Factor Nostalgia: The New Warriors

Night Trasher… ¡¡Una misteriorsa arma contra el crimen!! Namorita… ¡Híbrida Atlante! Kid Nova…¡El cohete humano! Speedball… ¡Una bola elástica de energía! Firestar…¡Maestra mutante de la radiación! Marvel Boy…¡Una furia telekinética!
Stan Lee Presenta: ¡The New Warriors!

¡¡¡Los Héroes de los 90!!!

Introducción a la serie clásica de los New Warriors (1990)
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¿De qué narices estás hablando, gordo? No tengo nada que ver con Speedball o Los Nuevos Guerreros. Esos tíos eran de tercera, como mucho.
Johnny Storm, Civil War #1. 2006




Dieciséis años es demasiado tiempo editorialmente hablando. Y espero que estas dos citas con las que he decidido introducir este breve texto sirvan como clara evidencia de ello. ¿Qué ha ocurrido en estos 16 años para que la serie que, sin lugar a dudas, fue una de las grandes series Marvel a comienzos de los años 90 y máximo representante del buen hacer de la Casa de las Ideas ahora sea clasificada por la Antorcha Humana como grupo de “tercera”? Pues, en mi opinión, ser víctima del éxito y, además, haber nacido en los años 90. Pongámonos en situación.

Año 1989. En medio de la saga “Actos de Venganza” (en la que los villanos se intercambiaban los héroes con la esperanza de derrotarlos), Thor se enfrenta al Juggernaut. En medio del combate aparece un nuevo grupo de superhéroes adolescentes que ayudan al dios nórdico contra el, por entonces, imparable villano. La semilla estaba plantada. Sabiendo cómo funciona la mente de los frikis, los editores se olieron que una serie protagonizada por estos personajes tendría suficiente éxito para mantenerse, al menos, durante un tiempo. Y así fue, pero de una forma muy inesperada. Nada más salir el primer número fue un éxito instantáneo. Así ocurrió también con los siguientes. Todos ellos agotados en pocos meses. Y estamos hablando de una época en la que las tiradas eran bastante más superiores que las de hoy en día. Estaba claro que Los New Warriors habían venido para quedarse.

¿Cuáles fueron las claves de su éxito? Pues, personalmente, creo que podríamos achacárselo a varias causas. En primer lugar, los personajes. Jóvenes héroes de distinta índole. Namorita, una guerrera atlante. Estrella de Fuego y Marvel Boy, dos mutantes prácticamente desconocidos. Nova, un personaje que brilló fugazmente en los 70. Speedball, la enésima actualización del personaje prototípico a lo Spider-Man. Night Trasher (traducido horriblemente como Trillador Nocturno… ¿Quién podría tomarse en serio a alguien con este nombre?), una especie de cruce entre Batman y Iron Man pero en negro. Pese a ser totalmente heterogéneo, el grupo parecía empastar. Teníamos, por un lado, la veteranía de Nova y Namorita. Por otro, la sensatez de Estrella de Fuego y Marvel Boy. Speedball era el elemento cómico y tocanarices del grupo. Night Trasher era quien daba las órdenes y ponía los medios para que el grupo pudiera desarrollar su carrera contra el crimen. Además, había unos cuantos secundarios que pronto interesaron al público. Silueta, Andrew Cuerda o la enigmática ama de llaves, Tai.

