Reseñas JUNIO presents: Los Cuatro Fantásticos #22

Habrá quien no esté de acuerdo por el trato del Dr. Muerte, pero esta etapa de Waid en la familia de Marvel me está resultando realmente placentera.
El guionista no obvia los acontecimientos pasados, como muchos hacen actualmente, sino que se concentra en ellos, desarrolla a los personajes y, para colmo, ofrece muchas consecuencias dignas de mención. Esto lo digo por el trato que se le está dando a los personajes ultimamente, creo que nunca me he encontrado ante un Reed Richards tan interesante como este, tan atormentado y concentrado en su misión, pues incluso se ve obligado a perder la calma para replicarle a su cuñado Jhonny Storm, el cual lo culpa de los sucesos pasados. Por otra parte, hasta Sue tiene algo que decir en este número, pues es la olvidada del guionista, que la deja más de lado a favor del resto, los cuales han cambiado bastante, en especial el patriarca. Vamos, que siguen estando maravillosamente retratados y sus comportamientos no pueden ser más realistas. A todo esto hay que sumar la aparición inesperada de personajes como los padres de los Storm y el hermano de Ben, recordar este último detalle es un gran trabajo, me parece a mí, yo ni siquiera sabía que Ben tenía uno.
Por otra parte, la trama que nos ocupa es un tanto peliaguda, ya dije en la reseña del número anterior que el prólogo estaba muy bien resuelto, que ahora venía lo difícil, la representación de algo como es el cielo. Sin embargo, Waid sale airoso de la situación y, por ahora, aprueba con nota, porque en lugar de ofrecernos una mirada única grandiosa y majestuosa, nos muestra algo mucho más íntimo. Y es que el cielo es lo que nosotros queramos que sea. Sí, se ha decantado por mostrar que el más allá es la mirada del alma de quien está allí, hay ángeles (bonita escena) y referencias a Dios, pero no se muestra muy abiértamente, digamos que es como si salieran porque están en la mente del cuarteto y se refleja así. Curioso.

Pero aún así, nos encontramos con que estaban en las afueras de lo que es verdaderamente el más allá, así que aun no lo hemos visto todo, ya veremos qué pasa. Lo que sí que es cierto es que la saga no puede ser más interesante y este número es una gran muestra del buen hacer que está realizando el guionista con los personajes.

Wieringo tampoco se queda corto, con su estilo de línea clara y expresividad, se concentra mucho en cómo proporcionar naturalidad, sus personajes se mueven de una forma coherente y sus expresiones son una gozada, están verdaderamente logradas. Creo que hace un buen trabajo incluso en las escenas de acción. Eso sí, donde verdaderamente está genial es en las más intimistas, aquellas como la de Reed hablando con Sue, viñetas y viñetas de personajes gesticulando acordes a lo que dicen, piensan y sienten. Puede gustar o no el estilo de este dibujante, pero realiza un buen trabajo.
Pues eso, sigue esta curiosísima saga con un número más bien intimista que no deja atrás los acontecimientos de las tramas pasadas. A ver hasta dónde llega. 8/10.

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