccionista de tebeos y otros, el resto de las editoriales comenzaron a enviarme sus notas de prensa. A muchas de ellas me presenté, tanto personal como electrónicamente, pero a otras no hizo falta; no tuve que insistir demasiado en que me mantuvieran informado. Al poco tiempo han surgido nuevas amistades, porque en el fondo a la mayoría nos une la misma afición. Ahora, son las editoriales recién nacidas las que se dan a conocer enviando correos a los medios amateurs y profesionales.
Las editoriales se han dado cuenta (no era muy difícil) que es mucho más cómodo informar puntualmente a una lista de correo que mantener una web. Los blogueros dedicamos mucho esfuerzo en mantener vivo un espacio en internet donde hablar de nuestra afición de forma altruista. Y lo hacemos sólo de los títulos que nos gustan, así que siempre hablaremos bien. ¡Somos los publicistas perfectos!
+QC.- ¿Alguna razón especial por la qué no tengas habilitados en tu blog la sección de enlaces o el acceso a los meses anteriores?
SM.- Pues me acabo de dar cuenta de que no tengo los enlaces habilitados. Lo habré ocultado sin querer al quitar otro código que tengo por ahí metido. Ahora mismo lo arreglo y santas pascuas.
Lo de la sección de archivo sí que lo tengo deshabilitado con conocimiento. No creo que sea un tipo de navegación acorde a los tiempos que corren. La web actual es más semántica que sintáctica, lo que quiere decir que nos guiamos por los contenidos más que por su estructura. Cuando visito una web cualquiera y quiero buscar si allí se ha hablado de una temática particular, no me pongo a bucear en su archivo de históricos, sino que acudo a la herramienta de búsqueda. Por eso, en cuanto incorporé la búsqueda al blog, eliminé el acceso directo a los archivos. Ahora, con el añadido de las etiquetas, incluso me parece mucho más superfluo.
+QC.- Cita 5 series que crees que todo el mundo debería ver.
SM.- Actuales, supongo, porque si me pongo a bucear en las teleseries que han marcado mi vida… Más que recomendar, voy a decir las cinco (¡qué casualidad!) que veo.
De las series actuales que emiten por televisión supongo que Héroes es la más acorde al gusto del lector de este blog. Me hace gracia leer por ahí cómo la tildan de una copia burda de las películas de los X-Men; eso indica cuánto desconocimiento del mundo del cómic (y del género superheroico en particular) hay. Héroes bebe tan bien de las grandes obras del cómic de superhéroes que en cada emisión me planteo si alguna referencia es un homenaje o un simple plagio. Sea como sea, no me pierdo ni un capítulo por nada del mundo.
También sigo Me llamo Earl. Estoy deseando que comience una nueva temporada en Fox para seguir partiéndome de risa con ese hatajo de perdedores. Como referencia comiquera, hablaría de un mundo nacido con la esencia de Daniel Clowes pero cuyos protagonistas transmiten el mismo mensaje de distinta forma: con humor.
De la misma Fox es imposible no citar a House. El médico más irreverentemente divertido que me he echado a la cara. Hugh Laurie no me hacía tanta gracia desde su papel en La víbora negra, su cameo en un capítulo de Friends (cuando Rachael viaja a Londres para impedir la boda de Ross con Emily) o los gags con Stephen Fry.
Siguiendo con la flema inglesa, Little Britain me tiene atrapado frente al televisor. Es como juntar Los morancos con los Monty Python, es decir, la roña y la soez de los primeros junto con el humor absurdo y descacharrante de los segundos. De este imposible cóctel surgen personajes tan disparatados como los que interpretan Matt Lucas y David Walliams.
Prison Break es una serie ineludible. Está en boca de todos. Y a base de tanto recomendármela, pues al final piqué. No es nada del otro mundo, pero me entretiene.
+QC.- Cita 5 películas que crees que todo el mundo debería ver.
SM.- Argh, esto parece un trabajo para Rob Gordon más que para Sergio Morales. De toooooodas las películas que he visto, sería incapaz de recomendar sólo cinco. Además, ¿a quién? Es como cuando vas a comprar un regalo: si no eres Homer Simpson, seguramente tendrás en cuenta los gustos del homenajeado. Así que mejor pasamos a la siguiente pregunta…
+QC.- Cita 5 Libros que todo el mundo debería leer, o al menos tu recomiendas.
SM.- Ups. Ejem, ¿siguiente?
+QC.- ¿Ha cambiado algo en tu vida desde que comenzaste a escribir en tu blog?
Nada trascendental, por supuesto. Ni he conocido al amor de mi vida ni nado en oro como el tío Gilito. Todo sigue igual, salvo que he conocido a muchísima gente que comparte mi afición por los cómics.