Otro elemento que, sin lugar a dudas, encandiló a cientos de miles de lectores fueron las magníficas historias de Fabián Nicieza en la primera etapa de la serie. No obstante, el primer villano al que tenían que hacer frente, y al que derrotaban, era a, ni más ni menos, que Terrax, uno de los heraldos de Galactus. Eso les ganaba el favor de los Vengadores y del Capitán América, aunque aún les considerasen “niños”. El gran acierto de Nicieza fue ir introduciendo nuevos villanos (como Fuego de Medianoche, el Ladrón de Estrellas, las Fuerzas de la Naturaleza, Psionex, el Círculo Envolvente, la Esfinge…) e ir compaginándolos con villanos de cierto prestigio en Marvel, como El Pensador Loco, Emma Frost o Gideón. Pronto tuvieron también las visitas de otros ilustres personajes, que eran tan características en la época y que ayudaban a crear sentimiento de continuidad y cohesión entre las series de la editorial, algo que, aunque se está recuperando en estos días, ha perdido mucho por culpa de la política de Joe Quesada. Así, vimos pasar por las páginas de la serie a Los Vengadores, Los Inhumanos, Punisher (junto a Lobezno, Spider- Man y el Motorista Fantasma, los “4 fantásticos” de la Marvel de los 90, salían hasta en la sopa) o Spiderman (¿veis?).
Hubo grandes historias. Personalmente, me quedo con Futuro del Ayer (la Esfinge convertía La Tierra en una versión de sí misma dominada por mitología y elementos egipcios), el número en el que Marvel Boy, harto de los malos tratos de su padre, le mata sin querer y el proceso judicial que acaba con el personaje en la cárcel, la saga Nada más que la verdad (con nuevas incorporaciones al grupo, Rabia y Darkhawk) y, sobre todo, Fuerzas de la Oscuridad, recopilada en España en una miniserie y en la que vimos desfilar a muchas estrellas invitadas de Marvel: Arcángel, Capa y Puñal, el Dr Extraño, etc, etc. Hasta aquí, y como veremos cuando termine de hablar de los dibujantes de la serie, Los Nuevos Guerreros contaban con historias de gran calidad, con tramas en las que primaba la acción, pero en las que también había sitio para reflejar situaciones de injusticia de la época (malos tratos, drogas, bandas, críticas al, por entonces, naciente cambio climático…) y para la interacción entre los protagonistas, surgiendo en ese momento las relaciones entre Night Trasher y Silueta, Nova y Namorita y Justicia y Estrella del Fuego (sí, Speedball parecía estar aguantando velas la mayoría del tiempo jejeje).

Qué decir de los dibujantes. Un casi primerizo Mark Bagley que aún no se dedicaba a poner 20 primeros planos en cada página como hace ahora en Ultimate Spider-Man y un más que correcto Darick Robertson que sucedió al primero en el número 26 de la serie. Bagley fue quien más hizo por dotar a la serie de espectacularidad. Su dibujo está lleno de fuerza, de movimiento, de expresividad. Aún hoy, más de quince años después, podemos disfrutar de la obra de un autor que no ha dejado de mejorar (hasta que se topó con los guiones de Bendis en la serie Ultimate anteriormente mencionada, que, en mi opinión, le hacen flaco favor en más de un momento). Y Darick Robertson, pues a él le tocó bailar con la más fea. Su dibujo fue espectacular y sus sustitutos, un tal Richard Pace y Patrick Zircher, hicieron un trabajo más que correcto, pero para aquellos momentos, las historias ya no eran lo que habían sido, sobre todo tras la marcha de Nicieza. Y es que, no podemos olvidarlo, los New Warriors fueron los héroes de los años 90. O de la primera mitad de los años 90, en la segunda mitad los héroes por excelencia fueron, sin lugar a dudas, los Thunderbolts. ¿Y qué significaba ser “héroe de los 90”? Pues que te salían mil y un spin offs, como las series regulares de Nitgh Trasher y Nova. Que te colaban personajes que estaban o bien de moda (Darkhawk) o bien no tenían dónde acabar (Capa y Puñal, algunos Power Pack, Turbo…) o, simplemente, que te los colaban con calzador para subir las ventas cuando la cosa empezaba a peligrar. Éste fue el caso de la Araña Escarlata, miembro del grupo durante una breve etapa al final del primer volumen de la serie. Para cuando la Araña Escarlata entró en el grupo, la serie ya estaba tocada de muerte en los guiones. Siguiendo la moda, Namorita había sido cambiada y ahora, además de azul, era más dura y brutal que nunca, había personajes con pistolones, los villanos eran cada vez más “high-tech”… poco quedaba ya del espíritu original. La serie se cerró en el número 75.

