Viviendo el año conmemorativo del cuarto centenario del Quijote, estamos sometidos a una sobreexposición por parte de los medios generales bombardeándonos sobre la existencia de este clásico universal de la literatura con la pretensión de acercarnos a esta obra. Desde los canales públicos de televisión (con lecturas por distintos personajes políticos, de la cultura e incluso anónimos) a la prensa escrita con artículos de distinta índole, reconozco que ninguno ha tenido tanto éxito como el objeto de este escrito. Editado por la Junta de Castilla-La Mancha y coordinado por Jesús Cuadrado, por parte de Ediciones Sinsentido, éste sería el homenaje a la celebérrima obra de la archifamosa efeméride por parte de la periferia de la cultura de este país: el mundo de la historieta.
Antes de enzarzarme en los inteligibles galimatías que a buen seguro me llevarán mis nulas dotes de análisis y parcos conocimientos técnicos, me gustaría recomendar a todo el mundo la lectura (y compra, por supuesto) de este volumen sea cual sea el curriculum lectorcil de quien se haya tropezado con esta humilde crónica. Tanto el lector de superhéroes como el que sepa gustar de otro tipo de lecturas más alternativas creo que disfrutará enormemente de la mayoría de los tesoros que aquí se ocultan. Más que nada porque si tiene una virtud bien clara esta antología es mostrar la universalidad de la obra en que se apoya y qué hay más universal que el humor y los sentimientos humanos, ambos muy presentes en la totalidad de las historietas. Experimentos narrativos aparte, los responsables de las historias aquí contadas están muy pendientes del mensaje a transmitir y no creo que haga falta ser un poeta arruinado en una buhardilla parisina a régimen de raspas de sardina para que te llegue lo que aquí cuentan. En definitiva y en su gran mayoría, a mí me ha parecido un album entretenidísimo y muy divertido. También hay momentos dramáticos y/o reflexivos o muy poéticos, sí pero muchas historias están orientadas a la parte cómica (o tragicómica) del hidalgo y su escudero.
Una vez dicho esto, me gustaría destacar los relatos que más me han gustado, ya que tampoco quiero ser demasiado pesado y, como les he dicho, mi falta de conocimientos en temas técnicos en arte (algo que creo fundamental, vistas las distintas técnicas que aquí se emplean, para poder explicar con más justicia lo leído) y mis pocos recursos analíticos podrían convertir mis buenas intenciones en un bodrio de cuidado si repasara las 20 historietas que componen esta antología cuyo nivel medio es altísimo y en el que comenzamos a disfrutar con la excelente portada de Fernando Vicente, donde nos muestra la deconstrucción de la figura quijotesca en sus entrañas y mecanismos, quizás mostrándonos las diversas disecciones de la obra que nos esperan dentro. La selección de relatos sería la siguiente:
Pablo Auladell - Clavileño, el aligero: En esta historieta nos cuentan cómo Don Quijote es engañado por una corte a montar en un caballo de madera con el cuento de que es mágico y puede volar. Desconozco en absoluto el estilo de Auladell por lo que no sé si este es su trabajo habitual o consiste en una serie de elecciones para adecuarse más a la historia a contar. Aquí opta por prescindir de fondos (a excepcion del inmenso plano general en el centro de la historia) y oculta un estilo lleno de belleza pero con pocos trazos con manchas de tinta, dándole una sensación de fealdad algo sucia. Quizá este estilo es para resaltar lo grotesco y ruin de la historia contada. Por otro lado, Auladell nos cuenta la historia utilizando imágenes poderosísimas como el vuelo imaginado de Don Quijote, el grupo de cortesanos disfrazados riéndose, el anteriormente mencionado plano general o el primer plano inerte de Clavileño.