+QC.- Si fueras un personaje de cómic, ¿Quién crees que serías o te identificarías?
SM.- Creo que cada día me parezco más al Lewis Trondheim de Mis circunstancias, aunque siempre quiero guardarme unos momentos al más puro estilo Manu Larcenet en La maldición del paraguas.
+QC.- Muchas gracias por tu tiempo.
Anteriormente
Sergio Morales.- Supongo que los que recuerda cualquiera de mi generación, los que poblaban los quioscos cuando María Castaña: desde los Mortadelo y Don Miki hasta las primeras series de Marvel que publicó Forum a principios de los 80. Éstos son los que sin duda me marcaron más y crearon en mí la afición que aún hoy día atenaza mi bolsillo cada mes. Recuerdo devorar los cómics de Spiderman tal como caían en mis manos. Aparte de lo fantástico del personaje, me lo pasaba pipa con sus chanzas hacia los supervillanos. Para mí es inolvidable la primera etapa de Amazing Spider-Man en Forum, la que supuso la entrada de Roger Stern a los guiones de la serie y del hijo pródigo del universo arácnido: John Romita Jr. Ambos consiguieron, con la saga del Juggernaut, atraparme para siempre. Luego llegó el Duende y el universo arácnido se expandió ante mis ojos. La serie pasó de narrar las aventuras de un saltimbanqui enmascarado a ofrecer la atormentada vida de un tardo-adolescente con superpoderes que no le servían para afrontar el alquiler de la señora Muggins o conquistar a una novia decente.
John Byrne es otro de los nombres propios que tengo que destacar, gracias a su excelente etapa a la cabeza de Los 4 Fantásticos. La ominosa figura del Doctor Muerte, amenaza ineludible para la primera familia, era de un atractivo irresistible para cualquier niño de mi edad. Sus malvados planes y las traiciones a las que recurría sin vergüenza alguna contrastaban con un sentido del honor que no tenía ningún otro villano. Su lucha con Terrax es el vivo ejemplo del espíritu de Víctor von Doom.
Otra colección que me llamó la atención fue la de Los Vengadores, con la saga de Nefaria a la cabeza. Tengo que reconocer que la serie no tenía un rumbo fijo muy marcado, pero por entonces yo era muy influenciable y todo me valía. Como me valieron las Secret Wars, que era una frikada de mucho cuidado pero había hostias como panes y salían un montón de personajes a cuál más pintoresco. ¡Las disfruté como el enano que era!
+QC.- ¿Cuál es el primer cómic que recuerdas haber comprado por tu propia voluntad?
SM.- Por supuesto, un Spiderman de Forum, aunque no sabría decirte cuál. Mis hermanos mayores ya tenían la costumbre de comprar cómics desde la época de Vértice, así que en mi casa siempre estuvimos surtidos de cómics Marvel. A mí me tocó justo la transición Bruguera – Forum, pero en los kioscos de mi ciudad aún se encontraban rezagados varios cómics Vértice, incluso del primer volumen.
Me pasé toda la infancia acudiendo a los puestos de cambio de cómics para intentar completar las colecciones. De esta forma completé el volumen 3 de Spiderman de Vértice que mis hermanos dejaron a medias o descubrí los cómics de DC que empezaba a publicar Zinco. ¡Había nacido el coleccionista y mi vida ya no sería la misma!
Más adelante descubriría las revistas como Cimoc, Zona 84 y El Víbora, que me mostraron un tipo de cómics diametralmente opuesto al que estaba acostumbrado. Fue mi perdición, porque me gustaron tanto como los de Marvel y DC, y no me podía resistir a su compra.
+QC.- ¿Qué cómics/personajes han sido tus favoritos desde entonces?
SM.- No es muy difícil deducir que Spiderman y todo el panteón Marvel. Curiosamente, en un hipotético ránking de personajes favoritos, el segundo puesto lo ocuparía un villano, el Doctor Muerte de John Byrne. No hay que buscar muchas razones para estas preferencias, la combinación entre nostalgia y las buenas etapas que tuve la suerte de leer en mis inicios como lector de cómics tienen la culpa.
+QC.- Muchos de los lectores de cómic tienen problemas en cuanto el espacio para guardarlos, ya que son colecciones que crecen y crecen. ¿Cuál es tu situación respecto a este problema?
SM.- Imagino que la de todo coleccionista, aunque con cierta salvedad. El espacio comienza a escasear pero tengo la suerte de disponer de un piso para mí solito. Así que la colección puede crecer y crecer, que por delante hay otra habitación, un salón y hasta una cocina por ocupar.
