BOME: ¿Especulación de manos de la propia editorial?

Quizá conozcáis a Alejandro Viturtia. Sí sí, ése que entrevistan una vez al mes los chicos de Universo Marvel. Para los que hayáis llegado nuevos a ésto, debéis de saber que es el artífice de uno de los mejores formatos para recuperar cómics e historias clásicas: los coleccionables. ¿Quién no tiene alguno? Spider-Man, X-Men, Los 4 Fantásticos, Daredevil... Todos los héroes Marvel que han tenido la oportunidad de dar el salto a la gran pantalla cuentan con su propio coleccionable.


La iniciativa surge de manos del propio Viturtia como forma de acabar con la especulación de los cómics y recuperar material clásico de los superhéroes Marvel, tan irregularmente publicados en nuestro país. Pero, eso sí, en color (las Bibliotecas Marvel cumplen la misma función aunque en el glorioso blanco y negro que todos conocemos). Una idea genial a la que casi con toda seguridad debo el estar aquí hoy escribiendo ésto. La mejor forma, como decía, de recuperar historias clásicas sin tener que desembolsar cantidades vergonzosas y prohibitivas por revistas que no sobrepasaban las 90-125 pesetas durante su publicación. En muchos casos, en un estado lamentable, pero con el que los especuladores apelan al sentimiento desorientado del coleccionista, más fuerte en demasiadas ocasiones que el propio sentido común.

Con el cambio de derechos, de Planeta a Panini, y con el traspaso de personal incluido, hemos ganado en muchos casos, como en el volumen de publicación de héroes Marvel, por ejemplo. Pero por desgracia, y después de este enorme rodeo pasamos a hablar de lo realmente importante del post: hemos perdido mucho a la hora de recuperar clásicos con la implantación (y parece que con éxito, vaya por Diso :S) del formato más aborrecible que me he echado en cara en mucho tiempo: los Best of Marvel Essentials (BOME para los colegas, que tampoco es que sean muchos, pero los llaman así :P). No vamos a hablar de sus horrendas portadas en particular, ni del diseño de la colección en general, no; ya se sabe que para gustos, colores. Tampoco de la extraña mutación (para mal) del simple sello Best of Marvel, bajo el cuál sólo aparece el Spider-Man de Straczynski. Lo realmente detestable de este formato es la penosa forma de cara al lector, del que se mofa, de recuperar clásicos.


La elección del material que compone la colección es completamente aleatoria: mezclando obras maestras como el Marvels de Busiek, con el Ghost Rider de Devin Grayson; clásicos como el Spider-Man de Ditko, con el cuasi-reciente El Vigía de Jenkins. Cómics reeditados recientemente por Fórum de nuevo elegidos para esta colección, o superventas recopilados por la propia Panini bajo el sello 100% Marvel en tomos, dejando colgados a los compradores sin la redistribución del primer número (1602) . El precio, absolutamente desorbitado (los que conozcan la medida del CIPOTE saben de lo que hablo, con una media que supera los 3€ por número americano, absolutamente demencial). La presentación, desastrosa a más no poder para autodefinirse como un producto esencial o de lujo: en la comparación con una línea similar de la competencia, me quedo con los Absolutes (ya hablaremos de ellos más adelante) de Planeta, extras incluidos, y aún con el aumento de tamaño.

Un formato detrás del cual no me imagino a Alejandro; al menos, eso espero, porque no soy capaz de imaginarme al hombre detrás de los coleccionables y de las Bibliotecas Marvel tras este invento. Por suerte, volvemos a tener nuevo coleccionable en los kioskos (¡Spider-Man de nuevo junto a las chuches y las revistas del corazón, yújuuuuuu!), recopilando un material que, aún sin ser lo que muchos pedíamos (la continuación del colccionable azul), sí que es una buena puerta de entrada para los jóvenes atraídos por la tercera película (otro de los puntos fuertes de los coleccionables de toda la vida y a los que, como decía, debo mi vena pijamera :P): un material moderno, barato, y bien presentado. En un formato asequible; en un formato, como las BM a color, en el que deberían ser recopilados los clásicos que están destrozando en la línea BOME. La manera más atractiva de llevar historias de todo tipo, y no sólo tan actuales como el Ultimate Spider-Man, a la chiquillería que se acerque a los kioskos y se puedan hacer con un número de la colección tras el oportuno berrinche y la consecuente resignación de los padres; pero, además, de satisfacer a los más talluditos seguidores del personaje, si se sabe hacer una colección con buen criterio, y no se restringe este formato a historias tan contemporáneas.

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