Miguel Calatayud - De carreteros, cocheros o diablos: En esta ocasión se narra, por segunda vez en el tomo, el episodio undécimo de la segunda parte de la novela que nos cuentan también Felipe Abranches, Denis Deprez y los hermanos Ortiz, cada uno con su intransferible versión. Don Quijote y Sancho se encuentra a una compañía de teatro disfrados de Muerte, ángeles, diablos y un diablo intenta agenciarse el burro de Sancho. Con el peculiar estilo "cubista" de Calatayud, éste nos narra esta divertida aventura de la legendaria pareja. El autor nos muestra su talento narrando y particularmente sigo sin entender dónde saca la tercera dimensión en su dibujo aparentemente bidimensional. Tampoco se queda manco en el diseño de los personajes. Tengamos presente que adapta todo lo que dibuja a su inconfundible estilo y aquí nos demuestra que no se le atraganta nada.
Luis Duran - Agonia:Aquí también se adapta otro capítulo de la novela ( el episodio 74 de la segunda parte) que encontrará otras 2 revisiones a lo largo de la monografía, las otras dos por Stefano Ricci (del que hablaremos más adelante) y Jorge Gonzalez. En mi humilde opinión, es la historieta más emotiva de todas. Es increíble la habilidad de Duran para hacernos sentir el discurso de Sancho tan cercano y compartir su dolor por la próxima muerte de Alonso Quijano. Personalmente, pienso hay que valer mucho, mucho para hacer todo esto en sólo 5 páginas.
Anke Feuchteuberger - Figuras aún más tristes: En esta historieta Feuchteuberger, en lugar de centrarse en un capítulo, trata de resumirnos el espíritu del libro en una serie de viñetas con mucho contenido poético. Quizáss a parte del valor estético, que en mi caso lo he disfrutado mucho, y lo que esas imágenes puedan sugerirte independientemente también se disfrutaría más esta historieta conociendo bien la obra de referencia, lo que no es mi caso, desgraciadamente.
Max - El amador más leal de su señora: Aquí es donde me paso de listo, lo aviso. Recordando el amor de Max por la tragedia y la mitología griega, reflejado en las distintas y muy trabajadas adaptaciones que de algunas leyendas ha hecho, me da a mí en la nariz que la elección de esta anécdota del libro no es a la ligera ya que, muérdame la lengua, le veo hasta influecias báquicas a la susodicha. Don Quijote, sufriendo mal de amores, da rienda suelta a sus pesares a base de cabriolas y otros actos dementes varios, quedando al fin derrotado por la inanición y el agotamiento autoinflingido. En cuanto al trabajo en sí, pues decir que es Max y que Max es mucho Max, oigan. Una línea clara europea muy bella con una manera de narrar exquisita y eficientísima.
Carlos Nine - De venteriles razones: El argentino decide aquí usar el carboncillo para contarnos otra divertida anécdota del libro en el que el Quijote, nuevamente, confunde la realidad y cree que una bella cortesana está enamorada de él. Mientras que los fondos y la mayoria de los personajes quedan desdibujados en meros bocetos, la figura y, sobretodo, el rostro de Quijote se nos muestra como un elegantísimo diseño del perfecto caballero de la triste figura. El momento de la confusión en la cama entre el Quijote y la criada está contado con mucha gracia e imaginación (sin soluciones tópicas) y el diseño de página muy bueno, al no tener las viñetas bordes y estar también definida la acción narrada dentro de ella.
Pere Joan - Flor de la caballeria: Otro capítulo donde la sed de aventuras de Don Quijote le lleva al antepenúltimo cachiporrazo con la cruda realidad. Pere Joan nos muestra, como el gran narrador que es, el tragicómico espectáculo de un Quijote al borde de sus fuerzas, cediendo terreno al mundo real por la enésima desilusión. Joan no pierde la ocasión y, según nos advierte al final de la historieta, hace también un homenaje a la obra de Dalí.
Miguelanxo Prado - De licencias, desafíos y malos talantes: Simplemente deslumbrante. El movimiento, el volumen, la expresividad de los rostros que se traduce en unas líneas, los diseños de los personajes y de los fondos. No me extraña que el gallego sea un maestro en este campo y que haya sido requerido para trabajar tantas veces en la animación. En esta ocasión elige un capítulo de los más amargos del libro y aunque el espectaculo visual que ofrece es alucinante, esta absolutamente al servicio de la historia, como los grandes del medio. Nos deja la sensación amarga del Quijote mirando al infinito de su alma con la derrota definitiva aun caliente.