El mayor problema con el que me encuentro es el de la clasificación y el dinero que me gasto en estanterías. Entre Vértice, Bruguera, Forum, Zinco, Panini y Norma tengo un caos de organización de los cómics de superhéroes. ¿Cómo se ordena esto? ¿Por editoriales americanas? ¿Por editoriales españolas? ¿Qué pasa con las reediciones? ¿Y con los crossovers? Menudo dolor de cabeza…
Con el cómic europeo y el manga, por suerte, no me ocurre lo mismo y los tengo bien ordenaditos. Como prácticamente el 100% de este cómic es de autor, las estanterías de este tipo de cómic se asemejan a las de una biblioteca corriente y moliente, con sus ítems clasificados por autor y listos.
+QC.- ¿Qué te llevo a crear tu propio blog?
SM.- Tirafrutas surgió como una forma de distracción basada en mi pasión por los cómics. Hubo tres factores determinantes para su nacimiento…
Primero, mi etapa como fanzinero acabó de forma brusca. El Penjaus, el niño de mis ojos y de un amigo, finalizó su andadura coincidiendo con mi entrada en Ingeniería en Informática. El tiempo libre se vio drásticamente reducido y ya no había ni un resquicio para dedicarle el cariño que necesitaba para que siguiera saliendo adelante. Lo de escribir, imprimir, grapar, distribuir y recaudar era demasiado trabajo. Cumplió su función, nos lo pasamos teta, pero ahí seguía la espinita clavada de que podría haber sido más y mis ganas de escribir sobre cómics no habían sido apaciguadas.
Segundo, el blog serviría para guardar un listado de novedades que facilitara las visitas a la librería especializada el mes de turno. Pero me serviría a mí y, sobre todo, a mis amigos, que ya dejarían de darme la brasa con las preguntas. Hay que resaltar que por entonces no había muchos blogs y las webs de las editoriales daban vergüenza ajena (alguna la sigue dando). La única forma de mantenerse al tanto de las novedades que salían era el listado semanal de Norma Cómics Sabadell, pero no incluían planes futuros ni noticias sobre el mundillo.
Tercero, me aburría en el trabajo. Ser medio funcionario es lo que tiene.
Así que, ni corto ni perezoso, creé Tirafrutas.
Antes de Tirafrutas ya tuve una página personal en la universidad y una sección en la revista de la facultad, pero ni punto de comparación. Algún articulillo suelto por ahí también llevaba mi firma, pero me mantenía muy al margen de lo que se cocía por Internet. Sólo acudía a los foros de Dreamers para charlar sobre cómics y mantenerme más o menos al día del mundillo. No fue hasta que creé el blog que me sumergí definitivamente en estas procelosas aguas. No sé si para bien o para mal, pero me estoy divirtiendo.
Ay, el nombre… No tiene mucho misterio, todos mis amigos saben de dónde viene. Pero siempre que conozco o me presentan a alguien que visita mi blog me hace la pregunta obligada: “Oye, ¿y el nombre de “Tirafrutas” a qué viene?”. El origen del mote se remonta al mundial de fútbol de Francia en 1998. Una numerosa tropa de futboleros acudíamos a nuestro santuario a seguir los partidos del mundial. Como es natural, todos animábamos a la selección española, pero pronto nos quedamos sin equipo al que seguir. Pero como llevamos el fútbol en la sangre y las tapas de aquel bar seguramente tenían algún ingrediente adictivo, seguíamos yendo para disfrutar de las siguientes rondas. Todo el mundo escogió una selección favorita y la mayoría apostó por Brasil (¡qué fácil!). Yo, para ir en contra, como me gusta, elegí Francia. Los motivos: soy español de pura chiripa, como quien dice, e indagar ya sería entrar en el terreno estrictamente personal ;) La cuestión es que comencé a animar los partidos de la selección bleu y mis amigos me empezaron a llamar “gabacho” ó “tirafrutas”. Después del mundial, se me quedó el mote y bauticé el blog (personal, tengo que subrayar) de la misma forma.
+QC.- ¿Cuántas horas a la semana dedicas al blog? ¿Algún modo especial de organizar los artículos, notas de prensa o reseñas?
SM.- No sé las horas que le dedico, nunca me he parado a contarlas para no asustarme. Pero depende de la carga de trabajo que tenga encima. Las prioridades siempre son el trabajo y la vida social, así que dejo el blog en un segundo término. En muchas ocasiones me he quedado con las ganas de escribir sobre tal o cual novedad, o anunciar tal o cual noticia, pero las circunstancias me han impedido hacerlo en el momento idóneo y después me ha dado pereza.
No sigo un método para ir publicando las notas en el blog. Tal como llegan los mensajes de las editoriales, van subiendo. O tal como me cuentan alguna cosilla publicable, ahí la dejo en Tirafrutas. Puedo actualizar a cualquier hora del día, puesto que me paso prácticamente todas las horas que estoy despierto delante de un ordenador.
