Mi Impresión sobre... V de Vendetta

La semana pasada recordaréis que hablamos del fenómeno que supuso en el que esto escribe la lectura de Watchmen, una de las obras maestras de Alan Moore. Era la primera obra que leía de éste autor, y cuando uno empieza desde tan alto, puede que se lleve una decepción si la segunda lectura no está a la altura de tan magna obra. Pero fíjate, suerte tuve de que la segunda obra que leí de Alan Moore fue V de Vendetta, la que algunos han llegado a calificar como La Gioconda del comic (si en vez de eso llego a leer Violator vs. Braddock seguro que otro gallo habría cantado).

La cuestión es que me embarqué en la lectura de V de Vendetta, una obra que era totalmente distinta a la anterior. Watchmen trataba sobre los superhéroes pero desde una óptica realista y oscura... en cambio V de Vendetta está enmarcada dentro de otro género. Desde las primeras páginas uno ve que una vez más se encuentra en un mundo oscuro, pero no es el mundo de Watchmen, es otro, posiblemente peor y más oscuro. La primera escena del comic, ya hizo que me quedara totalmente enganchado, es sublime, hace gala de todo lo que nos vamos a encontrar en el resto del comic, ese personaje, tan sólo V, sin rostro ni identidad, que puede ser cualquiera, que podemos ser todos, recitando versos y luchando por la libertad. Era un personaje que seguro que a todo el que ha leído V de Vendetta le habrá encandilado de la misma forma ¿es un héroe? ¿es un villano? ¿qué es? Sus actos son los de un terrorista contra el férreo régimen de un país ensombrecido, pero el lector no puede evitar sentir simpatía por ese extraño personaje. Y a partir de aquí comienza el espectáculo. Que si V de Vendetta podía ser tan buena, estar a la altura de Watchmen... pues sí, lo estuvo. Como curiosidad, algo que me llamó la atención fue que, en todos los capítulos, el título es el de una palabra que comienza por la letra V. De nuevo Alan Moore estaba demostrando que sus obras son como relojes suizos, trabajadas y elaboradas hasta el más mínimo detalle.

A través de las más de 200 páginas de V de Vendetta, el que esto escribe fue viendo cómo la historia crecía, el argumento se ampliaba, los personajes secundarios iban cobrando cada vez mayor protagonismo... estaban vivos, no se puede describir de otra forma, viven sus vidas en torno a la historia principal, y son afectados por lo que sucede en ella. Y mientras tanto, la historia principal se vuelve cada vez más interesante, lo que al principio parece una venganza se va convirtiendo en otra cosa... ¿De qué trata V de Vendetta? ¿La anarquía? ¿La lucha por la libertad? Pues vaya, no estoy seguro, pero lo que sí que puedo decir es que su lectura me demostró una vez más lo que todo el mundo decía sobre ella, que era una Obra Maestra, en mayúsculas. No sé si será la gioconda del comic pero sí que es una hermosa obra de arte que no debería perderse nadie.

Y ahora, a estas alturas creo que todos sabréis que pronto se estrenará la adaptación al cine de esta magnífica historia. V, ese justiciero, luchador por la libertad, sin rostro, sin identidad, saltará a la gran pantalla de la mano de James McTeigue (o McTiegue, que a veces no lo aclaran los títulos de crédito de sus películas). Uno, como siempre, siente ante estos casos un temor a que una obra tan redonda en su formato original termine siendo un fiasco en el cine, pero vamos, espero que no sea así y que en la gran pantalla V de Vendetta sea también una historia inolvidable.

En fin, la semana que viene hablaremos de una obra que llegó a mis manos de una forma totalmente diferente a como llegaron Watchmen y V de Vendetta, ambas encumbradas en foros y páginas web. Una obra que sin todo ese bombo me fue ganando poco a poco mientras la leía. Se trata de Rising Stars. Pero eso será la semana que viene.

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