Fue continuada luego, a finales de década, por una serie regular que sólo aguantó 1o números, más un número 0, y que nunca se publicaron en España. Luego salió la miniserie que Panini ha recopilado hace poco como “preludio” a la Guerra Civil, la divertidísima saga en la que se convierten en protagonistas de un reality show. Y, bueno, luego está lo ocurrido en el primer número de Civil War… menuda forma de acabar con personajes tan carismáticos. Y, tras Civil War, ha salido otra nueva serie que, parece, está bastante bien. Ya la leeremos. De entre sus personajes, hemos de destacar a dos. Justicia (el antiguo Marvel Boy) y Estrella de Fuego. Se convirtieron en Vengadores de pleno derecho en la etapa Héroes Return de Kurt Busiek y George Pérez. Vivieron algunas de las etapas más convulsas de la historia de los Héroes Más Poderosos de La Tierra y, tras la marcha del guionista, han estado perdidos hasta muy recientemente. Con la Civil War, hemos visto a Angélica abandonar la carrera como superheroína por estar en contra del registro y próximamente tendremos a Justicia hasta en la sopa. Otro personaje que ha tenido su gran momento, aunque mucho más recientemente (a pesar de la malograda serie regular que Larsen realizó y que se canceló al séptimo número), ha sido Nova, uno de los protagonistas de Aniquilación, la interesantísima historia con la que Marvel está revitalizando su apartado cósmico y en el que Richard Rider tendrá un papel fundamental.

Por último, los devenires editoriales no fueron exclusivos de los EEUU. La serie también atravesó una época de cambios en España y creo que podríamos señalarla como una de las series que reflejan los cambios que sufrió Forum (esa editorial que nunca existió) a principios y mediados de los 90. Comenzó abriendo la novedosa línea de cómics de 24 páginas (y que duraban más que los actuales de 48, curiosamente). Esto, probablemente, hizo que mucha gente se fijase en ella, puesto que, como no se cansaba de repetir el correero, Roque González, era una serie con muchísimo éxito. Sin embargo, si alguien no recuerda la política de Planeta de aquella época, consistía en inundar el mercado con muchísimas series como forma de ir minando poco a poco a la competencia (y a mí que esto me suena de algo…). Así que se editaba casi todo lo que salía en Marvel. Por esta razón vimos en España series como la de Night Trasher o la de Nova, aunque fuera en miniseries. Cuando el mercado empezó a saturarse, salieron aquellos tomos llamados “familiares”, que contenían un número (a veces dos) de cada serie que se encontraba en relación a una serie “madre”. New Warriors fue una de las series que acabó en ese formato (como las series del 2099 o las de Espíritus de la Venganza) y acabó compartiendo tomo con la serie regular de Night Trasher, la de Nova, la miniserie de Justicia o la serie regular de un personaje tan olvidado y olvidable como Darkhawk. Tras la Era de Apocalipsis, aproximadamente, se produjo la llamada “Marvelution”, en la que muchas series volvieron al formato 24 páginas y se publicaron con el nuevo tipo de papel, que resaltaba el coloreado por ordenador. New Warriors, aprovechando que la Araña Escarlata estaba por ahí de vez en cuando, acabó dentro de la línea Spider – Man. Así duró hasta que se acabó la serie.


Como hemos visto, The New Warriors fue un grupo que, lamentablemente, no supo ser adaptado por los guionistas a los nuevos tiempos. Se quedó estancado o fue convertido en un grupo poco original, muy similar a los que veíamos en otras series y otras editoriales, como Image, Awesome e incluso DC. Quizás el hecho de “ser los héroes de los 90” marcó su destino. Esperemos que esto no pase a los más recientes héroes de la década en Marvel: los Runaways y los Jóvenes Vengadores. Quizás algún día sean usados también como cabeza de turco para desencadenar un conflicto que, en mi opinión, está llevado con demasiada precipitación por parte de la editorial. Que menudo pataleo se cogen por el Acta de Registro de quien casi nadie había oído hablar hasta un par de meses antes de que empiece la Guerra Civil… ainsss…

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ANTERIORMENTE EN FACTOR NOSTALGIA.



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