Para las reseñas sí me voy organizando un poco. Procuro escribirlas antes de que salgan los cómics a la venta, creo que así ayudo más al lector para escoger sus compras, aunque sea con mi humilde opinión. Voy haciendo una lista de novedades a reseñar tal como las voy leyendo y considero que quiero decir algo sobre ellas. Desgraciadamente, hay reseñas que me llevan mucho tiempo porque quiero contar demasiadas cosas. A veces he resuelto la papeleta poniendo el automático, pero no me siento bien haciéndolas así. Prefiero hacer una buena (se intenta, se intenta) reseña que muestre los detalles que me han gustado más del cómic, o los puntos negros para los que no quiero dejar pasar la ocasión de notar. Con la cantidad de novedades que asolan las librerías cada mes, me es sencillamente inabarcable seguir el ritmo, así que se quedan muchas en el tintero. Me gustaría escribir más y más reseñas. ¡Me encanta escribir, y más si es sobre cómics!
+QC.- ¿Hasta dónde crees que debe llegar la influencia de los bloggers en el ámbito del cómic? ¿Quieres lograr algún objetivo a través de tu blog?
SM.- Los blogueros no tendríamos que tener ninguna influencia en una industria que se quiera considerar a sí misma de profesional. Todos llevamos una página personal que sólo tiene que servir para dar a conocer la opinión de un lector, la cual nunca debe ir más allá que la opinión del colega del barrio que se ha leído ese cómic que tú estás dudando en comprar.
Creo que a veces nos miramos demasiado el ombligo. Aún no ha llegado el momento en que todos los lectores de cómics se acercan a Internet para informarse o recabar datos sobre los cómics que se compra. Los que accedemos a la red tenemos un perfil determinado que no tiene por qué coincidir con el de la mayoría de lectores del país. Es absurdo inducir el comportamiento del mercado a través de las opiniones en foros, más teniendo en cuenta el bajo grado de participación de los lectores de blogs. Echad un vistazo y veréis que siempre comenta la misma gente y que los contadores de visitas están sobradamente por encima de los números de comentarios. Se crea la falsa sensación de que lo que se comenta es la opinión del público en general, cuando la gran mayoría permanece callada y no tenemos ni la más remota idea de lo que piensa o deja de pensar.
Estamos en un punto que muchos deberían plantearse seriamente la profesionalización. Hemos pasado de tener blogs personales en los que contamos cuatro cosas cercanas en plan amiguetes a cuestionarnos la industria del cómic del país o analizar sesudamente el lenguaje del cómic y sus recursos estilísticos. El siguiente paso, creo, es el de abandonar la estructura rígida y cronológica del blog para dar paso a un nuevo concepto de portal. Pero esto no es más que una idea que no lleva a ningún sitio si no nos paramos a pensar en qué situación estamos cada uno y hacia dónde queremos ir. Cada cual hace con su blog y con su vida lo que quiere, por supuesto, pero la revolución de hace unos años ya nos ha llevado a un estancamiento. Ahora cabe replantearse los objetivos con los que cada uno creó su blog y cuál es la dirección en la que debiera avanzar. ¿Quién se atreve a hacer el próximo movimiento?
+QC.- ¿Qué blogs son los que más sueles leer?
SM.- Tengo un lector de feeds con el que estoy suscrito a decenas de blogs extranjeros de todas las temáticas que me interesan: de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Francia, Bélgica, Reino Unido… Los leo todos, que para algo los he añadido. Y algunos tienen un ritmo de actualización endiablado. ¡A veces llego a casa y tengo 50 ó 60 posts por leer! Una locura…
También estoy suscrito a blogs españoles sobre cómic, claro. De amiguetes, sobre todo: Comix, Un tebeo con otro nombre, ADLO, Con C de Arte, Apokolips, Es la hora de las tortas, etc. Zona Negativa la visito días señalados, pero no estoy suscrito.
De los blogs españoles no me fijo tanto en las noticias como en los comentarios y las opiniones personales. Es en este aspecto donde cada blog aporta algo diferente y enriquecedor a la comunidad. Los distintos puntos de vista sobre un autor o un cómic me interesan mucho más que leer que en el próximo número de Spiderman Tía May va a jugar al mus al geriátrico y conoce al hermano gemelo de Nathan Lubensky. Todo eso ya lo leeré cuando se publique. Lo que busco realmente es una opinión expuesta de forma justificada sobre el proceso editorial, la habilidad artística de un autor o el mensaje transmitido por una obra. Y si además esta opinión es contraria a la mía, mucho mejor. No hay nada como discutir y afrontar el punto de vista opuesto.
Por el contrario, visitar blogs que se limitan a contarme noticias que ya he leído en las fuentes originales no me interesa, porque suelo haberlas leído anteriormente. Tampoco los que bombardean con miles de posts vacíos sólo por subir el contador de cargas de página. Estos últimos, especialmente, me agotan.