Stefano Ricci - De unos días en la segunda vida de Rocinante: Como decíamos anteriormente, Ricci hace una versión del mismo episodio que Duran, pero desde el punto de vista de Rocinante. Para tan curioso experimento, opta por un estilo entre realista y onírico, introduciendo elementos de ambos estilos cuando cree que es más conveniente en la historia y creando contrastes de gran belleza, en mi opinión. También, los anacronismos de algunos elementos vuelven la historieta mucho más interesante dándole otras lecturas.
Bueno, como a estas alturas del texto, no habrá llegado nadie, lo puedo confesar. Vale, al final, me he pasado tres pueblos. Mil perdones al que haya llegado hasta aquí. Espero que no haya sido del todo infumable. Mi intención era ser mínimamente ameno. Kierkegaard me perdone. Juas juas.
En fin, como ya todo está perdido. Sólo me queda compartir con los que queden que, aun teniendo en cuenta la diversidad de estilos y técnicas artísticas que hay en el album, me parece sorprendente que las gamas cromáticas elegidas para el album le den, a simple vista, una sensación de unidad gráfica más que sólida. Me pasaba en la tienda, hojeando antes de su compra, que no distinguía bien a sus autores si no prestaba realmente mucha atención. Maldición, quizás sólo es una impresión mía y soy un puto pringao de la generación MTV.
Otra cosa a agredecerle al invento es su servicio como tarjeta de presentación para varios historietistas que no conocía y a los que he encontrado muy interesantes, como es el caso de Pablo Auladell y Anke Feuchtenberger, a los que intentaré seguir de ahora en adelante.
En el tintero me quedan dudas, como los agradecimientos que le dedican a Peter Kuper, uno de mis autores favoritos. ¿Me enteraré algún día? ¿A quién le tengo que preguntar? ¿Qué relación tendrá con el proyecto? ¿Por qué soy tan cotilla? ¿Y si es otro Peter Kuper y el de los agradecimientos no es el dibujante de comics americano de World War III y The System?
Antes de enzarzarme en los inteligibles galimatías que a buen seguro me llevarán mis nulas dotes de análisis y parcos conocimientos técnicos, me gustaría recomendar a todo el mundo la lectura (y compra, por supuesto) de este volumen sea cual sea el curriculum lectorcil de quien se haya tropezado con esta humilde crónica. Tanto el lector de superhéroes como el que sepa gustar de otro tipo de lecturas más alternativas creo que disfrutará enormemente de la mayoría de los tesoros que aquí se ocultan. Más que nada porque si tiene una virtud bien clara esta antología es mostrar la universalidad de la obra en que se apoya y qué hay más universal que el humor y los sentimientos humanos, ambos muy presentes en la totalidad de las historietas. Experimentos narrativos aparte, los responsables de las historias aquí contadas están muy pendientes del mensaje a transmitir y no creo que haga falta ser un poeta arruinado en una buhardilla parisina a régimen de raspas de sardina para que te llegue lo que aquí cuentan. En definitiva y en su gran mayoría, a mí me ha parecido un album entretenidísimo y muy divertido. También hay momentos dramáticos y/o reflexivos o muy poéticos, sí pero muchas historias están orientadas a la parte cómica (o tragicómica) del hidalgo y su escudero.
