De manera interina me voy a ocupar de esta sección a la espera de Oneyros se reincorpore tan pronto como los enanos antropófagos hippinazis que le han destrozado la conexión a internet se lo permitan. Hoy voy a hablar de un título superheroico de los buenos, un clásico moderno de los que hacen época, aún no ha sido superado y todavía somos muchos los que nos quedamos de piedra al recordar los primeros números. Estoy hablando de los Thunderbolts.
Que quede claro que es imposible hacer un artículo que le haga justicia a esta serie, serían necesarios toda una serie de monográficos así que me voy a centrar en los 32 números que escribió Kurt Busiek, dejando tal vez para el futuro toda la sensacional etapa de Fabián Nicieza. Cronológicamente voy a hablar de la serie en su edición española, así que centrémonos. Corría el año 1997, en aquella época forum todavía tenía la costumbre de incluir avances editoriales en sus series y anunciaban una: Los Thunderbolts. A mi lo que rápidamente me llamó la atención fue que Mark Bagley sería el dibujante, y al ser una colección nueva podría comprármela y flipar con uno de mis dibujantes favoritos que dada mi pobre economía a los 16 años no me daba para comprar el tomo mensual de Spidey donde Bagley aún dibujaba The Amazing Spider-Man. Además eran héroes nuevos, así que no me costaría seguir su historia, aunque a decir verdad esto nunca me impidió subirme a una serie.
En aquellos tiempos, la única información que había al alcance de todos era la que estaba en los propios tebeos, y estaba bastante libre de Spoilers la verdad, yo no tenía Internet y el Dolmen no llegaba a mi ciudad. Así que contaba con los días que faltaban para la llegada de enero de 1998 y la publicación del primer número especial de 48 páginas, en esos tiempos todos los números 1,12,25,50,75 eran especiales con mayor número de páginas de lo normal. Pero antes, oh en noviembre en un número de Hulk hicieron su debut y ya me quedé enganchado.
Ya llegó Enero y el mismo día que compré este número también salía a la venta el Spawn & Batman de Frank Miller y Todd MacFarlane, por supuesto lo compré pero lo dejé apartado para centrarme en la lectura de los Thunderbolts. “¡La justicia como el rayo!” así rezaba la portada, la historia presentaba a un puñado de Héroes nuevos que venían a ocupar el lugar de los Vengadores y los 4 Fantásticos que aparentemente habían muerto durante la guerra contra Onslaught (eso es historia para otro día), en su primera aventura se enfrentaban a la poderosa Brigada de Demolición en un combate brutal que dejaba maltrecha a la estatua de la Libertad. Todo hacía pensar en que sería una serie normalucha de Superhéroes que no duraría demasiado, pero llegó el final y que final!. Los héroes eran en realidad los Amos del Mal disfrazados y liderados por el Barón Zemo, en un astuto plan para ganarse la confianza del público. ¡Lo había hecho! ¡Marvel me había ganado para siempre!. Claro que esos eran otros tiempos y esto ahora me juego el cuello a que no pasaría y que el noventa por ciento de la gente que leyese la serie ya sabría cual era el final. Cuentan que Peter David repasando el pedido del Previews de Marvel antes de que fuera mandado a imprenta se dio cuenta de que la editorial destripaba toda la sorpresa en la sinopsis, meno mal que pudieron rectificar a tiempo.
Los Thunderbolts. El Ciudadano V (Barón Zemo), Techno (Arreglador), Match-1 (Escarabajo), Pájaro Cantor (Mimí Aulladora), Atlas (Goliat o Contrabandista) y Meteorito (Piedra Lunar). Todos personajes de segunda, todos personajes para el recuerdo. Kurt Busiek cogió personajes que no le importaba a nadie y les dio forma y personalidad, claro está me fui encariñando de los personajes al igual que su autor y poco a poco el camino de la conquista mundial se fue enturbiando en la trama de la serie. ¿El motivo? Muy simple, algunos personajes le cogieron gusto a eso de ser buenos y queridos. Y es que serían villanos, pero ser villano en el universo Marvel no siempre significa ser malo hasta el tuétano, muchas veces enmascara una falta de afecto, de un amigo o una pareja de un familiar que no quiso al personaje tras la máscara cuando era pequeño, oculta un trauma o alguna injusticia y cuando Abe Jenkins (Match 1), Melissa Gold (Pájaro Cantor) o Eric Josten (Atlas) tuvieron que elegir su camino, sencillamente eligieron el equivocado. Y aquí es donde un maestro de la manipulación como Zemo los captó para su plan maestro.