Tengo que reconocerlo. Tirafrutas peca en exceso de no tener posts dedicados a desahogarme sobre el mundo del cómic, más por falta de tiempo que por otra cosa. Sólo el espacio dedicado a las reseñas me da pie a demostrar el cariño que le tengo al medio. Pero el tiempo es limitado, y antes tengo el trabajo, el doctorado y la familia y los amigos.
+QC.- ¿Qué cinco cómics actuales crees que son más interesantes?
SM.- Este tipo de preguntas siempre me incomodan. ¿Qué voy a recomendar, si hay cómics para todos? Los que más he disfrutado últimamente son tan variopintos que igual os sorprende.
En el terreno superheroico, disfruto como un enano con Ex-Machina. Me parece que Brian K. Vaughan realiza un cóctel perfecto entre el clásico cómic de superhéroes y el enrevesado y contradictorio mundo de la política local. Los personajes de este guionista suelen presentar un pequeño defecto, una duda, que los aleja de los protagonistas de otros cómics cuyas convicciones son férreas y, a menudo, planas. Yorick, de Y el último hombre, es otro ejemplo. Es tan humano como cualquiera de nosotros, pero tiene su puntito de héroe que seguro guardamos todos en algún rincón. Además, que es un cachondo.
Si me voy al terreno europeo tengo que nombrar a la cuádruple corona francesa de nueva hornada. Sfar, Trondheim, Blain y Blutch, y no por este orden, son nombres indispensables en mi biblioteca. Cada obra nueva suya que sale en España inmediatamente pasar a ocupar un puesto de honor en mis estanterías. Lo último que he degustado ha sido la quinta entrega de El gato del rabino, de Joann Sfar, una juguetona parábola sobre el racismo con el toque sfariano que le da ese aire de intrascendencia pero que nos mete una goleada por las escuadras. De Blutch nunca me cansaré de recomendar su trabajo, aunque andamos escasos en el terruño. La voluptuosidad es una novela onírica que quizá ha demostrado ser una barrera de entrada impenetrable a su obra. Recomiendo este libro sólo a aquéllos que están empapados de cómic y sientan curiosidad por qué más puede ofrecer el medio.
Y como quinta opción me voy al terreno del manga. Hideshi Hino es un autor de manga de terror cuya obra está siendo publicada íntegramente por La Cúpula. Por el momento llevamos cinco tomos en los que el japonés nacido en China nos revuelve la conciencia sin piedad. ¿Quién es el verdadero monstruo de sus historias?
Si me lo volvéis a preguntar mañana, seguro que cambiaría las cinco recomendaciones :D
+QC.- ¿Qué guionista destacarías del actual panorama comiquero? ¿Y dibujante? ¿Cuáles son tus preferidos de siempre, o esos que te da miedo reconocer en público como favoritos?
SM.- Supongo que esta pregunta está íntimamente ligada a las preferencias que he mostrado en la anterior. Los grandes guionistas del momento, a mi parecer, son los franceses de la nouvelle bd, especialmente Blain y Blutch. Y en cómic mainstream americano, Brian K. Vaughan sin ninguna duda. Es el único que consigue atraparme con cada uno de sus relatos.
No me da miedo reconocer mis gustos en público. Así que poco me voy a cortar en decir que, para mí, los más grandes de la historia son los dos Romita, por lo que han supuesto para la vida de Spiderman.
Como he dicho en la anterior respuesta, este tipo de preguntas me incomoda. ¡Es como preguntar a quién quieres más, a papá o a mamá! Así que mejor lo dejamos aquí, que si sigo nombrando a autores o cómics, enseguida me preguntarán los amigos por qué he olvidado a Fulanito o a Menganito.
+QC.- ¿Te sientes a gusto con el panorama editorial actual?
SM.- Con el que estamos viviendo en España tengo sentimientos contradictorios. Por un lado, me alegro enormemente de la amplia oferta que tenemos en las librerías. Realmente hay cómics para todos los gustos y para todas las edades. No puede haber queja en este sentido, pues, al menos en cuanto a volumen, la oferta de cómic es relativamente equiparable a la de los libros.
Un neófito puede llegar a perderse ante la marabunta de títulos, pero con una guía adecuada seguro que encuentra una pieza que le descubra el imprescindible mundo del cómic. Y es que si algo tienen los cómics es que saben captar las necesidades de todo tipo de público. A esto ha ayudado muchísimo el manga, que ha conseguido atrapar a una generación que creíamos que se iba a perder. Ahora, por fin, creo que tenemos el relevo asegurado. Sólo que ellos no leen los cómics que leemos los de mi quinta, pero, qué demonio, yo tampoco leo los cómics de la generación anterior.