Una vez dicho esto, me gustaría destacar los relatos que más me han gustado, ya que tampoco quiero ser demasiado pesado y, como les he dicho, mi falta de conocimientos en temas técnicos en arte (algo que creo fundamental, vistas las distintas técnicas que aquí se emplean, para poder explicar con más justicia lo leído) y mis pocos recursos analíticos podrían convertir mis buenas intenciones en un bodrio de cuidado si repasara las 20 historietas que componen esta antología cuyo nivel medio es altísimo y en el que comenzamos a disfrutar con la excelente portada de Fernando Vicente, donde nos muestra la deconstrucción de la figura quijotesca en sus entrañas y mecanismos, quizás mostrándonos las diversas disecciones de la obra que nos esperan dentro. La selección de relatos sería la siguiente:
Pablo Auladell - Clavileño, el aligero: En esta historieta nos cuentan cómo Don Quijote es engañado por una corte a montar en un caballo de madera con el cuento de que es mágico y puede volar. Desconozco en absoluto el estilo de Auladell por lo que no sé si este es su trabajo habitual o consiste en una serie de elecciones para adecuarse más a la historia a contar. Aquí opta por prescindir de fondos (a excepcion del inmenso plano general en el centro de la historia) y oculta un estilo lleno de belleza pero con pocos trazos con manchas de tinta, dándole una sensación de fealdad algo sucia. Quizá este estilo es para resaltar lo grotesco y ruin de la historia contada. Por otro lado, Auladell nos cuenta la historia utilizando imágenes poderosísimas como el vuelo imaginado de Don Quijote, el grupo de cortesanos disfrazados riéndose, el anteriormente mencionado plano general o el primer plano inerte de Clavileño.
Miguel Calatayud - De carreteros, cocheros o diablos: En esta ocasión se narra, por segunda vez en el tomo, el episodio undécimo de la segunda parte de la novela que nos cuentan también Felipe Abranches, Denis Deprez y los hermanos Ortiz, cada uno con su intransferible versión. Don Quijote y Sancho se encuentra a una compañía de teatro disfrados de Muerte, ángeles, diablos y un diablo intenta agenciarse el burro de Sancho. Con el peculiar estilo "cubista" de Calatayud, éste nos narra esta divertida aventura de la legendaria pareja. El autor nos muestra su talento narrando y particularmente sigo sin entender dónde saca la tercera dimensión en su dibujo aparentemente bidimensional. Tampoco se queda manco en el diseño de los personajes. Tengamos presente que adapta todo lo que dibuja a su inconfundible estilo y aquí nos demuestra que no se le atraganta nada.
Luis Duran - Agonia:Aquí también se adapta otro capítulo de la novela ( el episodio 74 de la segunda parte) que encontrará otras 2 revisiones a lo largo de la monografía, las otras dos por Stefano Ricci (del que hablaremos más adelante) y Jorge Gonzalez. En mi humilde opinión, es la historieta más emotiva de todas. Es increíble la habilidad de Duran para hacernos sentir el discurso de Sancho tan cercano y compartir su dolor por la próxima muerte de Alonso Quijano. Personalmente, pienso hay que valer mucho, mucho para hacer todo esto en sólo 5 páginas.
Anke Feuchteuberger - Figuras aún más tristes: En esta historieta Feuchteuberger, en lugar de centrarse en un capítulo, trata de resumirnos el espíritu del libro en una serie de viñetas con mucho contenido poético. Quizáss a parte del valor estético, que en mi caso lo he disfrutado mucho, y lo que esas imágenes puedan sugerirte independientemente también se disfrutaría más esta historieta conociendo bien la obra de referencia, lo que no es mi caso, desgraciadamente.
Max - El amador más leal de su señora: Aquí es donde me paso de listo, lo aviso. Recordando el amor de Max por la tragedia y la mitología griega, reflejado en las distintas y muy trabajadas adaptaciones que de algunas leyendas ha hecho, me da a mí en la nariz que la elección de esta anécdota del libro no es a la ligera ya que, muérdame la lengua, le veo hasta influecias báquicas a la susodicha. Don Quijote, sufriendo mal de amores, da rienda suelta a sus pesares a base de cabriolas y otros actos dementes varios, quedando al fin derrotado por la inanición y el agotamiento autoinflingido. En cuanto al trabajo en sí, pues decir que es Max y que Max es mucho Max, oigan. Una línea clara europea muy bella con una manera de narrar exquisita y eficientísima.