Kurt Busiek va tejiendo poco a poco un pasado a los personajes y un futuro. Atlas empieza una relación con Dallas Riordan (su enlace con la ley), Melissa y Abe tienen un romance y Tecno simplemente comienza a divertirse con lo que hace. Otra constante de la serie fue el retomar conceptos o personajes secundarios del universo Marvel, así vemos como nuestros héroes pelean contra los Elementos Mortales o el Hombre Creciente, se acuerda de los Campeones, del Imperio Secreto, de los Vengadores de los Grandes Lagos, convierte a un perdedor como Gravitón en la Nemesis del grupo, crea una nueva versión del Imperio Secreto, de Azote o crea una versión de Los Amos del Mal compuesta por 25 villanos (para el número 25 de la serie).
Con los pies en la tierra y la cabeza en las nubes Busiek escribía la serie preparado para cualquier eventualidad como el regreso de los Héroes tras su periplo en la Contratierra de Franklin Richards de Héroes Reborn. Fue cuando Zemo harto de ver como sus soldados se ablandaban y los hizo desenmascararse ante el mundo entero. El número 12 de la serie fue todo un ejemplo de cómo acabar una etapa sin terminar una colección, desde ese momento la serie se transformó en una Road Movie con los Thunderbolts divididos además de que se creó una tradición de enfrentar cada año a los Vengadores y a los Thunderbolts (en la línea de Los Defensores/Vengadores o JLA/JSA). Pero una sorpresa tan grande como la del primer episodio fue cuando a Kurt le permitieron dar a los Thunderbolts un nuevo líder, un personaje querido y bien asentado en el Universo Marvel: Ojo de Halcón. A raíz de un enfrentamiento entre sus grupos, Clint Barton vio potencial en los jóvenes renegados del Barón Zemo.
No quería irme sin destacar a Jolt, un personaje creado para la serie en el cuarto número cuyo origen al quedarse huérfana por culpa de Onslaught estaba relacionado intrínsecamente con los Thunderbolts, Hallie venía a ocupar el puesto que habían tenido Kitty Pryde o Júbilo en la Patrulla X de los buenos tiempos. Y por último Carbón el Incendiario, un personaje que no fue creado por Busiek ya que fue resultado de un concurso en el que quien quisiera podía diseñar un personaje para la serie (algo similar ocurriría más avanzada la colección con Humus Sapien).
Y hasta aquí mi breve tributo a los Thunderbolts, espero que os haya gustado este pequeño episodio de nostalgia.
Que quede claro que es imposible hacer un artículo que le haga justicia a esta serie, serían necesarios toda una serie de monográficos así que me voy a centrar en los 32 números que escribió Kurt Busiek, dejando tal vez para el futuro toda la sensacional etapa de Fabián Nicieza. Cronológicamente voy a hablar de la serie en su edición española, así que centrémonos. Corría el año 1997, en aquella época forum todavía tenía la costumbre de incluir avances editoriales en sus series y anunciaban una: Los Thunderbolts. A mi lo que rápidamente me llamó la atención fue que Mark Bagley sería el dibujante, y al ser una colección nueva podría comprármela y flipar con uno de mis dibujantes favoritos que dada mi pobre economía a los 16 años no me daba para comprar el tomo mensual de Spidey donde Bagley aún dibujaba The Amazing Spider-Man. Además eran héroes nuevos, así que no me costaría seguir su historia, aunque a decir verdad esto nunca me impidió subirme a una serie.
En aquellos tiempos, la única información que había al alcance de todos era la que estaba en los propios tebeos, y estaba bastante libre de Spoilers la verdad, yo no tenía Internet y el Dolmen no llegaba a mi ciudad. Así que contaba con los días que faltaban para la llegada de enero de 1998 y la publicación del primer número especial de 48 páginas, en esos tiempos todos los números 1,12,25,50,75 eran especiales con mayor número de páginas de lo normal. Pero antes, oh en noviembre en un número de Hulk hicieron su debut y ya me quedé enganchado.