Pero, por contra, algunas editoriales están sencillamente ahogando el mercado. No ya sólo porque el bolsillo del lector es incapaz de encarara un gasto mensual desmesurado. El lector debe saber dónde está su límite, discernir entre lo que es una compra de un objeto para un momento de asueto y el afán completista becerril.
El mayor problema lo tienen los libreros, puesto que deben hacer frente a un volumen impresionante de novedades cada mes que, simplemente, sobrepasa muchas veces los límites de la cordura. Entre el desembolso que supone la compra de todas las novedades y el espacio que éstas requieren para ser expuestas, es normal que algunos títulos “menores” se queden fuera. Luego queda el problema del stock, que se va acumulando mes a mes a pasos agigantados. Y una librería no puede permitirse el lujo de no ofrecer a sus clientes las novedades más jugosas y comerciales. De esta forma, las grandes editoriales están empujando a las pequeñas fuera del escaparate y de las estanterías. Lo que también produce otro movimiento que se observa claramente un par de meses después del Saló: la aparición de los saldos. La política de no-devolución de algunos tomos obliga al librero a ajustar al máximo sus pedidos, por un lado, pero algunos títulos tienen cuota mínima y, si son pura bazofia, el lector los ignora y al librero no le queda otra que saldarlos.
Para el lector lo peor no es la oferta que tiene a su disposición, sino la calidad con la que recibe algunas novedades. Últimamente estamos viendo verdaderas chapuzas en ediciones que se pretenden cuidadas. No hablo sólo de las faltas de ortografía que abundan en algunas editoriales, sino también de la calidad del papel, de la reproducción del color, del cuidado en conseguir materiales originales de calidad. Desgraciadamente, puedo contar con los dedos de una mano las editoriales que sí cuidan todos los aspectos del producto que va a llegar al consumidor. Otras, en cambio, parecen más preocupadas en sacar y sacar novedades sin importarles lo más mínimo que el lector puede hartarse de esta situación y sumarse al creciente número de bajoperfileros.
Un día podemos hablar largo y tendido de hacia dónde nos está conduciendo la política de avalancha de la gran P y otras editoriales.
+QC.- ¿Crees que los crossovers le hacen un favor al mercado o son un grave error a la larga?
SM.- Depende de cómo se encaren. Como ya he dicho al principio, uno de los títulos que hizo que me enganchara al cómic fueron las Secret Wars. No fue un crossover como tal, sino más bien una maxiserie con consecuencias más o menos directas en las series principales de Marvel. Gracias a esta maxiserie pude conocer a multitud de nuevos personajes y grupos de superhéroes que más tarde también coleccionaría. Además, los contados cruces entre series o las apariciones estelares como invitados de unos personajes en las series de otros tenían un morbo añadido que hacía que el pequeñajo que yo era salivara de gusto.
Lo malo del crossover es montarlo porque sí. Y, sobre todo, montarlo cada dos por tres. Tal y como se plantean ahora los cruces y las macrosagas, es necesario seguir absolutamente todas las series de la editorial para enterarte de lo que sucede. Más series extra y especiales mil. Todo esto no hace más que obligar al lector a hacer un desembolso al que ahora mismo soy reacio. Si a mí me gustan Spiderman y Los 4 Fantásticos, ¿por qué he de comprarme la serie del Capitán América o Los Vengadores del dichoso Bendis para enterarme de la situación de mis personajes favoritos? Una vez tiene un pase, dos ya molesta… pero a la tercera, si caigo, es que soy tonto. Y si yo me canso, que llevo toda la vida amando los cómics de superhéroes, qué puede pensar un crío que acaba de ver Spiderman 3 en el cine, coge un tebeo de Panini del lanzarredes y se encuentra un traje rojigualdo metálico, que el trepamuros forma parte de un equipo estrafalario de superhéroes y que además se encuentra en medio de una batalla campal en el que miles de personajes se dan toñinas por doquier y su tebeo sólo es un continuará sin sentido.
Cuando yo era pequeño existían los cruces y las sagas largas en una misma serie, pero estaban construidas de tal forma que podías subirte al carro con facilidad. Ahora no, ahora los crossovers están pensados para el friki completista de treinta y tantos y su bolsillo sin fondo. ¿Qué otro sentido tiene la Crisis Infinita aparte de obligarnos a comprar otras mil series para enterarnos de la misa la mitad?
+QC.- ¿Te importa realmente la continuidad o puedes disfrutar de un cómic sin prestar demasiada atención a los detalles?
SM.- También depende. ¿El guionista me plantea una saga continuista o una sucesión de historias independientes e intercambiables?