Carlos Nine - De venteriles razones: El argentino decide aquí usar el carboncillo para contarnos otra divertida anécdota del libro en el que el Quijote, nuevamente, confunde la realidad y cree que una bella cortesana está enamorada de él. Mientras que los fondos y la mayoria de los personajes quedan desdibujados en meros bocetos, la figura y, sobretodo, el rostro de Quijote se nos muestra como un elegantísimo diseño del perfecto caballero de la triste figura. El momento de la confusión en la cama entre el Quijote y la criada está contado con mucha gracia e imaginación (sin soluciones tópicas) y el diseño de página muy bueno, al no tener las viñetas bordes y estar también definida la acción narrada dentro de ella.
Pere Joan - Flor de la caballeria: Otro capítulo donde la sed de aventuras de Don Quijote le lleva al antepenúltimo cachiporrazo con la cruda realidad. Pere Joan nos muestra, como el gran narrador que es, el tragicómico espectáculo de un Quijote al borde de sus fuerzas, cediendo terreno al mundo real por la enésima desilusión. Joan no pierde la ocasión y, según nos advierte al final de la historieta, hace también un homenaje a la obra de Dalí.
Miguelanxo Prado - De licencias, desafíos y malos talantes: Simplemente deslumbrante. El movimiento, el volumen, la expresividad de los rostros que se traduce en unas líneas, los diseños de los personajes y de los fondos. No me extraña que el gallego sea un maestro en este campo y que haya sido requerido para trabajar tantas veces en la animación. En esta ocasión elige un capítulo de los más amargos del libro y aunque el espectaculo visual que ofrece es alucinante, esta absolutamente al servicio de la historia, como los grandes del medio. Nos deja la sensación amarga del Quijote mirando al infinito de su alma con la derrota definitiva aun caliente.
Stefano Ricci - De unos días en la segunda vida de Rocinante: Como decíamos anteriormente, Ricci hace una versión del mismo episodio que Duran, pero desde el punto de vista de Rocinante. Para tan curioso experimento, opta por un estilo entre realista y onírico, introduciendo elementos de ambos estilos cuando cree que es más conveniente en la historia y creando contrastes de gran belleza, en mi opinión. También, los anacronismos de algunos elementos vuelven la historieta mucho más interesante dándole otras lecturas.
Bueno, como a estas alturas del texto, no habrá llegado nadie, lo puedo confesar. Vale, al final, me he pasado tres pueblos. Mil perdones al que haya llegado hasta aquí. Espero que no haya sido del todo infumable. Mi intención era ser mínimamente ameno. Kierkegaard me perdone. Juas juas.
En fin, como ya todo está perdido. Sólo me queda compartir con los que queden que, aun teniendo en cuenta la diversidad de estilos y técnicas artísticas que hay en el album, me parece sorprendente que las gamas cromáticas elegidas para el album le den, a simple vista, una sensación de unidad gráfica más que sólida. Me pasaba en la tienda, hojeando antes de su compra, que no distinguía bien a sus autores si no prestaba realmente mucha atención. Maldición, quizás sólo es una impresión mía y soy un puto pringao de la generación MTV.
Otra cosa a agredecerle al invento es su servicio como tarjeta de presentación para varios historietistas que no conocía y a los que he encontrado muy interesantes, como es el caso de Pablo Auladell y Anke Feuchtenberger, a los que intentaré seguir de ahora en adelante.
En el tintero me quedan dudas, como los agradecimientos que le dedican a Peter Kuper, uno de mis autores favoritos. ¿Me enteraré algún día? ¿A quién le tengo que preguntar? ¿Qué relación tendrá con el proyecto? ¿Por qué soy tan cotilla? ¿Y si es otro Peter Kuper y el de los agradecimientos no es el dibujante de comics americano de World War III y The System?
3 comentarios:
Muchas gracias por la rica reseña!
voy a leer con mucho gusto (el sabado)
Hasta mas
Marko
Gracias por leer "Lanza...".
JCuadrado
--
El Kuper (y otros) pudieron estar en el libro.
Por eso les cito.
Yo siempre cito.
--
Publicar un comentario