Ya llegó Enero y el mismo día que compré este número también salía a la venta el Spawn & Batman de Frank Miller y Todd MacFarlane, por supuesto lo compré pero lo dejé apartado para centrarme en la lectura de los Thunderbolts. “¡La justicia como el rayo!” así rezaba la portada, la historia presentaba a un puñado de Héroes nuevos que venían a ocupar el lugar de los Vengadores y los 4 Fantásticos que aparentemente habían muerto durante la guerra contra Onslaught (eso es historia para otro día), en su primera aventura se enfrentaban a la poderosa Brigada de Demolición en un combate brutal que dejaba maltrecha a la estatua de la Libertad. Todo hacía pensar en que sería una serie normalucha de Superhéroes que no duraría demasiado, pero llegó el final y que final!. Los héroes eran en realidad los Amos del Mal disfrazados y liderados por el Barón Zemo, en un astuto plan para ganarse la confianza del público. ¡Lo había hecho! ¡Marvel me había ganado para siempre!. Claro que esos eran otros tiempos y esto ahora me juego el cuello a que no pasaría y que el noventa por ciento de la gente que leyese la serie ya sabría cual era el final. Cuentan que Peter David repasando el pedido del Previews de Marvel antes de que fuera mandado a imprenta se dio cuenta de que la editorial destripaba toda la sorpresa en la sinopsis, meno mal que pudieron rectificar a tiempo.
Los Thunderbolts. El Ciudadano V (Barón Zemo), Techno (Arreglador), Match-1 (Escarabajo), Pájaro Cantor (Mimí Aulladora), Atlas (Goliat o Contrabandista) y Meteorito (Piedra Lunar). Todos personajes de segunda, todos personajes para el recuerdo. Kurt Busiek cogió personajes que no le importaba a nadie y les dio forma y personalidad, claro está me fui encariñando de los personajes al igual que su autor y poco a poco el camino de la conquista mundial se fue enturbiando en la trama de la serie. ¿El motivo? Muy simple, algunos personajes le cogieron gusto a eso de ser buenos y queridos. Y es que serían villanos, pero ser villano en el universo Marvel no siempre significa ser malo hasta el tuétano, muchas veces enmascara una falta de afecto, de un amigo o una pareja de un familiar que no quiso al personaje tras la máscara cuando era pequeño, oculta un trauma o alguna injusticia y cuando Abe Jenkins (Match 1), Melissa Gold (Pájaro Cantor) o Eric Josten (Atlas) tuvieron que elegir su camino, sencillamente eligieron el equivocado. Y aquí es donde un maestro de la manipulación como Zemo los captó para su plan maestro.
Kurt Busiek va tejiendo poco a poco un pasado a los personajes y un futuro. Atlas empieza una relación con Dallas Riordan (su enlace con la ley), Melissa y Abe tienen un romance y Tecno simplemente comienza a divertirse con lo que hace. Otra constante de la serie fue el retomar conceptos o personajes secundarios del universo Marvel, así vemos como nuestros héroes pelean contra los Elementos Mortales o el Hombre Creciente, se acuerda de los Campeones, del Imperio Secreto, de los Vengadores de los Grandes Lagos, convierte a un perdedor como Gravitón en la Nemesis del grupo, crea una nueva versión del Imperio Secreto, de Azote o crea una versión de Los Amos del Mal compuesta por 25 villanos (para el número 25 de la serie).
Con los pies en la tierra y la cabeza en las nubes Busiek escribía la serie preparado para cualquier eventualidad como el regreso de los Héroes tras su periplo en la Contratierra de Franklin Richards de Héroes Reborn. Fue cuando Zemo harto de ver como sus soldados se ablandaban y los hizo desenmascararse ante el mundo entero. El número 12 de la serie fue todo un ejemplo de cómo acabar una etapa sin terminar una colección, desde ese momento la serie se transformó en una Road Movie con los Thunderbolts divididos además de que se creó una tradición de enfrentar cada año a los Vengadores y a los Thunderbolts (en la línea de Los Defensores/Vengadores o JLA/JSA). Pero una sorpresa tan grande como la del primer episodio fue cuando a Kurt le permitieron dar a los Thunderbolts un nuevo líder, un personaje querido y bien asentado en el Universo Marvel: Ojo de Halcón. A raíz de un enfrentamiento entre sus grupos, Clint Barton vio potencial en los jóvenes renegados del Barón Zemo.
No quería irme sin destacar a Jolt, un personaje creado para la serie en el cuarto número cuyo origen al quedarse huérfana por culpa de Onslaught estaba relacionado intrínsecamente con los Thunderbolts, Hallie venía a ocupar el puesto que habían tenido Kitty Pryde o Júbilo en la Patrulla X de los buenos tiempos. Y por último Carbón el Incendiario, un personaje que no fue creado por Busiek ya que fue resultado de un concurso en el que quien quisiera podía diseñar un personaje para la serie (algo similar ocurriría más avanzada la colección con Humus Sapien).
Y hasta aquí mi breve tributo a los Thunderbolts, espero que os haya gustado este pequeño episodio de nostalgia.
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