Si me presentan una aventura de un superhéroe de Marvel, ya entro en el juego de la continuidad y no perdono que un guionista, por mucho renombre que haya conseguido entre un grupito de fans de su serie de televisión, meta la zarpa sin ningún respeto en el pasado del personaje. Y más si lo hace simplemente por remover y no estrujarse las meninges lo más mínimo. En el terreno de los superhéroes prefiero mil veces un Geoff Johns, que respeta el pasado de los personajes como se merecen, o todo guionista que mire adelante. Éstos seguro que no caen en fallos de continuidad.
En cambio, si estoy viendo Los Simpson, sé que nadie va a recordar que el director Skinner es un impostor, porque no entran en el juego de la continuidad. O, en South Park, no me voy a sorprender por ver a Kenny de nuevo vivito y coleando.
+QC.- Recomienda un cómic que crees no debería faltar a cualquier aficionado al cómic (cualquier época).
SM.- Una recomendación fácil sería recurrir a un clásico. Pero como todos estamos hechos de pastas diferentes, lo que recomendaría más bien es seguir leyendo cómics y, de vez en cuando, echar un vistazo a aquellos géneros que desconocemos.
+QC.- ¿Qué te llevo a grabar esos cuatro Podcast? ¿Planeas volver a grabar alguno en un futuro?
SM.- Como informático, siento curiosidad por todas las tecnologías y metodologías que surgen en este ámbito tan cambiante. Con la revolución del lenguaje XML y la Web 2.0, cada día se propone un nuevo estándar o una nueva técnica para explotar al máximo los recursos informáticos que tenemos al alcance. Cuando salieron las primeras herramientas para crear blogs, que se aprovechan de la ilimitada expresividad semántica del lenguaje XML y su sencillez sintáctica, me lancé de cabeza a crear uno. Cómo desaprovechar una ocasión tan idónea para volver a hablar de una de mis grandes pasiones. Al poco, y con la misma base tecnológica, surgieron los primeros podcast.
Hace ya unos diez años, participé en un programa de radio en el que unos colegas y yo nos reíamos de la idiotez de nuestra propia generación (nosotros incluidos, ¿eh?). Fue una experiencia inolvidable y todos los programas que llegamos a emitir los tengo guardados en unas cintas en casa. Cuando leí las primeras notas acerca de la tecnología podcast, se me iluminó una bombillita en la cabeza: ¡podría hacer uno sobre cómic! Y me puse a ello enseguida. Al principio, lo abordé con mucha ilusión, pero poco a poco el tiempo que me requería su realización me hizo abandonar el proyecto. Quizá lo retome cuando disponga de más tiempo libre…
+QC.- Háblanos un poco del proceso de creación de Podcast.
SM.- Puedo hablar por el podcast Tirafrutas. Normalmente le dedicaba una semana a cada una de las entregas. Pero no de forma exhaustiva, claro, hubiera sido una locura. A principios de la semana que “tocaba” podcast, me planteaba las noticias que iba a contar y, si aparecía algo relevante, lo apuntaba en una libreta. Llegado el viernes por la tarde, con unos pocos apuntes encaraba la grabación del podcast frente al micrófono de mi ordenador. El sábado por la mañana escogía la música y realizaba las mezclas, y así el mismo sábado por la tarde lo tenía todo listo para subirlo a la web.
En los primeros podcast me limitaba a contar noticias que habían ocurrido durante la semana en el mundo del cómic. Más adelante, viendo que no tenía sentido hacer un Tirafrutas hablado, porque para las noticias ya estaba el blog, procuré buscar algunos temas monográficos. De ahí surgieron las emisiones dedicadas a las tiras diarias de los años 30 o a los títulos de la colección Poisson Pilote. Lástima que todo quedara en agua de borrajas.
Ahora existe otro podcast muy bueno dedicado al mundo del cómic que no me pierdo por nada del mundo. Lo lleva Borja de Apokolips y os aconsejo que os suscribáis.
+QC.- Un punto característico de tu blog es la abundancia de notas de prensa, novedades de todas las editoriales, o agenda del mundo del cómic. ¿Algún motivo concreto para ello? ¿Son las editoriales u otros medios los que se pusieron en contacto contigo en un primer momento?
SM.- Es la pescadilla que se muerde la cola. Antes de entrar en el pantanoso mundo de los blogs de cómics españoles, yo ya tenía mis amigos y conocidos dentro del mundillo editorial, con los que departía sobre lo que se cocía en nuestra industria. Al nacer el blog, aproveché para contar allí todo lo que era publicable. Poco a poco, y al ser Tirafrutas uno de los pocos blogs de cómic que había, junto con La Cárcel de Papel, Comix, El coleccionista de tebeos y otros, el resto de las editoriales comenzaron a enviarme sus notas de prensa. A muchas de ellas me presenté, tanto personal como electrónicamente, pero a otras no hizo falta; no tuve que insistir demasiado en que me mantuvieran informado. Al poco tiempo han surgido nuevas amistades, porque en el fondo a la mayoría nos une la misma afición. Ahora, son las editoriales recién nacidas las que se dan a conocer enviando correos a los medios amateurs y profesionales.
Las editoriales se han dado cuenta (no era muy difícil) que es mucho más cómodo informar puntualmente a una lista de correo que mantener una web. Los blogueros dedicamos mucho esfuerzo en mantener vivo un espacio en internet donde hablar de nuestra afición de forma altruista. Y lo hacemos sólo de los títulos que nos gustan, así que siempre hablaremos bien. ¡Somos los publicistas perfectos!
+QC.- ¿Alguna razón especial por la qué no tengas habilitados en tu blog la sección de enlaces o el acceso a los meses anteriores?
SM.- Pues me acabo de dar cuenta de que no tengo los enlaces habilitados. Lo habré ocultado sin querer al quitar otro código que tengo por ahí metido. Ahora mismo lo arreglo y santas pascuas.
Lo de la sección de archivo sí que lo tengo deshabilitado con conocimiento. No creo que sea un tipo de navegación acorde a los tiempos que corren. La web actual es más semántica que sintáctica, lo que quiere decir que nos guiamos por los contenidos más que por su estructura. Cuando visito una web cualquiera y quiero buscar si allí se ha hablado de una temática particular, no me pongo a bucear en su archivo de históricos, sino que acudo a la herramienta de búsqueda. Por eso, en cuanto incorporé la búsqueda al blog, eliminé el acceso directo a los archivos. Ahora, con el añadido de las etiquetas, incluso me parece mucho más superfluo.
+QC.- Cita 5 series que crees que todo el mundo debería ver.
SM.- Actuales, supongo, porque si me pongo a bucear en las teleseries que han marcado mi vida… Más que recomendar, voy a decir las cinco (¡qué casualidad!) que veo.
De las series actuales que emiten por televisión supongo que Héroes es la más acorde al gusto del lector de este blog. Me hace gracia leer por ahí cómo la tildan de una copia burda de las películas de los X-Men; eso indica cuánto desconocimiento del mundo del cómic (y del género superheroico en particular) hay. Héroes bebe tan bien de las grandes obras del cómic de superhéroes que en cada emisión me planteo si alguna referencia es un homenaje o un simple plagio. Sea como sea, no me pierdo ni un capítulo por nada del mundo.
También sigo Me llamo Earl. Estoy deseando que comience una nueva temporada en Fox para seguir partiéndome de risa con ese hatajo de perdedores. Como referencia comiquera, hablaría de un mundo nacido con la esencia de Daniel Clowes pero cuyos protagonistas transmiten el mismo mensaje de distinta forma: con humor.
De la misma Fox es imposible no citar a House. El médico más irreverentemente divertido que me he echado a la cara. Hugh Laurie no me hacía tanta gracia desde su papel en La víbora negra, su cameo en un capítulo de Friends (cuando Rachael viaja a Londres para impedir la boda de Ross con Emily) o los gags con Stephen Fry.
Siguiendo con la flema inglesa, Little Britain me tiene atrapado frente al televisor. Es como juntar Los morancos con los Monty Python, es decir, la roña y la soez de los primeros junto con el humor absurdo y descacharrante de los segundos. De este imposible cóctel surgen personajes tan disparatados como los que interpretan Matt Lucas y David Walliams.
Prison Break es una serie ineludible. Está en boca de todos. Y a base de tanto recomendármela, pues al final piqué. No es nada del otro mundo, pero me entretiene.
+QC.- Cita 5 películas que crees que todo el mundo debería ver.
SM.- Argh, esto parece un trabajo para Rob Gordon más que para Sergio Morales. De toooooodas las películas que he visto, sería incapaz de recomendar sólo cinco. Además, ¿a quién? Es como cuando vas a comprar un regalo: si no eres Homer Simpson, seguramente tendrás en cuenta los gustos del homenajeado. Así que mejor pasamos a la siguiente pregunta…
+QC.- Cita 5 Libros que todo el mundo debería leer, o al menos tu recomiendas.
SM.- Ups. Ejem, ¿siguiente?
+QC.- ¿Ha cambiado algo en tu vida desde que comenzaste a escribir en tu blog?
Nada trascendental, por supuesto. Ni he conocido al amor de mi vida ni nado en oro como el tío Gilito. Todo sigue igual, salvo que he conocido a muchísima gente que comparte mi afición por los cómics.
+QC.- Si fueras un personaje de cómic, ¿Quién crees que serías o te identificarías?
SM.- Creo que cada día me parezco más al Lewis Trondheim de Mis circunstancias, aunque siempre quiero guardarme unos momentos al más puro estilo Manu Larcenet en La maldición del paraguas.
+QC.- Muchas gracias por tu tiempo.
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